Se Busca Magistrado, Sin Pasado

Doña Experiencia y doña Prudencia tenemos en común tardes de lluvia, ojos abiertos y oídos inquietos. Y en una de esas tardes aburridas, este ensayo resultó… En momentos en que el sistema judicial, la Asamblea Nacional y el Gobierno de Panamá están con la credibilidad en entredicho por los serios casos de corrupción es cuando debemos hacer un llamado a la coherencia social.

Ejerciendo nuestra libertad, en el ámbito de una justa elección, no deberíamos admitir que existiesen vicios ni pasiones que debilitasen la voluntad de elegir, con sabiduría y sin coacciones externas, al próximo magistrado de la Nación. Frente a la amenaza de enfrentarnos a un desorden social, tenemos la oportunidad de aprovechar el momento para inclinar la balanza hacia el lado de la justicia.

Recordando a los grandes filósofos: Platón, Aristóteles o Tomás de Aquino y cada una de sus teorías sobre el significado de justicia, no podemos menos que decir que esta debe servir para proporcionar ética, armonía, equidad y honradez. En este contexto no podemos desaprovechar la oportunidad de concienciar a la comunidad sobre el principio básico del sistema judicial que es su independencia como garantía para todos los ciudadanos.

Mientras vemos cómo, por primera vez en la historia de Panamá se llama a juicio a un expresidente mediante el Sistema Penal Acusatorio, se condena a un magistrado y a altas figuras de la vida pública y de la empresa privada, siguiendo el ejemplo de Perú y de su procurador José Ugaz, cuyo lema vital dio paso y pie al libro Caiga quién caiga, no dejemos a un lado el momento crucial que se avecina con el nombramiento de varios cargos importantes. Magistrados de la Corte Suprema de Justicia y directores de la Autoridad del Canal, esto aunado al reciente mandato del contralor general, el procurador de la Nación y de la Administración y de un magistrado del Tribunal Electoral.

Este gobierno, que se llamó“el de la decencia”, debe pasar a la historia como tal. No podemos seguir postergando que los puestos sean ocupados por méritos propios, y no como resultado de una división de espacios políticos, amistosos o sociales para manejar el país.

A través de los años hemos sido testigos de la trama que se teje alrededor de la elección de los magistrados y de las altas figuras de la esfera política, todos los gobernantes han caído en el juego de ubicar en puestos clave a personas que, de alguna manera, puedan maniobrar en algún sentido. Ya sabemos que favor con favor se paga.

Vivimos en un país presidencialista, donde es facultad del mandatario hacer esos nombramientos, sin embargo, podría asegurar que este o cualquier otro Presidente que cambie las reglas del juego, llámese la Constitución Política, es quien hará la diferencia.

Ese “hoy por ti, mañana por mí” no puede seguir siendo el leitmotiv de la justicia panameña. La sociedad civil está aburrida de la justicia selectiva, de los trueques y de los fallos que dilatan, por años de años, esos abogados que se nutren de la burocracia del sistema para engavetar y desempolvar expedientes cuando conviene, dejando los casos en un limbo judicial en el que para aguantar no solo hay que ser paciente, sino tener dinero. Este es el pan nuestro de cada día de los ciudadanos de a pie, de empresarios y de todo aquel que esté en manos de la justicia panameña. Creo que ha llegado el momento de pasar la página y hacer cambios visibles, tangibles y hasta responsables, porque vergonzosamente nos encontramos ante el hecho sin precedentes de tener magistrados con decenas de querellas, y algunos de ellos incurren en el error de aceptar arreglos y emitir fallos para mantener sosegada a la opinión pública, haciendo caso omiso de la justicia real. Ese es el peor síntoma de deterioro de la justicia como tal.

Hay un abogado que alega siempre: “caimán no come caimán”. Le recomiendo mirar a su alrededor, pues me parece que no ha reconocido el ambiente en donde se encuentra hoy. Toda esa camada de jóvenes abogados debe guardarle lealtad solo a su conciencia; que las luces de las fiestas sean las únicas que los deslumbren; sepan que todo tiene un precio, menos las noches tranquilas; solo estiren la mano para ayudar y recuerden siempre que “el que sube como palmera baja como coco”. Así le dijo doña Experiencia a todos aquellos que fueron sus alumnos.

