Obama logra una reconciliación con América Latina

El puente que el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, ha tendido con Cuba no termina en La Habana. Llega a todas o casi todas las capitales de una América Latina que durante más de medio siglo clamó contra la política agresiva del gigante estadounidense hacia la pequeña isla.

La región, tras la Cumbre de las Américas en Panamá del pasado fin de semana, empieza a constatar que ha comenzado una nueva era en las relaciones del vecino del norte con el sur. Con muchas imperfecciones y aún grandes desconfianzas, pero diferente. Y todos reconocen –algunos muy a regañadientes aún– que el artífice de este cambio tan reclamado durante décadas tiene un nombre: Barack Obama.

El cambio de actitud ha tenido ya resultados concretos, como la deseada reconciliación de Dilma Rousseff con Estados Unidos (EU). Tras una reunión con la presidenta brasileña, Obama anunció que esta viajará a Washington el 30 de junio. Cumplirá así, por fin, la visita pendiente desde octubre de 2013, suspendida por el enfado de la mandataria tras conocer el espionaje al que fue sometida por la NSA.

Pero el camino del reencuentro estadounidense con Cuba especialmente, y por extensión de la región, es aún largo y tortuoso. A Obama además le va a costar venderlo en casa.

Tras las sonrisas, apretones de manos y grandes palabras que intercambiaron en público Obama y Castro, faltan todavía muchos gestos concretos. Pese a tener ya todos los elementos solicitados y hasta una decisión tomada, Obama se resiste a anunciar si saca a Cuba de la lista de Estados patrocinadores del terrorismo. La Habana y Washington no han conseguido tampoco fijar una fecha para reabrir embajadas.

Después queda la eliminación del embargo comercial a la isla, que requerirá una dura negociación con un Congreso estadounidense que debe derogarlo y donde no todos ven con buenos ojos el acercamiento al enemigo histórico. Cuba también reclama la devolución del territorio donde se erige la base naval estadounidense de Guantánamo, cuya prisión Obama tampoco ha logrado cerrar.

Persiste además el diferendo venezolano tras la decisión de imponer sanciones a siete altos funcionarios del gobierno de Nicolás Maduro. Obama aprovechó la cita panameña para mantener un encuentro informal con Maduro en el que volvió a reiterar, cara a cara, que “Estados Unidos no tiene interés en amenazar a Venezuela, sino en apoyar la democracia, la estabilidad y prosperidad en Venezuela y la región”, según la Casa Blanca.

Las críticas a la acción estadounidense escuchadas en Panamá dejaron claro que Obama tiene todavía mucho por hacer para vencer una desconfianza muy arraigada en la región. “Superar un pasado en el que EU consideró a América Latina su patio trasero va a llevar años de acción diplomática”, dice Joy Olson, directora de la Oficina en Washington para Asuntos Latinoamericanos.

Pero tiempo es lo que le empieza a faltar a Obama. Con la entrada de la demócrata Hillary Clinton en la batalla por llegar a la Casa Blanca en 2016, y la del republicano Marco Rubio –enemigo acérrimo de un acercamiento a Cuba– Estados Unidos se zambulle hoy en una larga campaña electoral. El tiempo de descuento del mandato de Obama se acelera. Y aún tiene que resolver otros grandes frentes internacionales, como concluir la negociación con Irán, que tantas suspicacias crea incluso entre los demócratas.

“Dime cuánto tiene$ y te diré para cuál cárcel va$”

Durante los últimos decenios Panamá obtuvo, con justificación merecida, el mote del país con la peor distribución de riqueza en todo el planeta. Es cierto que pertenecemos a un país pequeño y con minúscula población (apenas cuatro millones mal contados). Pero nuestro istmo manifiesta alarmantes desigualdades entre los que poseen mucho y los que aspiran a lograr una pizca de algo.

Los aspectos económicos no son los únicos que se hallan dentro de la bolsa nacional de la disparidad. Resulta que el factor monetario repercute con crudeza en otras instancias del quehacer diario. Verbigracia, los hijos de quienes cuentan con dinero acuden a colegios particulares bien equipados y docentes que están en sus puestos de trabajo desde el primer día de clases; los alumnos que provienen de lugares pobres deben conformarse con escuelas cuyas condiciones lamentables son conocidas por toda la comunidad.

Otro ejemplo innegable es la distribución de agua potable. Usted nunca ve una protesta de residentes de urbanizaciones acondicionadas para demandar ese elemento indispensable. Mientras tanto, pobladores de áreas con pobreza y extrema pobreza claman a diario y por doquier que los visite, aunque sea una vez por semana, un camión cisterna para proveerse del imprescindible líquido.

Esta triste historia de disimilitudes se repite en una infinidad de segmentos como seguridad, transporte, vivienda, empleo, canasta alimentaria, salud, obras comunitarias y por ahí sigue un larguísimo etcétera. Y, aunque usted no lo crea, hasta en el sistema penitenciario se aprecia, con indiscutible diafanidad, esa dicotomía entre quienes disfrutan de los fajos de dinero y quienes sufren por sus bolsillos rotos.

