Huele Mal, Huele Mal

¡Huele mal, huele mal la Asamblea Nacional! Coreábamos el 1 de julio llegando a la plaza 5 de Mayo. Dos horas antes habían terminado las votaciones de la nueva junta directiva del Parlamento panameño. Todos los panameños vimos cómo las dirigencias de los partidos políticos protagonizaban una venta según sus intereses personales. No del electorado que los eligió.

Los ‘decentes' del PRD no tuvieron escrúpulos en sentarse con los diputados que aprobaron todas las leyes que pusieron en riesgo la institucionalidad democrática de Panamá y se prestaron para la corrupción del último quinquenio. Negociaron con los ‘corruptos' del CD. ¿De qué estamos hablando? ¿A quién creerle ahora, cuando la ‘Llanera Solitaria', esperanza de muchos, también le dio el voto al diputado que propuso la ‘Ley Chorizo'?

Hubiese sido mejor abstenerse.

El gran ganador de esta inmundicia es el Cambio Democrático. Demostraron una vez más su política corrupta de negociación entregando trece votos para una nómina y once para la otra. Evidenciaron los acuerdos bilaterales que tuvieron con cada una de las nóminas. Práctica instituida por Ricardo Martinelli: desenmascarar a los políticos, desmoralizar a la población de tal manera que el pueblo desee que vuelva el monstruo. Perder con dignidad es lo que le tocaba al PRD y dejar que el partido Panameñista se vuelva a enmugrecer con el Cambio Democrático, como lo hizo en el periodo anterior.

La decadencia de los partidos políticos en 1968 había llegado a tal nivel que ya era imposible la convivencia pacífica. Los partidos políticos eran incapaces de gobernar con honestidad. Se derrumbaron por su falta de visión como nación. Naufragaron por sus elitistas intereses.

Aquella farsa se vino abajo y llegaron los militares golpistas. Represión, carcelazos y muertos fue el saldo nefasto de ese cambio de timón. Todo cambió el 16 de diciembre de 1969, cuando inició el Proceso Revolucionario de Omar Torrijos Herrera, quien trajo la prosperidad y salvó a este pueblo de caer en manos de dictaduras de la talla de Leonidas Trujillo, Augusto Pinochet o un Batista en Cuba.

Recordemos los asesinatos de los asiáticos en La Chorrera. Un testigo involucró a oficiales y nada más se ha sabido. ¿Qué pasó con el crimen a los dos niños hindúes? El atroz incendio en el Centro de Cumplimiento, convirtiendo a cinco jóvenes en antorchas humanas. Allí están, detenidos con privilegios.

No borremos de nuestra memoria el brutal ataque a San Félix, las violaciones a niñas y mujeres. La crueldad con la que se ensañaron Senafront y la Policía Nacional con el pueblo de Colón y la ferocidad con que reprimieron a Changuinola por la ‘Ley Chorizo'.

El deterioro de los partidos políticos y la lentitud de Varela están buscando un golpe de Estado militar. Eso es lo que nos espera, si no corregimos el rumbo.

¿Cuál es la esperanza de triunfo en el 2019 del partido de mayor membresía en Panamá? ¿Cuál es el planteamiento del PRD en cuanto al desarrollo económico con equidad? ¿Qué proponen para resolver el problema de la Potabilizadora de Chilibre, a punto de estallar la contaminación del agua que afectará la salud de un millón seiscientos mil panameños? ¿Qué dice mi partido Revolucionario Democrático acerca de la rapiña de los ‘Zapatos del pueblo' y pareciera el modelo a seguir de ‘El pueblo primero' con la venta de las áreas del Canal, violando la Ley 21 de 1997 y poniendo en peligro la operatividad del Canal de Panamá?

Los Movimientos Populares y la Cámara de Comercio de Chiriquí han hecho propuestas y fijado una posición con respecto a Barro Blanco. ¿Qué ha hecho la actual dirigencia del PRD? Pelearse espacios en la Asamblea y acomodarse, otros, en el Gobierno de ‘El pueblo primero'. Esa ha sido su prioridad.

Ya no hay moral para hacer oposición, salvo contadas excepciones en el PRD.