Nuestro sistema judicial está a punto de colapsar. Trabajemos para lograr que evolucione, se refresque, se renueve y sea libre. Acabar con la delincuencia es difícil; se ausenta y no siempre desaparece. Convirtamos esta amenaza en oportunidad.

Y mientras repicaban las campanas al salir de la iglesia, de la última conversa esta sugerencia resultó: Nombremos una “junta de honorables” que represente la colectividad y que posea los conocimientos para ayudar a elegir con respetabilidad al cuerpo de magistrados de la Corte Judicial. Con sendos representantes del Colegio de Abogados, de Transparencia Internacional, de las facultades de derecho de las universidades del país, y de las grandes firmas de abogados. Una vez conformado el grupo, sus miembros podrían ser quienes calificaran los méritos de los postulados para hacer consultas con la sociedad civil, como en campaña prometió, y de allí, que el Presidente que proceda a hacer su nombramiento. Aun así, dijo doña Experiencia: “Mejor poner doble coladera, ¡un guisante podrido… y nos daña la lata entera!”.

 

Familia Y Valores Morales

Cada época tiene su forma y metodología de criar a los niños. Recuerdo de la infancia cuando mis padres conversaban con algunas personas, yo me ponía contento, porque era el momento que no estaba vigilado por mis padres. Además, no podía escuchar la conversación de los adultos. ¡Cómo los tiempos han cambiado! Hoy, las nanas son las que cuidan a los niños y ayudan a nuestros hijos en las primeras tareas de la niñez. En un periódico de la localidad en tema de empleo, exigían que las nanas debieran tener conocimiento en el uso de la tecnología. ¡Cómo delegamos nuestra responsabilidad!

En estos tiempos modernos, ambas parejas trabajan y hay muchas teorías como: la liberación de las mujeres, la inflación, padres irresponsables, el Código de la Familia. Al final debemos hacer un alto y volver a analizar ¿qué le está sucediendo a la familia panameña y a los valores morales? Si mis padres solo llegaron hasta sexto grado de una escuela pública. No existía prekínder ni kínder, no habían busitos colegiales, salones con acondicionadores de aire. Hoy, tenemos todo a nuestro alcance y vemos la desintegración familiar, niñas embarazadas, el maltrato a la mujer, beca universal, crímenes horrendos, drogas, promiscuidad sexual, alto consumo de bebidas alcohólicas entre las damas y menores de edad, la adicción a la tecnología… ¿y los valores dónde están?

Si sabemos que el pilar de la familia se fundamenta en valores, ¿por qué la familia panameña está viviendo una crisis en valores, credibilidad y confianza, donde la cabeza del hogar son los padres de familia, que están dando malos ejemplos en esta sociedad panameña? Supuestamente las personas que tienen mejor educación y vienen de las mejores universidades del mundo deberían dar lo mejor de sí.

Cuando miramos el escenario de nuestro país, observamos presidentes, ministros, diputados, magistrados y empresarios que están siendo investigados, juzgados por su mal proceder. Lo lamentable de todo esto es que la familia queda involucrada directamente en esos procesos de corrupción. Porque la mayoría de las veces existe un vínculo familiar, ya sea político, empresarial y social que termina en nepotismo.

Es importante que regresemos a nuestro principio social que es la familia en valores. Te podrán condenar y salir de la prisión. Pero la sociedad moralmente no te perdonará a ti y ni a los descendientes de esa familia. Pensemos más en la familia antes de cometer una falta social. Le estamos enseñando malos hábitos a esta nueva generación.

¡Lo que era malo en el pasado, hoy la sociedad lo está aceptando como bueno! Lo interesante es que las clases sociales siempre señalaban a los hijos de la cocinera como seres despreciables por su comportamiento ante la sociedad. Mateo 7:1:3: No juzguen a los demás y no serán juzgados ustedes. Porque de la misma manera que ustedes juzguen, así serán juzgados, y la misma medida que ustedes usen para los demás, será usada para ustedes. Con esto quiero decir que todas las clases sociales quedaron al descubierto con un historial de malas conductas y valores morales que dejan mucho que decir.