Sin entrar a discutir la crisis que hoy vive la justicia, sobre todo por la nefasta acción de los agentes del Ministerio Público para ayudar a los acomodados y castigar a los descamisados, de inmediato planteo cómo funciona esa sospechosa simbiosis (conformada por fiscales y directivos del sistema penitenciario) en materia de administración carcelaria. Los imputados, de acuerdo con su estirpe social y condición económica, son ubicados en uno de los siguientes seis niveles reclusorios:

1. País por cárcel. Se aplica a gente con apellidos de alcurnia y fuertes contactos políticos. Es la medida más benigna posible. El incriminado puede recorrer todo el territorio nacional sin ningún obstáculo. Acude a ferias y fiestas patronales. Va al cine. Visita restaurantes y bares. Nadie le impide una bailadita en discoteca. Y, cuando lo desee, se traslada a su casa de playa o de montaña para quitarse el estrés que produce la ruidosa y contaminante ciudad. La única desventaja es que no puede viajar al extranjero, en especial a EE. UU., para realizar compras y conversar con Mickey Mouse.

2. Casa por cárcel. Medida destinada también para aquellos con apellidos de abolengo, pero cuyas acciones han sido tan escandalosas que los fiscales, por temor a la presión de la opinión pública, no tienen más remedio que imponerla. Es cierto que el beneficiado no puede andar a la libre, pero desde su mansión cuenta con todas las comodidades (acondicionador de aire, televisión por cable con ‘high definition', camas cómodas, agua caliente, pijamas de seda, sala para ejercicios, y abundante y variada oferta gastronómica). Tampoco puede viajar al coloso norteño, pero, gracias a la Internet de alta velocidad, puede ordenar online y adquirir cualquier antojo.

3. Prisión transitoria de la Policía Nacional. Aquí está quien no disfruta de ascendencia rabiblanca, pero ahora es un nuevo Rico McPato por los millones de dólares que ha acumulado en operaciones indecorosas. Es una medida a la que recurren los fiscales para ayudar a quien salpica muchos verdes a través de abogados inescrupulosos. La estrategia es que la comunidad se olvide del individuo y luego minimizar el asunto con casa por cárcel. Es cierto que en este penal preventivo el recluido no goza de libertad, pero usufructúa de casi todas las mismas prebendas de los de casa por cárcel, incluidas las incontables visitas conyugales.

4. El Renacer. En esta ergástula heredada de los gringos viven como inquilinos aquellos con renombre y con fuerte poder adquisitivo. Son señoritos y mozalbetes que, a pesar de haber incurrido en delitos con extrema repercusión mediática, no pueden ser mezclados con la chusma, dado que ello puede provocar alergias y otras enfermedades. Es un penal con muchos ribetes de paraíso, pues la naturaleza convierte en placentero a este lugar ubicado cerca de la comunidad canalera en Gamboa.

5. Mega Joya. Construida por el Gobierno anterior sin pensar que serviría de sede para varios de sus más conspicuos miembros. No discuto que cárcel es cárcel, pero es una correccional que cuenta con cocina de primera línea, celdas limpias y camas con suficiente comodidad. No existe (todavía) hacinamiento y, gracias a su moderno sistema de monitoreo, es difícil que un preso pueda ser asesinado con impunidad. Aquí residen, por ahora, todos aquellos muy cercanos a Ricardo Martinelli y quienes no pueden justificar sus gruesos patrimonios y desafortunadas acciones al margen de la Ley.

6. La Joya y La Joyita. Equivalen al infierno dentro del sistema penitenciario nacional. Aquí abunda hacinamiento, drogadicción, pandillerismo, asesinato, violación… Sus moradores son hijos de planchadoras y cocineras. Son reclusos que no muestran apellidos pomposos y ni siquiera pueden pagar abogados con renombre, por lo que deben acudir a los atiborrados defensores de oficio que paga el Estado.

Así funciona nuestro sistema público carcelario. Triste realidad.

Reflexiones sobre la VII Cumbre de las Américas

El Centro de Convenciones ATLAPA (Panamá) será del 10 al 11 de abril de 2015, la capital de la Democracia en América, debido a que en nuestro país se efectuará la VII Cumbre de la Américas. El norte de este cónclave será el debate sobre el futuro del continente. Panamá, es la anfitriona de la cumbre hemisférica y se gasta 15.5 millones de dólares destinados para dicho evento. Solo en la remodelación temporal de ATLAPA, el gasto fue de 3.5 millones de dólares. (construcción de paredes, techos, amueblar las salas de reuniones, etc.).