En el fondo tenemos la ilusión de que se levante un líder que haga propuesta, limpie al partido, unifique a todos en torno a un proyecto político económico y social.

Mientras eso se dé o no… ¡a tomarse las calles, exigir transparencia, presionar para que se haga justicia! Unirnos sociedad civil y movimientos populares. Denunciar la corrupción y lograr consenso para la convivencia pacífica y democracia participativa.

 

¿Un circo, un psiquiátrico o una cloaca?

Un primo me pidió que no catalogara como “circo” a ese órgano del Estado, porque los payasos trabajan muy duro. Me parece que tiene razón, pues, además, los divertidos y buenos payasos ganan muy poca plata, a diferencia de estos corruptos. Entonces, podría ser considerado un psiquiátrico, sobre todo, porque un doctor-candidato tildó a una colega suya de “paciente psiquiátrica”, y más porque él la abrazó y besó. Habría que preguntar: ¿Cuál de los dos es más loco?

Un compadre me dijo que la aludida se hace la loca para figurar y ganar más adeptos. O sea que al final podrá decir también: “Los locos somos más”. Sin embargo, otro colega abogado y ambientalista asegura que a veces esas tácticas no resultan. Por mi parte, considero que cansa ver tanta alteración mental y visceral.

Antes que aceptar el voto de la supuesta paciente psiquiátrica, yo preferiría perder la elección. De repente, por eso fue que la perdió el doctor-candidato. Otro amigo me dijo que no importaba quién ganara, yo opinaría igual acerca de ese vertedero de basura. Ciertamente él tiene razón.

La prueba de que hubo triquiñuelas fue una reunión a última hora, en la que se acordó el voto de los ahí reunidos. Hasta hubo una que iba a ser “vice” por la otra parte, pero se cambió. Otro de los participantes que varió su voto figura como entre los señalados por su propio paisano y periodista famoso. ¿Acaso su cambio de voto se debe a que pidió justicia selectiva? Bueno, en los próximos meses veremos si el Ministerio Público es de verdad o pura apariencia. Aunque eso le tocaría a la “tremenda corte”, no sé si para entonces quedarán magistrados. Los ciudadanos desconocen que con una simple denuncia se puede abrir una investigación penal y que con otra decisión simple se levanta el fuero.

Una periodista opinó que se trata de una cueva de cínicos. Me imagino que se refería a que ahí todos decían que eran dignos, que no tenían cola de paja, que podían tirar la primera piedra y que eran de una sola palabra. Así las cosas, son más santos que la madre Teresa de Calcuta.

A mí lo que más risa me dio, fue cuando el gato Beni dijo: “No te preocupes Krispi, perdiendo también se gana”. Creo que quería decir que si perdía el candidato-doctor, él, “el gato marrullador”, ganaba.

Todavía no se ha comprobado que hubo ofrecimiento de dinero en efectivo, aunque la supuesta paciente psiquiátrica aseguró que uno de ellos tenía la prueba en su celular. Pero él, más raudo y ligero, la desmintió.

Llamó la atención el discurso que se tiró el primer mandatario. Por lo visto, él sí hará más obras en cinco que en 50. Por eso es que no le creemos a los políticos.

El pueblo piensa que a muchos de estos corruptos los compró el loco con dinero en efectivo. Lo creo difícil, porque ¿cómo lo haría llegar desde la ultratumba política? ¿O soy ingenuo a propósito? Y del otro lado, vimos que el alumno aprendió del maestro, la prueba está en los votos obtenidos.

En una constituyente originaria se debe establecer que en ese órgano del Estado solo hubiera tres miembros por provincia. No hay justificación para pagarle tanto dinero a esos corruptos, más en un país pobre. Hablando de constituyente, hubiese sido bueno que el doctor ganase la elección, porque esta sería apremiante para el mandatario. Así se vería obligado a cumplir su promesa de campaña. Ojalá me denunciaran por delito contra el honor, así de repente se podría investigar que la “tremenda corte” no quiso hacer, respecto a las partidas circuitales, y yo llevaría como testigo a un abogado cuyo apellido empieza con Ce.. y al exministro que divide dineros y que está preso. En conclusión, el lugar es una cloaca de corruptos y de una supuesta paciente psiquiátrica.