Juan 8: 7:9: Aquel de ustedes que no tenga pecado, que arroje la primera piedra. Al oír estas palabras, se fueron retirando uno tras otro, comenzando por los más viejos, hasta los más jóvenes. Eclesiastés 12:14: Dios juzgará todas las acciones, aun lo que está oculto, tanto el bien como el mal.

Esta sociedad panameña no puede continuar desarrollándose de esa manera, porque no estará dando los frutos necesarios de un buen legado familiar. Dejemos de enfocarnos tanto en las cosas materiales y el amor al dinero que es parte de la causa de nuestra situación social e institucional y familiar, busquemos más a Dios que es nuestra salvación.

 

La Justicia Está En Crisis:

Desde hace un tiempo escribo sobre la justicia selectiva y las arbitrariedades que practican algunos juzgadores. La Corte Suprema de Justicia no escapa a este señalamiento. Mientras a unos se les beneficia con fallos o medidas confusas, otros son perjudicados con sentencias contrarias al derecho y bajo argumentos e interpretaciones incoherentes.

Diferentes magistrados de épocas pasadas y, en este quinquenio, el magistrado Harry Díaz, advierten de la venta de fallos, mientras los gremios abogadiles y la población, en general, guardan silencio. Los ciudadanos esperan muchos años antes de que salgan los fallos. Por desdicha, el proceso es lento y negativo para los honestos, pero complaciente para políticos y corruptos.

Habría sido interesante conocer el inventario de expedientes, en orden cronológico, que reposaba en el despacho del entonces magistrado Alejandro Moncada Luna y la razón por la que los mantenía en suspenso, algunos por años. Al parecer y por lo expuesto en su momento por el magistrado Díaz, no es uno ni son dos. Entonces, ¿quiénes y cuántos son los que venden los fallos?

El sistema está en crisis y eso es peligroso. La población se cansó de ser tratada como ignorante. En países como Perú los ciudadanos se toman la justicia por sus manos y ladrón visto es ladrón linchado, igual que ocurre en algunas poblaciones de Panamá. Aquí la impunidad es sinónimo de inmunidad, y solo mediante medidas enérgicas se le podrá poner coto a la corrupción. Además, algunos (as) secuaces del expresidente Ricardo Martinelli todavía se mantienen en cargos de confianza y gran responsabilidad. Una acaba de renunciar.

Ahora, tal como lo denuncia la abogada Edna Ramos, hay un número considerable de colegas extranjeros que ejercen sin permiso en Panamá, quizás producto del mal concebido programa Crisol de Razas. Lo que pudiera ser un distractor o bola de humo por parte de quienes administran justicia.

Mientras los magistrados no sean escogidos por el pueblo, mediante el voto popular, y tampoco sean reemplazados a través de un plebiscito, el sistema seguirá en crisis. Al parecer, los organismos de administrar justicia tienen una capacidad mediatizada por razones económicas, sociales y políticas. ¿Quién paga más? ¿Por qué dar país por cárcel para algunos y presidio para el hijo de Juana? Y ¿quién me nombró o tiene a mis parientes emplanillados? ¡Dios te salve, Panamá!

 

Panamá, ¿Ciudad Trancada?

A casi todos nos resulta obvio que Panamá ha sufrido cambios importantes en su infraestructura y la Ciudad Capital ha incorporado desde la Cinta Costera hasta el Metro, pasando por el Metrobús. Sin embargo, independiente del método de transporte que usemos, experimentamos tranques fuera de horas pico y parálisis cuando todos hacemos uso de las vías… a la vez.

Pareciera que nuestra movilidad necesitara hilvanarse mejor y los usuarios, usarla mejor. Resulta imperante iniciar un proceso de revisión y corrección de temas de diseño y uso, aunque las soluciones no suelen gustarnos: ‘Pico y placa', así como tributos para disminuir la oferta de nuevos autos o la salida de circulación de otros que no cumplen con funcionamiento, seguridad y emisiones.