Reunir a los Jefes de Estados para discutir aspectos relevantes sobre la Geopolítica del continente merece el beneplácito de los panameños; no obstante, a nuestro juicio, el gasto excesivo para la VII Cumbre de las Américas esquilma el alma de los que no tienen voz, inclusive, de los que viven en condiciones paupérrimas radicalizado por la extrema pobreza. Estamos seguros de que la cumbre no impedirá que la canasta básica siga aumentando vertiginosamente; afectando a los que nada tienen, tampoco solucionará la escasez o ausencia del líquido vital en las comunidades periféricas de la cuidad capital, y otras poblaciones no menos importantes del país. Sr. Presidente, ¿el dinero que se gasta en la cumbre aportará algo para el pueblo a corto plazo?

El presidente de República de Panamá, Juan Carlos Varela, está obligado a demostrarle al mundo que esta cumbre servirá de marco referencial para sanear nuestra incipiente democracia, ya que la corrupción extendió sus tentáculos y penetró en las entrañas de las instituciones del Estado sin miramiento alguno. Insisto, el ‘talón de Aquiles’ de la democracia es la corrupción. Sin embargo, este mal que afecta las instituciones democráticas tendrá solución cuando los que dirigen la nave del Estado entiendan, de una vez por todas, que los piratas de cuello blanco que saquearon el erario deben ser castigados con todo el peso de la Ley.

La gran novedad de este magno encuentro de mandatarios del Nuevo Continente será la presencia de dos presidentes de ideales antagónicos: Barak Obama de Estados Unidos y Raúl Castro de Cuba. Será la primera vez que estos dos jefes de Gobierno se verán las caras en el mismo escenario. Esperaremos que la VII Cumbre de las Américas, sea el punto de encuentro para que el coloso del norte suspenda el embargo comercial contra la isla de Cuba, pues, el bloqueo no ha surtido ningún efecto político para derrocar a los Castros en más de medio siglo.

Cita continental

Dentro De Algunos Meses Se Cumplirán 200 Años De Que Simón Bolívar Escribió En Su Célebre Carta De Jamaica Algunas Ideas Relevantes Que Nos Conciernen. Allí Se Refirió A Esa Coyuntura Histórica De Sitios Que No Obstante Su Estrechez, Pueden Ser Espacios Políticamente Trascendentes.

Dijo Así; ‘¡Qué Bello Sería Que El Istmo De Panamá Fuese Para Nosotros Lo Que El De Corinto Para Los Griegos! Ojalá Que Algún Día Tengamos La Fortuna De Instalar Allí Un Augusto Congreso De Los Representantes De Las Repúblicas, Reinos E Imperios A Tratar Y Discutir Sobre Los Altos Intereses De La Paz Y De La Guerra, Con Las Naciones De Las Otras Tres Partes Del Mundo…’.

Dos Siglos Han Pasado Desde Aquella Propuesta Llena De Espíritu Libertario, De Voluntad. Esto Le Hizo Citar A Los Representantes De Las Naciones Recién Independizadas Para El Congreso Anfictiónico En 1826 En Panamá; Importante, Porque Habría Dejado La Semilla De Un Proyecto Capaz De Establecer, Pese A Las Divergencias, Una Noción De Unidad Continental Para Enfrentar A Las Metrópolis Del Primer Mundo Como Un Haz; Unidos En La Diversidad.

Como Contrapunto, Las Sociedades Políticas Y Económicas Que Surgieron Después Del Periodo Colonial, Reprodujeron Las Diferencias, La Inequidad Y La Fragmentación En Su Base. Fue Un Sistema De Producción Basado En Actividades Extractivas Y La Formación De Capitales Que Se Acumularon Y Exportaron Precisamente Para Hacer De La Región, Un Escenario De Contradicción; ‘De Las Venas Abiertas’, Como Diría Entre Otros, Eduardo Galeano.

Y El Vasto Territorio Avanzó Dentro De Sus Conflictos. El Propio Escritor Uruguayo Apunta Que El Atraso Del Continente, Fue La Base De La Prosperidad Del Primer Mundo; ‘… Nuestra Riqueza Ha Generado Siempre Nuestra Pobreza Para Alimentar La Prosperidad De Otros…’. Alrededor De Este Contexto, Se Fue Generando Una Forma De Vida, Una Cultura Y Modelos De Relación Disímiles Y Estimulados Por La Lucha Entre Lo Popular Y Lo Hegemónico.

Pero Las Visiones De Una América Unida Continuaron, Pese A Realidades Contrastantes. A Finales De Esa Centuria, José Martí Desde Cuba Expresaba Que ‘… La América Ha De Promover Todo Lo Que Acerque A Los Pueblos, Y De Abominar Todo Lo Que Los Aparte. En Esto, Como En Todos Los Problemas Humanos, El Porvenir Es De La Paz’. El Desarrollo De Las Relaciones Sociopolíticas En El Siglo XX, Demostraron Crudamente La Certeza De Estas Palabras.