 

La Degradación Del Sistema De Salud

El deber de los despachos superiores en el Ministerio de Salud (Minsa) y la Caja de Seguro Social (CSS) es detectar fallas y corregirlas para lograr que los pacientes reciban una atención de calidad. Lo que no ocurre ahora, porque es desigual, deficiente y deshumanizada.

Es imprescindible cambiar y optimizar el sistema institucional de atención para el bien de todos los que vivimos en Panamá. Se trata de una “obligación” del Estado, como lo ordena el artículo VI, Cap. 109 de la Constitución Nacional.

La Comisión de Salud de la Asamblea Nacional promovió un conversatorio entre sus integrantes, otros diputados, el director general de la CSS, representantes del Minsa y médicos expertos en el tema. El diputado presidente de esa Comisión, Crispiano Adames, reconoció que hay una crisis en el sistema, algo que no aceptan los despachos superiores.

El problema principal es la “deshumanización” o actitud no proactiva de cuatro actores principales y responsables de este problema, a saber: los proveedores de servicios médicos, técnicos y administrativos; los usuarios; los proveedores de equipos, instrumental e insumos, y el Gobierno central, que mantiene esquemas obsoletos de hace más de 30 años.

Optimizar la atención requiere un cambio de actitud para que sea universal, integral, completa, con calidad y calidez para todos los residentes en el país. Nunca se ha evaluado la prestación de los servicios de forma independiente, al contrario se hace de manera superficial y por espacios de tiempo muy cortos. Eso sí, con informes abultados, cosméticos y maquillados que dejan entrever solo la punta del iceberg, pero no reflejan la real y desfavorable situación. Con base a estos se toman decisiones improvisadas, pero muy promocionadas en los medios.

Desde hace años observamos un enfrentamiento subliminal entre el Minsa y la CSS, sin que el actual “círculo cero médico” entienda que la época de inacción o de soluciones paliativas ya pasó. Achacar el problema a los gobiernos anteriores no resuelve nada. Los administrativos deben evitar las compras directas de “urgencia notoria” y los proveedores únicos.

La capacidad resolutiva de los hospitales es mínima en todo el país. En estos, el dinamismo y el deseo de servir parecen vocablos de otro mundo. Además, cada día que pasa se agrava la falta de espacio y las aglomeraciones en el complejo médico de la CSS, en el Hospital Santo Tomás, en el Hospital del Niño y en el Instituto Oncológico Nacional. Pero igual que en la capital, la capacidad resolutiva de los hospitales del interior es mínima.

El estado estructural, sobre todo, en materia de atención hospitalaria del Minsa (equipos, instrumental e insumos) es desfavorable, pues la oferta del servicio médico no cubre la demanda actual. En la CSS este aspecto es igual de preocupante, máxime porque son los servicios y departamentos los que deciden su oferta de atención, con base a sus propios reglamentos, sin tomar en cuenta la demanda real. Por eso, en la práctica hay profesionales endiosados que limitan aún más su servicios, agravando la mora médico–quirúrgica.

El círculo cero de los médicos del despacho superior del Minsa convenció al Presidente de la República de que la solución era unificar la CSS y el Minsa, sin conocer el marco conceptual de lo que significa el sistema unificado de salud en un gobierno corporativo.

Antes de ponerlo a funcionar, hay que conocer y corregir las fallas en ambas instituciones; acordar un solo reglamento que garantice disciplina y rendición de cuentas y acordar un presupuesto coherente según la medicina basada en evidencia y tecnología de punta.

Es como armar un rompecabezas, en el que hay que reunir seis condiciones básicas para que sea exitoso y sostenible, estas son: 1. Totalidad para la acción de componentes, estructurados y sincronizados; 2. Un objetivo común que optimice la atención a todos los pacientes; 3. “Equifinalidad” para la excelencia en las actuaciones y reglas modernas que garanticen la atención de calidad y calidez médico-administrativo; 4. Entropía que conserve la identidad de los proveedores y que estos cumplan con su responsabilidad; 5. Retroalimentación para una fluida y sincera comunicación entre el Minsa y la CSS, que nunca se ha visto en los últimos 30 años, y 6. Unidad financiera, coherente y lógica.