Pero en el lado positivo hay que probar otras cosas y la aparición de la Línea 1 del Metro es algo a lo que hay que sacarle partido. Ya lo mencionaban usuarios de la 24 de Diciembre cuando inició su servicio e indicaban que ahorraban 20-25 minutos tomando un bus hasta San Miguelito y el Metro de ahí en adelante. Significa que debe contarse con la Línea existente mientras llegan la 2 y la 3; el tema es que todas ellas recorren y recorrerán el área metropolitana fundamentalmente de Este a Oeste y viceversa, por lo que le sigue faltando ampliar el área de influencia con el uso de rutas transversales.

Los ingenieros en transporte indicarán rápidamente que el Metro no parece tener mucho sentido en tramos cortos y transversales (sentido norte-sur) a la línea existente y a las futuras (2019-2023). ‘OK', lo que significa que hay que echar mano de otro sistema y lo que tenemos disponible es el Metrobús, mejorando los intercambiadores, paradas y aceras.

Tomemos dos casos puntuales: La vía Ricardo J. Alfaro (Tumba Muerto) y la próxima terminación del Corredor Norte. En el caso de la Ricardo J. Alfaro, el tranque es permanente alrededor de El Dorado y de las universidades, entre la USMA y la estación del Metro en San Miguelito. Si separamos el problema en dos y nos concentramos en las universidades, podríamos tener un circuito cerrado y corto entre la Tecnológica y San Miguelito, con servicios frecuentes en función de la hora y que le brinde a los usuarios acceso al Metro; puede estudiarse el uso de un circuito aún más corto, con la USMA como retorno vía Miraflores, que le brinde servicio a todas las universidades al final de la Ricardo J. Alfaro y una estación de Metro. El otro segmento, alrededor de El Dorado, puede interconectarse en la otra dirección, hacia la Iglesia del Carmen (y su estación de Metro).

Por el otro lado, la Línea 2 del Metro no estará lista sino en 2019; pero está por abrirse el Corredor Norte hasta Mañanitas-24 de Diciembre. ¿Cómo logramos evitar el ‘tranque pagado' que vemos diariamente en el Corredor Sur? Hilvanando el sistema; creando un circuito cerrado de Metrobús que una esas áreas y otras como Rana de Oro, Pedregal, Colinas del Golf y Villa Lucre con la estación del Metro de Los Andes o la de San Isidro, permitiéndole a los que viven en las afueras disminuir sus tiempos de recorrido con la combinación de los sistemas, viajando una porción rápida en Metro y otra, con muy pocas paradas, en el Corredor Norte. Una variación de esta solución sería proveer circuitos cerrados cortos en la porción norte de la Ciudad (Las Cumbres, Chilibre, hasta Colón) que no entren a la Ciudad y que descarguen en la nueva estación del Metro en San Isidro.

La aparición de circuitos cerrados y transversales a la línea actual del Metro, junto con mejores (amplias, confortables, bien señalizadas, seguras, etc.) zonas de intercambio deben tener resultados positivos. Mientras la opción de transporte público no sea equivalente o mejor en términos económicos y de calidad que ir en el mismo tranque, pero manejando el carro de uno, ¡seguiremos trancados!

 

‘Ni Una Menos’:

No puede ser que el Estado y las autoridades sigan manteniendo una actitud de tolerancia frente a la recurrente muerte violenta de mujeres por razones de género, y que la misma sociedad panameña vea como algo natural la violencia sexista.

El feminicidio es una de las formas más extremas de violencia, es el asesinato que comete un hombre contra una mujer a quien considera de su propiedad.

Es lamentable que esto ocurra, a pesar de la existencia de la Ley 82 de 2013, que tipifica y sanciona el feminicidio, gracias a la tenaz lucha de las feministas y organizaciones de mujeres que no se rindieron para lograr que se visibilizara, se conceptualizara y se tipificara este grave delito contra los derechos humanos. Es evidente que aún impera la impunidad estatal de género, a través de la inacción de la justicia, la falta de voluntad política de dotar de los recursos a las instancias que tienen que poner en ejecución las medidas sociojurídicas tendientes a resguardar la vida e integridad de las mujeres.