Hacia El Final, Luego De Múltiples Guerras De Liberación Y La Inestabilidad Política Que Ha Resquebrajado La Democracia, Los Países Latinoamericanos Empezaron A Construir Una Perspectiva Común A Través De Foros Y Planes Que Permiten Hacer Una Revisión De Sus Relaciones E Iniciativas Impulsadas Por La Cooperación Y El Intercambio. De Allí, La Cumbre De Las América, Una Mesa De Diálogo Entre Los Actores Que Determinan El Desarrollo.

En La Fecha Del Bicentenario De La Carta De Jamaica Y Para Hacer Real Las Palabras Bolivarianas, Le Corresponde A Panamá, Ser El Portal Del Encuentro. Aquí, Se Reunirá Por Primera Vez Todo El Continente Para Poner En Agenda Las Igualdades Y Oposiciones, Así Como Las Perspectivas Que Posibilitan Afianzar El Sentido De La Colaboración Y La Superación De Los Retos.

Pero A Esta Cita No Se Ha Llegado En Condiciones De Igualdad. Algunos De Los Países De La Región, Están Entre Las Economías Más Atrasadas Del Mundo Y Son La Expresión De Un Panorama Desolador. En Este Contexto, Hay Que Revisar El Cumplimiento De Las Metas Del Milenio, Formuladas Por La Organización De Las Naciones Unidas Para Este Año Por Ejemplo.

Persisten Inconsistencias, Conflictos Internos, Desdoblamientos Democráticos; No Obstante, La Séptima Versión De La Cumbre De Las Américas Debe Ser Ejercicio De Reflexión Constructiva, Que Contribuya A Generar Estrategias Basadas En Resiliencias Para El Crecimiento Continental Con Equidad, En Un Planeta Potencialmente Desafiante.

Panamá, sede de Cumbres Presidenciales, en 1956 y 2015

En su editorial ‘Un llamamiento patriótico’, La Estrella de Panamá (17/7/1956) apeló a los sentimientos patrióticos de los panameños y a ser buenos anfitriones en la reunión de presidentes de América, celebrada en la ciudad de Panamá, entre el 21 y 22 de julio de 1956. El editorialista hizo énfasis en olvidar cualquier motivo de querella interna, ‘por lo que concierne a nuestras diferencias de raíz política, es deber elemental de todos acordar una tregua para ofrecer a nuestros huéspedes la necesaria sensación de unidad que ha de formar el clima propicio para las deliberaciones que se llevarán a cabo’. Un mensaje que expone los conflictos sociales que persistían en el país. Para entonces grupos estudiantiles forjaban una de sus principales reivindicaciones del siglo XX: la soberanía nacional de Panamá.

Esa reunión de 1956, en conmemoración del 130 aniversario del Congreso Anfictiónico de Panamá convocado por Simón Bolívar, en 1826, constituyó, tal como publicó el diario ABC (21/7/1956), ‘una nueva expresión de solidaridad continental y de un frente unido contra el comunismo’, dejando un vacío en la atención de los temas sociales, económicos y culturales de las poblaciones latinoamericanas. La Estrella de Panamá (23/7/1956) publicó la Declaración de Panamá e imágenes de sus firmantes, entre los que sobresalen los más conspicuos dictadores de la región. Esa Declaración hizo énfasis en la solidaridad y cooperación continental frente a las amenazas de fuerzas totalitarias y el principio de América como baluarte de la libertad del hombre y de la paz.

El encuentro de 1956 sirvió también de escenario para la última participación de Cuba en estas reuniones de Jefes de Estado. País sobre el que seguramente se centrará la atención en la próxima Cumbre de las Américas y que decidirá, en gran medida, los resultados de la misma. En una oportuna explicación al respecto, el historiador Rafael Rojas (El País, 24/11/2014), manifestó ‘de manera que en 1962 la exclusión de Cuba de la OEA generaba consenso en América Latina. Más de medio siglo después, lo que genera consenso es lo contrario: la inclusión de la isla del sistema interamericano’. En los próximos días seremos testigos de estos avatares de la historia continental.

De modo que al igual que en 1956, la ciudad de Panamá será nuevamente anfitriona de la reunión de presidentes del hemisferio, conocida como Cumbre de las Américas, en un contexto de profundos cambios mundiales, deudas sociales históricas, el deterioro ambiental y de la conmemoración del Bicentenario de la Carta de Jamaica de Bolívar. Dado las dudas y expectativas que genera esta Cumbre Presidencial, es oportuno recordar unas palabras del historiador Eric Hobsbawm, que en su obra Historia del Siglo XX, expresó ‘la distribución social y no el crecimiento es lo que dominará las políticas del nuevo milenio’. Es hora de anteponer los intereses sociales —que son los de las mayorías— por encima de cualquier otro interés. En especial por la educación de las sociedades latinoamericanas.