“El que no vive para servir, no sirve para vivir”. Sugiero un debate entre los médicos del círculo cero del Minsa, la CSS, la Comisión de Salud de la Asamblea Nacional y la sociedad civil, para lograr que el presidente Varela sepa la verdad y tome las medidas que crea convenientes. El cambio del statu quo es obligante, si queremos humanizar el sistema.

 

Sobre El Perdón Y La Justicia

La Invasión de 1989, marcó un antes y un después de la historia de Panamá. Si bien es cierto las circunstancias han cambiado y estamos menos divididos que antes, nuevas amenazas a la institucionalidad democrática y la pacífica convivencia, están latentes. Hoy las amenazas son otras, como la inseguridad pública, la profunda desigualdad e inequidad social y la falta de una mejor calidad de vida y servicios básicos oportunos y eficientes para todos los ciudadanos y residentes en Panamá.

Ahora se trata de enfrentar la corrupción con la decencia. Y construir un país sin prejuicios ni divisiones; que el desarrollo llegue a los que siguen viviendo en condiciones desfavorables. Sin duda hemos avanzado mucho, pero la mora y la dilación siguen siendo una grave falla del sistema de administración de justicia. Lo cierto es que no puede haber paz social sin justicia hacia todas las víctimas y sus familiares. Creo que es lo equitativo para cualquier ciudadano que lucha por sus derechos, los cuales son inalienables.

La pregunta que nos debemos hacer es si los panameños hemos o no superado la división entre hermanos y los traumas que hemos vivido a lo largo de los últimos 47 años. Hoy, todavía algunos pregonan ‘Ni olvido ni perdón'.

¿Podremos entre todos los panameños, quienes sufrimos, de una forma u otra, las heridas de todos esos años, incluyendo las de la invasión y los que entonces aún no habían nacido, proponernos perdonar y olvidar? ¿Cómo pedirles a los familiares de las víctimas, que ellas hayan sido olvidadas por las siguientes generaciones o que su muerte haya sido en vano? Y, por supuesto, ¿será posible encontrar Justicia, en donde se le dé a cada uno lo que le corresponde y merece?

Pues resulta que ha habido, por partes interesadas, o un silencio bochornoso, o como dice el cantautor cubano Silvio Rodríguez: ‘Cada parte cuenta lo que cree, como también suele contar hasta donde le conviene' sobre los antecedentes, los hechos reales y las consecuencias, de todo ese período. Los panameños aún tienen sentimientos encontrados de su propio comportamiento, dividiendo a las familias. Muchos jóvenes, sobre todo menores de 30 años, no tienen una conciencia clara al respecto de ese pasado, que muchos adultos aún no logran superar.

Ahora más que nunca, los panameños debemos reencontrarnos entre hermanos, estar unidos y resolver las diferencias pasadas. Ahora más que nunca, es la oportunidad propicia para poder ubicarnos entre las naciones del mundo que luchamos por superar las desigualdades y garantizar el bienestar para todos nuestros ciudadanos. Hemos hablado mucho sobre estos asuntos con mi hermano, el sacerdote Nicolás Delgado Diamante, respecto a cómo definir los criterios en relación a estos dos temas: perdonar y olvidar.

Y él ha mencionado un pasaje de la Biblia al respecto. Del Sermón de la Montaña, Evangelio de Mateo, Capítulo V, versículos 22 a 24, cuando Jesucristo sentenció: ‘Por tanto, si al tiempo de presentar tu ofrenda en el altar, allí te acuerdas que alguien tiene alguna queja contra ti, deja allí mismo tu ofrenda delante del altar, y ve primero a reconciliarte con ese hermano, y después volverás a presentar tu ofrenda'.