El feminicidio es un problema social y de seguridad humana, por lo tanto, el Estado tiene la obligación de colocarlo en la agenda política y actuar con rapidez para contribuir a la erradicación de este flagelo.

Se necesitan campañas para cambiar la tolerancia natural a la violencia contra las mujeres en todas sus manifestaciones. No basta con un Día Internacional de la Mujer o uno de lucha contra la violencia. Se requiere un permanente compromiso estatal, individual y de la sociedad para erradicar la violencia y la discriminación basadas en el género.

Como bien dice Isabel Vericat: “Cada mujer desaparecida es un fantasma errante por la ciudad. Cada cuerpo no identificado un grito para que lo nombren. Cada mujer asesinada un clamor de justicia…”.

¡Le exigimos al Estado: ni una menos!

 

Contrataciones Públicas Que Protejan Al Estado

Todo indica que, tras consultar a diferentes sectores de la sociedad civil, el Ejecutivo presentará un proyecto de ley para reformar el sistema vigente de contratación estatal de bienes, servicios, concesiones y disposición de bienes.

Como integrante de la Asamblea Nacional hace unos años, participé en la aprobación de la Ley 22 de 2006 que reformó el sistema; desde entonces esa ley ha sido modificada seis veces: en el 2008, el 2009 y el 2010. Durante ese período también se emitieron seis decretos ejecutivos reglamentando esas leyes. Al final, en el 2011, para facilitar la comprensión del régimen actualizado, se aprobó un Texto Único con todas las modificaciones.

Sin duda ha existido una permanente inquietud reformista, pero ¿con qué verdadero propósito? ¿Tratar de mejorar la ley para proteger los intereses del Estado y los contribuyentes? ¿O sembrar dificultades estratégicas y dejar flancos abiertos para facilitar contrataciones predeterminadas o contratantes privilegiados?

El interés público hoy se ha reanimado tanto por la percepción de abusos cometidos en el quinquenio pasado, cuyas investigaciones se adelantan, como por las posibles adjudicaciones de importantes contratos a una empresa que está bajo investigación por corrupción en su país. En justicia no se puede descartar la posibilidad de que allá finalmente pueda resultar no culpable; y también es posible que la licitación acá haya cumplido con todas las formalidades legales.

Pero en el ambiente quedan aprensiones justificadas. Altas autoridades del propio Gobierno han manifestado la conveniencia de revisar —para fortalecer— las disposiciones legales que rigen las contrataciones públicas. De ahí que me anime a sugerir algunos aspectos que no se deberían ignorar, porque se han prestado para abusos recientes.

Comenzaría por limitar y hacer más rigurosas las justificaciones que abran la puerta para omitir la licitación pública. ‘Emergencia notoria', como excusa, es un concepto que se presta a convenientes interpretaciones.

Establecería un escrupuloso proceso de precalificación de proponentes con tiempo suficiente para realizar una investigación profunda que permita conocer a cada uno. Como se exige a promotores de bancos, exigiría nombres, antecedentes y experiencia de cada uno de los dueños/beneficiarios de empresas participantes; y los publicaría ampliamente. Si ese requisito y práctica existe en el sistema bancario como protección para los ahorristas que les confíen sus dineros, con igual razón se debe divulgar ampliamente la identidad, experiencia e integridad de las personas a quienes les confiaríamos la ejecución de obras públicas en plazos, costos y tiempos estrictos. Es nuestro dinero; no debe ser confiado a cualquier aventurero.

Ejercería especial cuidado en las especificaciones del pliego de cargos. Que no sea tan ambiguo ni tan riguroso que levante suspicacias sobre la intención de encami nar el resultado en una predeterminada dirección, como traje a la medida.

Restringiría las licitaciones por ‘mejor valor' y fijaría estrictos requisitos para integrar la Comisión Evaluadora que deba escoger la propuesta ganadora. ‘Mejor valor' es un concepto que puede justificarse en muchas formas y se complicarían si se descuida el aspecto de posible conflicto de intereses.