La cita que puede hacer la diferencia

La agenda temática con la que han de deliberar los mandatarios del hemisferio es de previo conocida por la opinión nacional e internacional, y destaca la cuestión del desarrollo con equidad, educación y seguridad, entre otros aspectos de igual relevancia. Sin embargo, tal como lo señalara la canciller panameña, la agenda no está cerrada del todo y deja espacio y margen para que los representantes de la comunidad hemisférica pongan en la mesa algún otro tema de interés nacional y regional.

Es seguro que así será. Verbigracia, la cuestión Cuba–Estados Unidos, la vieja disputa por la salida al mar de la hermana república de Bolivia, Nicaragua y su canal interoceánico, el conflicto Estados Unidos–Venezuela y Argentina y su reclamación de las Malvinas, entres otros, que se presentan como conflictos bilaterales y tienen un impacto regional.

Nuestro país, como anfitrión y facilitador, tendrá que mostrar mucha audacia para no dejar que tales conflictos desenfoquen los objetivos centrales y de fondo de la cumbre.

Este encuentro de mandatarios tiene a su favor el hecho de que, en forma paralela, se realizarán otras reuniones de relevancia, cuyas conclusiones con seguridad se le harán llegar a los presidentes, todas relacionadas con realidades concretas de nuestra región, como medio ambiente, democracia participativa, seguridad y soberanía alimentaria, educación, libertad sindical, justicia y empoderamiento ciudadano.

La cumbre habrá de disponer de los espacios de tal suerte, y escuchar y conocer de las conclusiones de estos eventos de la sociedad civil y, con ello, evitar que quede el sabor de un evento burocrático y mediático.

En ese sentido, debe haber el compromiso real de cumplir con los temas consensuados. Para tales efectos, recomendaría a un organismo, como la Secretaría General de la ONU, para que sea depositaria de los acuerdos que se logren, igual que una comisión de seguimiento integrada por los miembros participantes. Habrá que evitar que lo que se logre en esta cumbre, pase a ser pura retórica y poca voluntad política.

El esfuerzo de realizar este evento en nuestro país ha sido extraordinario, y seguro que los días 10 y 11 el mundo estará a la expectativa de sus resultados.

Como solía decir mi maestro de ciencias políticas: “El diálogo es una fuerza productiva que mueve el desarrollo de nuestros Estados y nuestros pueblos”.

Cumbre ¿de quiénes?

Siempre he tenido mis aprehensiones sobre las reuniones de presidentes. Primero, porque siempre he sabido que hay unas comisiones técnicas que son las que preparan los documentos finales que los presidentes firman, supuestamente tras discusiones y análisis. En segundo lugar, porque en un mundo globalizado y con tanta información, siento poco respeto por muchos de los presidentes que estarán en la misma. Por ejemplo, la cumbre a iniciarse el jueves acá reúne a una manada de presidentes donde muy pocos han logrado éxito en sus gestiones.

Por ejemplo, ¿qué nos puede enseñar el presidente de México, que aún no encuentra a los 50 estudiantes asesinados? O cuya policía y hasta el ejército está infiltrado por los carteles del narcotráfico, y donde la seguridad es muy pobre con exceso de secuestros y asesinatos. ¿De qué nos podría hablar? Y para temas de conciliación, ¿de qué me sirve el de Colombia? Meses tratando de llegar a acuerdos con las FARCS, mientras a lo interno lucha contra la corrupción. A Panamá quizá le iría mejor reuniéndose con los presidentes centroamericanos, con los que tenemos más cosas en común, pero realmente los países más grandes tienen hoy día problemas mayores y donde difícilmente pueden recomendarle al resto como manejar las cosas.

En resumen, para mi gusto, esta cumbre al final será un evento social con 34 presidentes, donde 33 de ellos vienen a ver si pueden hablar al menos unos minutos en privado con el norteamericano, mientras los periodistas estarán a la caza de la foto de Obama con Castro, Obama con Maduro y una que otra entrevista con la Kirchner o el enviado papal.

Quizás más interesante nos resulte el Foro Empresarial, donde Slim, Clinton, Zuckerman y varios importantes CEO intercambiarán ideas sobre el nuevo rol empresarial, la responsabilidad social y la mejor distribución de la riqueza. Me pregunto si en la Cumbre llegarán a hablar de los endeudamientos de los países buscando inversiones de infraestructura, o bien en los montos de subsidios que los Gobiernos están destinando a los pobres, donde, por ejemplo, Panamá pasa ya de los 1400 millones de balboas anuales.

No hay duda de que el plato fuerte de la Cumbre será el posible encuentro entre Raúl Castro y Barack Obama, donde las negociaciones para levantar el bloqueo y reanudar relaciones normales ya ha avanzado. A lo que hay que añadir el rejuego que podría darse entre Venezuela y USA, donde creo yo el continente pedirá a USA que levante el criterio que designa a Venezuela como una peligro para la seguridad norteamericana.