No creo haber hecho nunca nada de lo cual arrepentirme ni daño intencional a nadie durante mi vida personal o como profesional. No obstante, es posible —como se indica en la Biblia— que alguien pueda tener alguna queja contra mí. Por ello, en mi libro sobre la invasión de 1989, pedí perdón a todos los que pudieron haberse sentido o verse afectados por mis acciones u omisiones. En todo caso, ellas nunca tuvieron la intención de afectar a nadie en nuestro país o en lugar alguno. Respecto al tema de la Justicia, tampoco me corresponde juzgar a nadie. El pueblo, con su inmensa sabiduría, sabrá hacerlo en su justa dimensión.

En la coyuntura actual, mantener la libertad y la democracia en Panamá, debe ser la tónica permanente en la mente y corazones de los panameños conscientes de la importancia de la preservación de las libertades y derechos individuales y colectivos de todos los habitantes del país. Ser mejores ciudadanos debe ser la consigna.

Los panameños, que siempre sabemos salir de las dificultades y crecernos sobre las calamidades, hemos logrado sembrar los cimientos de un futuro mejor. Ese futuro es nuestro. Luchemos por alcanzarlo entre todos los panameños, como hermanos. Esa es la batalla que debemos librar, por una vida digna y en igualdad de condiciones para todos.

 

Rarezas De La ‘Justicia’ Panameña:

aquellas tareas inútiles que no vale la pena emprender. Lo más seguro es que esta sea una de ellas, pero a veces escribir nos da la oportunidad de expresar nuestro pensar sin interrupciones verbales inmediatas, que muchas veces degeneran en discusiones poco fructíferas.

No obstante, en la opinión de este humilde servidor, el tema que voy a tocar no merece discusión alguna, pues los hechos hablan por sí solos, y aún aquellos que contamos con un limitado nivel de perspicacia podemos percatarnos de lo que sucede en materia de “justicia” en Panamá.

En los últimos meses los procesos judiciales que se le siguen a los responsables de los hurtos de los recursos del Estado (término que en nuestra alta sociedad se conoce como peculado, desfalco, malversación de fondos o lesión patrimonial), durante la pasada administración gubernamental, han causado revuelo en los medios de comunicación social, al punto de que hasta parece una competencia por ver cuál de todos es capaz de causar más sensación. No son casos fortuitos, sino un mal de vieja data.

Todos sabemos el inexplicable origen de las grandes fortunas. No obstante, por alguna extraña razón, esta vez se le ha dado una publicidad sin precedentes a algo que ha sucedido a lo largo de toda la historia de este país, y que solo cambiará el día que estemos dispuestos a desechar nuestras conciencias inservibles y entendamos que el daño que nuestras acciones le causan al país nos perjudican a todos, especialmente a la clase trabajadora. Que, por cierto, esta la conforma la mayoría de los ciudadanos del país y es la que elige a los gobernantes (algo para reflexionar). Sin embargo, toda la publicidad que se le hace a los actos criminales, sumado a una clasista administración de justicia, no hacen más que causar frustración entre la población sedienta de verdadera justicia. Incluso hasta se da a entender que hurtar es un acto punible solo si se hace en pequeñas cantidades.

Es bien sabido que el ser humano aprende a través de los ejemplos. Por ende, no es de sorprender que cada vez haya más compatriotas que se pregunten si la honradez, de verdad, vale la pena, y opten por imitar lo negativo, pero circunstancialmente lucrativo, pues al final de cuentas la severidad del castigo parece ser inversamente proporcional a la magnitud del crimen.

Es curioso, mejor dicho ridículo, que devolver una pequeña fracción de la cuantiosa suma de dinero hurtada sea causal suficiente para otorgarle casa o país por cárcel a alguien para que disfrute cómodamente de la cuantiosa diferencia.

De hecho, el país por cárcel es lo que la vasta mayoría de los panameños vivimos, pues nuestros limitados recursos (producto de la extrema inequidad económica imperante en Panamá) nos impiden viajar al exterior y en muchas ocasiones ni siquiera alcanzan para visitar el propio país.

Por otro lado, parece que lo que se busca con todo este show es hacer que los implicados salden su deuda con la sociedad mediante “castigos” absurdamente misericordiosos.

Por ende, pienso que si el actual gobierno no hace justicia con objetividad, mediante la expropiación de lo hurtado y el encarcelamiento (en verdaderas prisiones) de los culpables, es mucho más responsable que no se informe a la población de lo que sucede.

