Panamá, sede de Cumbres Presidenciales, en 1956 y 2015

En su editorial ‘Un llamamiento patriótico’, La Estrella de Panamá (17/7/1956) apeló a los sentimientos patrióticos de los panameños y a ser buenos anfitriones en la reunión de presidentes de América, celebrada en la ciudad de Panamá, entre el 21 y 22 de julio de 1956. El editorialista hizo énfasis en olvidar cualquier motivo de querella interna, ‘por lo que concierne a nuestras diferencias de raíz política, es deber elemental de todos acordar una tregua para ofrecer a nuestros huéspedes la necesaria sensación de unidad que ha de formar el clima propicio para las deliberaciones que se llevarán a cabo’. Un mensaje que expone los conflictos sociales que persistían en el país. Para entonces grupos estudiantiles forjaban una de sus principales reivindicaciones del siglo XX: la soberanía nacional de Panamá.

Esa reunión de 1956, en conmemoración del 130 aniversario del Congreso Anfictiónico de Panamá convocado por Simón Bolívar, en 1826, constituyó, tal como publicó el diario ABC (21/7/1956), ‘una nueva expresión de solidaridad continental y de un frente unido contra el comunismo’, dejando un vacío en la atención de los temas sociales, económicos y culturales de las poblaciones latinoamericanas. La Estrella de Panamá (23/7/1956) publicó la Declaración de Panamá e imágenes de sus firmantes, entre los que sobresalen los más conspicuos dictadores de la región. Esa Declaración hizo énfasis en la solidaridad y cooperación continental frente a las amenazas de fuerzas totalitarias y el principio de América como baluarte de la libertad del hombre y de la paz.

El encuentro de 1956 sirvió también de escenario para la última participación de Cuba en estas reuniones de Jefes de Estado. País sobre el que seguramente se centrará la atención en la próxima Cumbre de las Américas y que decidirá, en gran medida, los resultados de la misma. En una oportuna explicación al respecto, el historiador Rafael Rojas (El País, 24/11/2014), manifestó ‘de manera que en 1962 la exclusión de Cuba de la OEA generaba consenso en América Latina. Más de medio siglo después, lo que genera consenso es lo contrario: la inclusión de la isla del sistema interamericano’. En los próximos días seremos testigos de estos avatares de la historia continental.

De modo que al igual que en 1956, la ciudad de Panamá será nuevamente anfitriona de la reunión de presidentes del hemisferio, conocida como Cumbre de las Américas, en un contexto de profundos cambios mundiales, deudas sociales históricas, el deterioro ambiental y de la conmemoración del Bicentenario de la Carta de Jamaica de Bolívar. Dado las dudas y expectativas que genera esta Cumbre Presidencial, es oportuno recordar unas palabras del historiador Eric Hobsbawm, que en su obra Historia del Siglo XX, expresó ‘la distribución social y no el crecimiento es lo que dominará las políticas del nuevo milenio’. Es hora de anteponer los intereses sociales —que son los de las mayorías— por encima de cualquier otro interés. En especial por la educación de las sociedades latinoamericanas.

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