Y ¿para Juan Pueblo qué? En 1956 recuerdo cómo todos fuimos a la avenida Central para ver pasar al presidente Eisenhower y los otros 15 mandatarios que iban hacia el Casco Viejo, a la Presidencia. Ellos, la mayoría, en convertibles y lejos de los temores de actos terroristas que hoy nos abundan. En 1976 Jimmy Carter y Torrijos recorrieron la vía España y en Río Abajo la caravana se detuvo para que ambos se bajaran y dieran la mano a muchos aglomerados en las aceras. En esta cumbre, los carros pasarán a alta velocidad, el recorrido tendrá pocos curiosos en las aceras y la Cumbre será un evento televisivo para el panameño. Muchos capitalinos ya prepararon todo para volver a las playas el fin de semana.

Para las izquierdas, obreros y uno que otro gremio serán días de protestas, que ojalá los medios no le den mayor cobertura, sea una cumbre de resultados o cosmética, tenemos como país que mostrar nuestra mejor cara. El Gobierno lo está haciendo con mucho esfuerzo, el resto lo tenemos que hacer los panameños.

Panamá tiene disidentes venezolanos y también cubanos, espero que sepan comportarse en el marco de huéspedes de un país al que no deben querer perjudicar.

Y desde ya me atrevo a predecir que el presidente más popular, después de Obama, será Evo Morales, que simplificó la importancia de la cumbre, él trae su equipo de asesores y seguridad que juegan fútbol y jugarán contra un grupo local. Creo que ese juego será más productivo a Evo que lo que salga de la cumbre.

Al final del día, ¿qué nos deja más beneficios?, ¿los seis millones de la cumbre o pagar los seis millones a Miss Universo y montar el concurso acá nuevamente? Yo creo que Miss Universo nos pone en las noticias mundiales 10 días, trae más turismo y vendemos más a Panamá. Pero, no veríamos a los 34 presidentes, qué dicha la verdad, creo que me interesaría ver solo a dos de ellos.

ANALISTA POLÍTICO.

Desencuentros en la Cumbre

Si “el segundo matrimonio es el triunfo de la esperanza sobre la experiencia”, como escribió el ilustre Dr. Samuel Johnson, la VII Cumbre de las Américas sería el triunfo de la ópera bufa sobre la solidaridad democrática.

De sus nueve ediciones, siete oficiales y dos extraordinarias, lo memorable han sido los desencuentros, los desacuerdos y los berrinches de los líderes de los países del hemisferio. ¿Recuerda el asombroso, “comes y te vas” con el que Vicente Fox invitó a Fidel Castro a la Cumbre Extraordinaria en Monterrey, México, ante el temor de que Fidel y George W. Bush se encontraran en los pasillos?

En Mar del Plata, Ernesto Kirchner, Evo Morales, Hugo Chávez y hasta Maradona escenificaron sus sainetes en cumbres alternativas para desairar a Bush, quien se fue de la reunión sin despedirse. Luego vino la farsa del dueto formado por el ecuatoriano Rafael Correa y el nicaragüense Daniel Ortega, quienes se negaron a asistir a la reunión en Cartagena porque Cuba no había sido invitada.

Y de los acuerdos hemisféricos en las cumbres ni quien se acuerde, si es que hubo alguno.

Para esta séptima edición oficial de la Cumbre la expectativa era grande, pues no solo asistiría Raúl Castro, el dictador preferido de la mayoría de los gobiernos sudamericanos, y el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, sino que lo harían en el marco de una lenta normalización de las relaciones diplomáticas entre ambos países. Una circunstancia especial que dio pie a especulaciones fantásticas, como esta que escribió un comentarista aficionado a la hipérbole: “la historia recién ha comenzado: ya nada es como era ayer”.

Pero el gozo pronto se fue al pozo después del fenomenal faux-pas de Obama declarando a Venezuela un peligro a la seguridad nacional. Una declaración sin mucho sentido, aunque necesaria legalmente para poder proceder con las sanciones a siete individuos, pero que también sirvió para empoderar temporalmente a Nicolás Maduro. Los “alberos”, tan dados a los excesos verbales, ahora exigen que Obama no solo se disculpe, sino que derogue las sanciones a los siete venezolanos señalados, y con razón, como violadores de los derechos humanos.

En su afán por evitar confrontaciones políticas entre el bloque de países del Alba y Estados Unidos, el Gobierno panameño ha anunciado que se esforzará por lograr acuerdos en cuestiones básicas como la salud, la educación, energía, medio ambiente, gobernabilidad, migración y seguridad. Encomiable esfuerzo, pero insuficiente, porque deja fuera de discusión los grandes temas que rebasan las fronteras nacionales, como son el fortalecimiento del sistema democrático, de las instituciones, del estado de derecho, de los derechos humanos y de nuevas estrategias para debilitar el poder del narcotráfico.