Al final de cuentas, todo lo que queda es un sabor a impunidad, de ver cómo desangran al país, y como suele suceder se exime a los responsables de alto extracto social, a pesar del enorme perjuicio económico para los que aquí residimos. Recordemos que muchas veces el camino hacia la felicidad está en la ignorancia.

 

Correcciones Del Mitradel

 

Tras mi designación como ministro de Trabajo y Desarrollo Laboral, hace un año aproximadamente, luego de las visitas realizadas a los interlocutores sociales durante el período de transición, me propuse varios objetivos. Entre ellos, convertir la institución a mi cargo en una autoridad que procure el equilibrio entre empleadores y trabajadores, el cumplimiento estricto de las nomas laborales, asegurando la paz social, mediante el respeto de la dignidad humana.

Para tales efectos, se han diseñado acciones y programas que tienen doble dimensión, la referida a la aplicación de la normativa laboral y la que alude a su aspecto social; esto es, la solución de conflictos y la promoción del empleo que constituyen la esencia de este Ministerio.

Entre las acciones implementadas por el equipo de la organización que dirijo, se pueden mencionar: asegurar el respeto de la libertad sindical; velar por el cumplimiento de disposiciones que exigen la contratación de artistas nacionales cuando se concedan permisos de trabajos para la presentación de artistas internacionales; reducir la morosidad en la tramitación de los permisos de trabajo, así como asegurar la transparente concesión de los mismos; promover la ratificación de Convenios de la OIT, tales como el convenio 144 sobre Consulta Tripartita y el convenio 189 sobre Trabajadores Domésticos; fortalecer la labor de diálogo tripartito de las mesas instaladas por la OIT; y rescatar el sitial de respeto que siempre ha tenido la República de Panamá ante la OIT; establecer un programa de educación a nivel de licenciaturas y maestrías para dirigentes sindicales, empleadores y funcionarios del Ministerio de Trabajo; diseñar las directrices y pautas para la adopción de una legislación que contenga la política pública de empleo del país, a través de la instalación de mesa de la alta comisión alusiva a las ocupaciones técnicas y profesionales.

En cuanto a naturaleza social, además, se crearon programas y proyectos que cuentan con la activa participación de organizaciones sindicales y empleadores responsables, como ‘clínica laboral', ‘conoce tus derechos laborales', ‘projoven', ‘yo sí cumplo' y ‘sembrando valores'.

No cabe duda de que la actual autoridad administrativa de Trabajo ha devuelto a los actores sociales la confianza y respeto por la vigencia de las normas contenidas en las distintas leyes laborales y viene respaldando el desarrollo normal de las relaciones laborales, pese a los intereses contrapuestos, lo que torna su configuración en una relación conflictiva. Con la nueva conducción del Mitradel, es claro que las relaciones laborales en el país se desarrollan bajo un clima de respeto y tranquilidad, asegurando la justicia social, uno de los pilares del Gobierno, quedando pendientes otras acciones como, por ejemplo, el compromiso de modificar la estructura orgánica y funcional de este Ministerio.

 

Ya Es Hora De Actuar:

Quienes nos dedicamos a la tarea de analizar a Juan Carlos Varela en los días en que aparecía como candidato a la presidencia, nos dimos cuenta de su falta de ímpetu a la hora de refutar a sus adversarios más acérrimos. Siempre blandía su muletilla: “no me voy a rebajar a ese nivel”, especialmente cuando el expresidente Ricardo Martinelli utilizaba contra él los más duros epítetos. Por eso, no nos sorprende que en su primer año de gobierno se le notara esa falta de músculo para darle impulso a la administración pública. Deficiencia que, al parecer, se contagió a casi todo su equipo de gobierno, que caminó a pasos aletargados igual que el inquilino del Palacio de las Garzas.