Castigaría con prisión la costumbre de fragmentar costos para evitar licitaciones. Eliminaría licitaciones ‘por invitación', cuyo favoritismo contradice la transparencia necesaria; y en cambio, exigiría una amplia divulgación que posibilite la genuina competencia que resulte en el mejor precio y calidad para el Estado.

A menudo se olvida que cuando un particular llega a un cargo público el buen juicio debe indicarle que tiene la obligación fundamental de cuidar el adecuado uso de los dineros públicos y utilizarlos para adquirir los mejores bienes y servicios disponibles en un ambiente de libre competencia, porque se trata del dinero de todos.

 

La Soledad De Los Ancianos:

Los tiempos cambian, al igual que los hombres y sus imaginarios sobre el mundo y las cosas que lo constituyen. Este fenómeno sociológico, lejos de ser una novedad del siglo XXI, se puede evidenciar a lo largo de la historia de la humanidad, porque los cambios sociales han moldeado las ideas, al tiempo que estas suscitan transformaciones socioestructurales.

No es de extrañar, entonces, que la consideración y estima hacia la vejez haya permutado en las últimas décadas, al intensificarse el imaginario simbólico de la eterna juventud; que no solo ha suscitado una perniciosa dicotomía, destacando lo juvenil por encima de la senescencia, como sinónimo de belleza y productividad, en contraste con fealdad y parasitismo, respectivamente.

Por otra parte, dicho imaginario ha sido fuertemente justificado y legitimado por el sistema capitalista que –gracias a una lógica de mercado que privilegia tanto la producción como el consumo– ha creado las bases estructurales e ideológicas para la aparición de semejante estigma social. En este sentido, las personas adultas mayores son tan solo imperfectamente productivas y consumidoras, pues por una parte ya no se encuentran insertas en el mercado de trabajo formal y, por la otra, sus jubilaciones y pensiones son, en muchísimos casos, insignificantes.

En este orden de cosas, la vejez es percibida como una etapa residual del ciclo vital, lo que implica que estas personas mayores no solo se encuentran en una situación de “rol sin rol”, sino que además, están casi desamparadas institucionalmente (lo que se evidencia por el simple hecho de que no hay una política gerontológica que elabore y regule planes, programas y servicios sociales dirigidos solo a este segmento de la población).

Ahora bien, por siglos la familia se ha considerado como uno de los pilares fundamentales de la sociedad, porque proporciona funciones indispensables como la reproducción, la socialización, la regulación de la actividad sexual, el mantenimiento económico y el apoyo emocional. Además, en muchísimas sociedades el cuidado de las personas mayores era relegado casi por completo a esta institución social. No obstante, en Panamá, en los últimos años se nota un enfriamiento en las relaciones generacionales en el seno familiar, porque si bien el adulto mayor ejerce, muchas veces, una suerte de función educativa y queda al cuidado de sus nietos, esto se ha erosionado a través del tiempo. Lo que lleva a problemas como el abandono, negligencia en el cuido, maltrato y hasta la institucionalización forzada en asilos (en algunos casos).

Lejos de lo que se cree, todas estas situaciones son el efecto de una racionalidad basada en el individualismo más cruel, propiciado por un sistema que le ha negado a la vejez un lugar en nuestro mundo. De esta forma, las personas mayores aparecen ante nuestros ojos como seres incomprendidos e insufribles. Penitentes en un mundo que les niega no solo la solidaridad, el aprecio y la estima que se merecen, como legítimos constructores del presente en que vivimos, sino que además los invisibiliza y excluye de la sociedad.

 

El Niño Y Sus Implicaciones Climáticas

Desde diferentes confines del planeta se escuchan voces sobre los cambios ambientales. Aquí, en Panamá, voceros de diversas agrupaciones han señalado que se han registrado los calores jamás sentidos en el último siglo. Fuentes de la Autoridad del Canal de Panamá (ACP) destacan que la ausencia de lluvias preocupa a la administración; el factor más importante para el funcionamiento de la vía interoceánica radica, precisamente, en el agua.

En el campo, la acción de este fenómeno, es devastador. Los animales están débiles ante la ausencia de alimentos y la falta de agua.

¿Cómo se ha denominado este comportamiento de la naturaleza?