Se rumora que el Gobierno panameño promoverá una reunión entre Venezuela y Estados Unidos para discutir sus diferencias. Si acaso sucede, que lo dudo mucho, ¿qué se podría discutir? Nadie en su sano juicio piensa que Obama amenaza con invadir Venezuela, pero con los problemas que Maduro enfrenta en Venezuela: inflación galopante, escasez de productos básicos y criminalidad desenfrenada, es poco probable que abandone la oportunidad que Obama le brindó de hacerse aparecer como la víctima en vez del victimario de su pueblo.

Obama, me dice Charles Shapiro, uno de los diplomáticos que asesoró a Obama antes de la Cumbre en 2009, “debe insistir en el respeto a la Carta Democrática de la OEA, debe hacer hincapié en que la Cumbre debería dejar de ser un club de presidentes que se protegen y se defienden sin importar lo que hacen al interior de sus propios países. La solidaridad democrática debería estar por encima de la solidaridad latinoamericana”.

Desafortunadamente, nada de esto sucederá, porque lo que los gobernantes de Ecuador, Nicaragua, Bolivia y Venezuela quieren es perpetuarse en el poder, y para ello han modificado sus respectivas constituciones. Correa seguirá acosando a la prensa, Ortega y Morales seguirán avanzando hacia el autoritarismo, Maduro seguirá encarcelando opositores y protegiendo a rufianes con el beneplácito de los países de América Latina que participan en esta Cumbre, y escudándose en el principio de la no intervención evitarán denunciar los abusos antidemocráticos de estos sátrapas.

De robótica y de cumbres

La “silla de la tranquilidad” es un asiento en forma de muñeca que “da abrazos” para combatir la soledad de los ancianos y de los que viven solos. La muñeca de tamaño real, que presumo podría ser muñeco si se prefiere el abrazo masculino, es creación de una empresa japonesa y cuesta 49 mil 680 yenes ($455 dólares). Hace años llamó mi atención una noticia similar; una firma especializada en robótica diseñó Hug (abrazo en inglés), una almohada suave con sensores que transmite la sensación de abrazo, especial para las personas de la tercera edad, que según los estudios son los que más carecen de afecto y apoyo emocional. En Japón, el país con la población más longeva del mundo, un robot bebé llamado Smiby fue creado recientemente con este mismo fin. Los pobres y solitarios ancianos de los mundos y submundos que existen en este planeta tendrán que vivir su soledad afectiva sin el consuelo de la silla o la almohada que dan abrazos, ni el robótico bebé que llora y ríe, cuyo propósito es hacer sentir al solitario que puede ser útil a alguien, aunque sea un robot. Situación muy triste y común cuando los familiares apartan o abandonan a sus viejos.

Se preguntará el lector por qué escribo sobre tecnología y ancianos solitarios. ¿Por qué no sobre el gran evento que se inicia en un par de días, la VII Cumbre de las Américas bajo los auspicios de la OEA, excepcional por la participación de Cuba? Desde 1994 cuando se celebró la primera Cumbre la gran ausente fue Cuba (por mano de la OEA). El encuentro frente a frente del presidente cubano, Raúl Castro, con Barack Obama, presidente de Estados Unidos, ha creado una atmósfera de suspenso y sobre ellos estará enfocada la atención mundial. Hace años alguien dijo (no recuerdo quién) sobre una cumbre: “Es otra cumbre de mandatarios que andan de cumbre en cumbre, mientras que sus países andan de barranco en barranco”. Ese artículo queda para más adelante. Creo que Panamá se lucirá como país anfitrión de esta reunión con situaciones muy singulares que darán mucho que hablar. Y pongo en pausa las diarias revelaciones de astronómicas cifras de robos al fisco, con el expresidente Martinelli como eje en el entramado de corrupción y codicia llevadas a extremos patológicos.

La reciente noticia del bebé robótico me puso a cavilar (otra vez) sobre la importancia de la familia, la capacidad de dar y recibir afecto, el disfrute de la vida sencilla, la amistad. La tecnología, que tanto contribuye con los avances médicos, por ejemplo, también nos hace la vida más cómoda (electrodomésticos, correspondencia comercial instantánea o con amores lejanos, etcétera). Y es también arma de doble filo; nos absorbe la pantalla del celular; el flujo de información es incesante y pasa sin que la procesemos gracias a la cultura de la inmediatez. Otro de sus efectos negativos es que hace menos frecuente la comunicación personal, los abrazos, el cálido estrechar de manos. La dependencia que nos amarra al celular, a la tableta, el iPhone, etc., es especialmente aguda en los jóvenes que ya se nota, están perdiendo la capacidad de comunicarse verbalmente, de hilvanar oraciones para sostener una conversación fluida. La información en cápsulas les basta; esto impide que obtengan los detalles completos de asuntos que inciden sobre la sociedad, en general, que les permitiría analizarlos y sacar sus propias conclusiones. Por otra parte, la televisión nos ha convertido en sus humildes vasallos; jóvenes y adultos somos tragones de la papilla de sonido, imagen y mensaje casi toda cargada de violencia, sexo, trivialidad y chabacanería que aceptamos como natural, que algunos defienden con el argumento de “que es el reflejo de la vida real”. No tenemos en Panamá, que yo sepa, la tecnológica almohada y la silla cariñosas, pero sí la televisión para sobrellevar el diario vivir que tanto se ha complicado con el crecimiento desordenado de una ciudad hostil para cultivar las actividades sociales y culturales, mal que se ha extendido más allá de los límites de la capital. ¿No sería un mundo mejor si en vez de apegarnos en exceso al chateo, el whatsappeo, etc., nos acercáramos más a nuestros viejos, la familia, los amigos y vecinos; si nos interesáramos en conocer mejor los problemas del país?

