Violación de la privacidad

Los más recientes incidentes del ciberataque a Sony, la intervención ilegal a las cuentas de iCloud, los continuos casos de invasión a cuentas de correo electrónico para robar, extorsionar y difamar, y lo ocurrido en nuestro país, son una nueva forma de terrorismo. Si estas tácticas criminales no se miran ni se manejan con la severidad que requieren y si no le ponemos un alto rotundo a la invasión a la privacidad, se afectarán los cimientos de nuestra nación de manera irreparable.

Michael McFarland, en su ensayo Por qué la privacidad es importante (http://www.scu.edu/ethics/practicing/focusareas/technology/internet/priva cy/why-care-about-privacy.html), desglosa los diversos tipos de violaciones que son adoptados con fines ilícitos. Entre ellos, la usurpación de documentos privados, correos, diarios personales, informes médicos, registros policivos, perfiles psicológicos, rastreo de conversaciones y seguimientos ilegales.

En su estudio y análisis McFarlan describe el impacto que estas prácticas pueden tener en un ser humano y en una sociedad. “El respeto por el ser humano como un ente autónomo requiere del derecho a su privacidad. Perder el control de la información personal es, en gran medida, perder el control de la vida y de la dignidad. Entonces, aun si la privacidad no es un derecho fundamental, la misma es necesaria para proteger los derechos más esenciales del ser humano”.

Lo que ha sucedido en nuestro país es bajo, cruel y espeluznante. Que personas o engranajes gubernamentales o privados escuchen, sigan, fotografíen y luego extorsionen, es algo que desangra el espíritu. Que ciudadanos no se atrevan a hablar con libertad por sus dispositivos celulares, que no puedan escribir o expresar sus inquietudes, opiniones, sentimientos o cuestionamientos, y que el Órgano Judicial no puedan hacer su trabajo, es una represión de la más alta gravedad que atenta contra la esencia y el futuro de nuestro país, de nuestra sociedad.

Este crimen, sin embargo, no está solo circunscrito a quienes invaden. Aquellos que ven las fotos que nunca debieron publicarse, o los intercambios que nunca debieron leerse o las conversaciones que nunca debieron escucharse, fortalecen a quienes cometen estos actos. La monstruosidad de la corrupción que se empieza a destapar en este momento es, en gran parte, por la violación a la privacidad. Estas tácticas se han utilizado para corromper, manipular, reprimir y callar a una sociedad.

El Órgano Judicial debe arremeter contra este tipo de crímenes con toda la fuerza y responsabilidad que la Constitución, en sus artículos 167 y 168, le permite, y la ciudadanía debe abstenerse de ser copartícipe de estas violaciones. Panamá es un país que ha tenido muchas oportunidades de reponerse de los golpes en su niñez republicana, sin embargo, así como los estudios de los niños muestran que de cierta edad en adelante ya estás formado, me pregunto si este no es un momento absolutamente crucial en nuestra historia. Que el tiempo sea relativo y nos dé una oportunidad más.

 

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