El nombre es de El Niño y se debe a que las primeras manifestaciones se dieron muy cercanas a la Navidad. Fue dado por unos pescadores peruanos ante la repetición de una corriente cálida para finales de diciembre. Según los reportes, éstas se fueron haciendo más fuertes, lo que alertó a la comunidad mundial.

Desde mi punto de vista, la reacción de la naturaleza es una respuesta a la acción criminal de quienes deforestan, envenenan y ensucian el entorno ecológico. La factura la estamos recibiendo año tras año y, de no darse un cambio, los resultados serán muy catastróficos.

El fenómeno de El Niño es un patrón climático recurrente; implica cambios en la temperatura de las aguas en la parte central y oriental del Pacífico tropical. Se da en periodos que van de tres a siete años. Las aguas superficiales de una franja del Océano Pacífico tropical se calientan entre uno y tres grados centígrados. Esto afecta las precipitaciones pluviales en las zonas tropicales y como Panamá está ubicada en ella, sufre los embates de esto.

La fase cálida de El Niño suele durar entre ocho a diez meses, por eso, los pronosticadores afirman que este fenómeno se puede extender hasta el fin de año o hasta principios del otro.

¿Se podrá revertir este suceso que ya es recurrente?

Claro que sí, todo va a depender de los cambios de comportamiento. Cada año se acentúa más y los animales y las plantas están respondiendo de forma anormal. Antes era natural que los frutales de estaciones florearan y dieran sus alimentos en épocas específicas, pero lo que pasa es para alarmarse. ¿Cómo se explica que a mitad de año se vean árboles de mango, marañón, aguacates, etc. floreando, cuando esto ocurría a finales o principios de año?

Es un fenómeno de variabilidad climática, que es cíclico, por lo tanto los países tienen que prepararse cuando la probabilidad de que se presente El Niño sea alta. Según el Centro de Predicciones Climáticas y el Instituto Internacional de Investigación de Clima y Sociedad ‘existe una probabilidad mayor del 90 % de que El Niño continúe en el hemisferio Norte hasta finales de 2015, y alrededor de 85 % de que persista hasta inicios de 2016'.

¿Está Panamá preparada para afrontar los embates o consecuencias del fenómeno de El Niño? ¿Qué medidas se tomarán para hacerle frente al impacto?

Desde hace mucho tiempo oímos decir que la guerra en el planeta no será por el petróleo, sino por el agua. Estas profecías parece que se van a cumplir. Para que exista la vida, el agua es vital; sin ella se acaba todo. Repito, se hace necesario un cambio en los comportamientos y las costumbres del ser humano. De lo contrario, entraremos a ese mundo tenebroso del cual nos habla el apóstol San Juan en el libro del Apocalipsis.

La naturaleza habla, pide que se hagan cambios urgentes. Esta es nuestra casa, no hay otra; si la destruimos, nos destruimos nosotros. ¿Qué esperamos para cambiar?

 

Infraestructura, Seguridad Y Desarrollo

Fue ilustrativo regresar a Lima por la Panamericana Sur el mismo día en que se transmitían dos noticias aparentemente inconexas. Un accidente de carretera que dejaba una veintena de muertos y la inauguración de la  Cumbre Empresarial de la  Alianza del Pacífico (CEAP) con unos 500 líderes empresariales, previa a la X Cumbre Presidencial de la Alianza, que está priorizando, felizmente, la construcción de infraestructura en los cuatro países miembros.

La radio interrogaba a especialistas del sector salud que enfocaban el problema desde la perspectiva de nuestra limitada capacidad hospitalaria para atender heridos.

Conduciendo por una de las pocas y colapsadas autopistas que tiene la Panamericana, vi con claridad que el tremendo déficit de infraestructura vial es la causa principal de que los accidentes de tránsito se multipliquen día a día por todo el Perú. Sin embargo, es notorio que no se incide suficientemente en esa evidente relación causal. Datos: 

1. El promedio anual de muertes por accidentes de tránsito afectó a casi 4 mil peruanos el año pasado.

2. Solo en Lima, la brecha deficitaria de infraestructura vial y de transportes se ha calculado en $50 mil millones.

3. En el panorama nacional, publicaciones de AFIN estiman la brecha en $80 mil millones, equivalentes al 40% del PBI.

4. Según Provías Nacional, de un total de 24 mil 235 km de carreteras departamentales, solo 2 mil 340 km están asfaltadas.