No pretendo hacer un profundo análisis de todo lo actuado en cada sector de la vida nacional, solo mencionaré cuatro aspectos que en mi concepto se podrían haber mejorado en este primer año para beneficio de los ciudadanos, si se hubiese tenido voluntad. Veamos:

1. El transporte público. Hasta ahora no se vislumbra un entendimiento claro con los operadores, especialmente en lo que se refiere a sus derechos laborales, tema que se ha postergando y que, eventualmente, genera conflictos siempre en perjuicio de los usuarios. Solo en abril de este año, vimos cómo la ciudad se paralizó cuando el sindicato de operadores del Metro Bus declaró una huelga en demanda del pago de indemnizaciones, lo que forzó la intervención de la Policía Nacional para despejar las vías obstruidas por los autobuses.

2. Otro aspecto que preocupa es el desorden que fomentan los conductores de automóviles, ya sea por exceso de velocidad, alto consumo de bebidas alcohólicas o simple desconocimiento del reglamento de tránsito. El resultado lo vemos en la proliferación de accidentes con saldo de cientos de muertos y heridos, mientras las autoridades no se deciden a actuar con mayor profesionalismo, ya sea mediante medidas de prevención o vigilancia efectiva.

3. El alto costo de la vida que ha llegado a niveles exorbitantes, mientras el pobre se hace más pobre y el rico se hace más rico. El hecho es que prevalecen los empresarios inescrupulosos que no saben que la responsabilidad social también tiene que ver con no inflar el precio de los alimentos, las medicinas ni demás artículos de primera necesidad en detrimento de los consumidores y con el único afán de obtener más ganancias.

4. La inseguridad. A pesar de que las estadísticas oficiales registran un descenso en el número de crímenes, lo cierto es que se multiplican los asesinatos, los asaltos a mano armada, los secuestros, los hurtos, los feminicidios, las violaciones carnales y una larga lista de hechos violentos que hablan muy mal de las acciones preventivas por parte del Gobierno. En pocas palabras, el país está saturado de graves problemas sociales.

Para ser justo, creo que mucha culpa de todo esto lo tiene la ingobernabilidad y la corrupción que imperó en el pasado quinquenio, pero ya es hora de que el gobierno de Varela empiece a trabajar para revertir estos males.

 

El Gobierno No Debe Pagar Las Deudas De Mibus

Medios de comunicación social han informado que el Estado panameño asumirá el pago aproximado de trece (13) millones de dólares en concepto de prestaciones y horas extras que se les adeuda a los operadores del Metrobús. Señalan como fuente de la noticia, las declaraciones del ministro de Trabajo y Desarrollo Laboral, Luis Ernesto Carles.

No resulta comprensible, y es hasta censurable, que el Gobierno se comprometa a pagar una indemnización o pago de pasivo laboral a los trabajadores del METROBÚS, si es una deuda de una empresa privada.

En derecho, la absorción del pasivo laboral de una empresa no entraña la obligación de pagar indemnización alguna, pues la relación laboral no termina.

¿A qué se expone el Gobierno si paga una deuda de una empresa privada?

A ser denunciado penalmente, por peculado entre otras figuras, al momento en que se dé el pago reclamado por los trabajadores.

El Estado no puede indemnizar a un trabajador de una empresa privada.

El funcionario solo puede hacer lo que la Ley prevé (Principio de estricta legalidad, consagrado en el artículo 18 constitucional); ¿cómo entonces pretende el Gobierno indemnizar y/o pagar deudas laborales dejadas por una empresa privada, a los trabajadores, si no existe una ley que posibilite esto?

‘Dura es la ley, pero es la ley'. Si existiese una ley que hiciera viable este pago, entonces se podría hacer, pero como no hay, no resulta viable este pago.

Diferente sería que del pago que pudiera tocarle como compensación a MIBUS por parte del Estado, el Gobierno le deduzca de esta cifra lo adeudado a los trabajadores, pero en este caso el Gobierno no es el que estuviera pagando, sino MIBUS, o sea, la empresa privada.

 

La Polución Del Aire Y Sus Efectos Dañinos:

Siete millones de personas mueren al año debido a la contaminación del aire, según informa la Organización Mundial de la Salud (OMS). La mala calidad del aire ha elevado en los últimos años el número de fallecimientos prematuros, las enfermedades, costos sanitarios y la calidad de vida.