El conocido periodista Jorge Ramos escribió sobre el beneficioso Nyepi, “El Día del Silencio” que se celebra en Bali (La Prensa 19/3/2015); durante 24 horas no se trabaja, se cierran los negocios, nada de celular, radio, TV, fiestas o hablar. Dice Ramos, quien admite ser un “ciberpecador”, que “Estamos tan bombardeados por la información y los estímulos tan cargados de estrés y arrastrando un cansancio atrasado, que hemos llevado a nuestro cuerpo y mente al límite de lo saludable… todos los días vemos nucas y dedos doblados, apretando botoncitos; un estudio de la Universidad de Missouri reporta que la gente sufre de ansiedad al separarse del teléfono móvil”. Imaginar un Día del Silencio en Panamá me resulta tan difícil como imaginar que el expresidente Martinelli admitirá sus actos de corrupción. Ramos termina diciendo en su escrito, “Esta, es cierto, puede ser una columna totalmente desperdiciada”. Tal vez yo también haya desperdiciado esta. Que lo decida el lector.

Encuentro de voces de un mismo continente

Las Américas se visten de gala para el encuentro que tendrá lugar en Panamá del 10 al 11 de abril del presente año, en la VII Cumbre de las Américas, la temática propuesta bajo la cual dialogarán los países hermanos lleva como título ‘Prosperidad con equidad: El desafío de cooperación de las Américas’, ejes temáticos como salud, medio ambiente, educación, migración, seguridad, energía, gobernabilidad democrática y participación ciudadana, serán las guías que llevarán las discusiones entre los mandatarios presentes.

Panamá, como país anfitrión, tiene como norte la consolidación de la América toda, donde las diferencias puedan dirimirse y el consenso se traduzca en acciones concretas que beneficien a nuestros pueblos. En palabras del presidente de la República, Juan Carlos Varela Rodríguez: ‘El propósito es dialogar y lograr consensos que garanticen una prosperidad con equidad para todas las naciones de nuestro continente’.

El fortalecimiento de la consolidación del continente es la meta de nuestro país. Panamá se preocupó de tener a Cuba por primera vez como asistente, fortaleciendo la credibilidad y expectativas ante el encuentro. Esto marcó un nuevo ritmo en las negociaciones entre EE.UU. y Cuba y el mundo entero ha sido testigo de ello. El objetivo central es que las experiencias de cada uno de los países, encuentren un punto en común: El fortalecimiento de valores democráticos traducidos en acciones concretas, palpables para cada uno de los habitantes de nuestro continente.

‘Mandatos para la acción’, es la consigna. Actores sociales de diversas áreas han trabajado arduamente en la concreción de este documento que regirá la vida de los países de las Américas en los próximos años, alejando a la VII Cumbre del romanticismo heredado de encuentros anteriores; acercándola más a la realidad que vive cada uno de los protagonistas anónimos de nuestros países: el pueblo.

El que la sociedad civil organizada de nuestro país y de otros países, puedan encontrarse paralelamente en la Cumbre es desde todo punto de vista, positivo. La voz no gubernamental debe ser escuchada y Panamá también abre las puertas a escuchar todos los tonos de esas voces.

¿Los beneficios económicos? Sí, son muchos y cuantificables y suman evidentemente más de 15 millones de dólares que es la inversión de la Cumbre. Pero para quienes estamos convencidas de que este territorio gana más provocando consensos en el continente, en torno a lo más preciado de nuestras sociedades: la consolidación de nuestras democracias; las ganancias económicas en torno al Encuentro, son secundarias.

Estamos seguras de que incluso para las tensiones que existen en el continente entre algunos países, nuestras autoridades sabrán desplegar su experticia de país mediador, con vocación de paz que nos caracteriza y los mandatarios, lejos de estar centrados en sus diferencias, se sentarán y entablarán conversaciones, donde la mirada estará dirigida a la búsqueda de soluciones que mejoren la calidad de vida de cada uno de los habitantes de las Américas.

*EMBAJADORA PERMANENTE DE PANAMÁ ANTE LOS ORGANISMOS DE LA ONU EN VIENA. EMBAJADORA DE PANAMÁ EN AUSTRIA.