¿No es evidente entonces que esta es la causa principal del geométrico incremento de accidentes en un país donde se conduce en forma salvaje? ¿Podemos esperar décadas para cerrar este macro déficit mediante recursos presupuestales que resultan exiguos para la magnitud de un problema tan dramático? ¿No es una situación incompatible con nuestros planes para acceder a la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos?

Sin embargo, no se percibe urgencia en el tratamiento gubernamental de esta problemática, agravada por la tramitología y la insuficiencia de recursos fiscales. Por ello tiene enorme importancia que la infraestructura haya sido creativamente priorizada en las reuniones de la Alianza del Pacífico en Paracas. La convergencia del brillante trabajo previo de los ministros de Economía (que les ha merecido la constitución de un Consejo especial), la CEAP (al más alto nivel empresarial) y la Cumbre Presidencial (con su envidiable capacidad decisoria) han ido más allá de las expectativas cifradas en la Alianza.

Como lo demuestra el violento despegue de varios países asiáticos, la infraestructura es un factor que reduce desigualdades sociales, genera bienestar y dinamiza el desarrollo económico. El Anexo 2 de la Declaración de Paracas establece una fuerte y acertada complementación entre los temas vitales de la integración financiera (A) y la inversión en infraestructura (B), pues la primera estimulará la participación del capital privado y la gestión empresarial en el financiamiento y ejecución de proyectos que superan la capacidad presupuestal del sector público.

El dinamismo que evidencia la  Alianza del Pacífico  alienta la esperanza de que estos oportunos acuerdos internacionales nos ayudarán a superar un grave estrangulamiento que desarticula y frena nuestro desarrollo como nación.

 

Realidad Partidista En El Panamá De Hoy (II)

En este contexto, ética ideología, fueron sustituidas por un maniqueísmo perverso al punto que la política partidaria quedó reducida a cuestión de negocio, intereses individuales y aberrante oportunismo.

Una sociedad donde prevaleció el dogma del pensamiento único, de la cosificación del ser, lógicamente iba a terminar permeando negativamente a los partidos y desluciendo su carácter democrático. Insisto, esa cosificación de la vida y las relaciones humanas moldeó el mundo de los partidos. Usted le pregunta a un político de nuestro tiempo cuál es su norte programático e ideológico y no tiene idea de lo que se le está preguntando.

En esta realidad de los partidos en nuestro país, en un medio donde prevalece un acentuado presidencialismo, poco o nada se puede esperar.

Vivimos una realidad, donde los partidos también son expresiones de una crisis de utopías, que le viene de la sociedad. Los partidos, desde este punto de vista, están anulados para incidir, y abrir las condiciones a nuevos paradigmas. En ese sentido la agenda renovadora del sistema partidario panameño, su crisis y solución, pasa por lo que denomino UNA AUTOREFORMA, QUE DEBE TENER DOS COMPONENTES: 1. Una reforma constitucional, y 2. La apertura de espacio para nuevos liderazgos que se planteen, como tarea fundamental, volver la mirada de los partidos hacia la realidad y hacer conciencia, de sus debilidades orgánicas y de esa manera retomar o construir nuevos paradigmas y utopías. La clave entonces es la AUTOREFORMA DE LA INSTITUCIÓN PARTIDARIA.

La reciente elección realizada en la Asamblea Nacional para escoger sus directivos, si en algo sirve, es que pone en el debate que el sistema partidario enfrenta grave problema de legitimidad social. DEBE OBLIGAR A VOLVER LA MIRADA HACIA DENTRO Y COLOCAR COMO TEMA CENTRAL LA AUTOREFORMA CITADA.

El debate en torno a quién ganó y quién perdió en tales eventos se queda EN LA EPIDERMIS DEL ANÁLISIS.

A mi juicio, el país y la sociedad, simplemente, fueron testigos de más de lo mismo.