Se considera contaminación a cualquier sustancia nociva introducida por el hombre, que sea perjudicial tanto para los seres vivos como para el medio que les rodea. El dióxido de carbono, responsable del efecto invernadero, es el gas que provoca en mayor medida el calentamiento global. Aunque todos los seres vivos emitan dióxido de carbono, solo se consideran perjudiciales aquellos gases creados por el hombre y que suelen estar asociados a las emisiones de automóviles, aviones, centrales eléctricas y otras actividades humanas que requieren de gasolina o gas natural.

La piel es el órgano humano que se ha visto más afectado por la contaminación. En ciudades con elevados índices de polución, los problemas de piel se han multiplicado, el acné, la sequedad, la pérdida de brillo y de color son ahora más frecuentes.

Un estudio realizado por una empresa que produce cosméticos ha demostrado que entre 200 mujeres de Beijing, aquellas que viven en distritos con un nivel de contaminación superior sufren peor hidratación que las que habitan en zonas con niveles inferiores, aunque lleven una calidad de vida similar.

También se han incrementado las alergias. Las plantas han tenido que adaptarse a las nuevas condiciones del ambiente y han desarrollado, en su polen, una proteína conocida como “proteínas del estrés”.

“Vimos que el polen con proteínas de estrés era más agresivo y producía síntomas más intensos en los pacientes alérgicos. Esta ‘rebelión de las plantas’ no es más que su sistema de adaptación a un entorno nocivo y los humanos estamos en medio y sufrimos las consecuencias”, explica Ángel Moral, coordinador del experimento.

Esto ha llevado a los Estados a tomar medidas contra la polución. En abril del año 2002, se aprobaba el Protocolo de Kioto por la Convención del Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático, su principal objetivo es reducir las emisiones de dióxido de carbono a la atmósfera para paliar el calentamiento global. A pesar de esto, existen países que superan los límites y compran cuotas de emisión a otros con niveles inferiores a la máxima.

Como se puede observar, estas medidas no son suficientes, la verdadera y única solución para salvar el planeta está en la voluntad del ser humano.

 

¡Qué Perdón Ni Qué Carajo!

No había tenido la oportunidad de ver la entrevista del que se sigue llamando como si fuera algo honroso para el país ‘general Noriega', ignorando que un general honra su uniforme con cualidades que este individuo jamás tuvo, comenzando que de militar no tiene ni un pelo, para los que recuerdan cómo terminó su reinado demencial, solo bastó escuchar los primeros disparos y se mandó a esconder cual cobarde, jamás enfrentó lo que él mismo provocó, una cruenta invasión que costó vidas que han quedado en el olvido histórico.

Pero finalmente, aunque con la corazonada de que no valdría la pena, pude ver la tan cacareada entrevista, para mi decepción, tamaño embuste resultó ser, no dijo absolutamente nada, nada que le sirva al pueblo panameño y a la historia, porque el perdón que pidió pareció un acto teatral sin ninguna fibra de compasión verdadera, acartonado, sin sentido y, como dirían los militares, un discurso institucional con palabras escritas al estilo de ‘yo mando y ustedes escuchan'.

A nadie le importa que pida perdón de esa forma, un verdadero arrepentimiento debe estar acompañado de la información que pueda esclarecer aquellos episodios nefastos de la era dictatorial que deben ser aclarados, solo así podría tal vez terminar su vida en paz.

Patético ver a un decrépito exdictador repetir lo mismo, pedir perdón e invocar al Altísimo ante un entrevistador que solo logró darle escenario para su acto circense. Mejor se hubiese quedado callado, porque solo logró revivir el repudio de la ciudadanía y de todos aquellos que vivieron aquellos años donde la patria sucumbió a la locura de un demente militarsillo y de aquellos civiles que, por sacar provecho, lo apoyaron desmedidamente. Hoy, no quieren que se les recuerde.

No merece que se le otorgue ninguna medida diferente que la cárcel, hasta que terminen sus días. La memoria de aquellos que fueron masacrados, humillados, desaparecidos, torturados no lo permite. Sería una afrenta de este ser sin alma al pueblo panameño. Esta prohibido olvidar.