Presidencia Resta Importancia A Promesa Efectuada A Cucalón

El manuscrito en el que Luis Cucalón, exdirector de Ingresos, da cuenta del ‘pacto de caballeros' acordado en los primeros días de julio de 2009 entre él y el expresidente Ricardo Martinelli, y del cual habría sido testigo el entonces vicepresidente Juan Carlos Varela, ha generado reacciones diversas.

Cinco años más tarde, Varela, hoy presidente de la República, desestima la fuente, quien reclama $10 millones por sobrepasar la meta de recaudación de impuestos.

‘La palabra se honra', dice Cucalón en la nota. Varela, en cambio, se reserva el comentario. La Secretaría de Comunicación del Estado envió una respuesta a solicitud de este diario en la que, prácticamente, desecha lo afirmado por Cucalón.

‘Se trata de un mecanismo de defensa de las personas que de alguna forma están siendo investigadas o denunciadas', según Manuel Domínguez, vocero del presidente.

Otras opiniones se inclinan a debatir sobre el funcionamiento y la remuneración de los servidores públicos. Así lo dijo Juan Carlos Araúz, vicepresidente del Colegio de Abogados. ‘Ningún funcionario público debe pretender recibir nada distinto a su salario', dijo. ‘Deben servir con la convicción para la cual se le contrató', añadió.

Araúz apunta a que cualquier beneficio que reciba un funcionario además de su emolumento puede generar corrupción para obtener beneficios distintos a los establecidos.

‘El funcionario no debe pretender ser más especial que otro', recalcó Araúz.

Por su parte, el abogado Ernesto Cedeño consideró ‘repugnante que una persona que acepta un cargo público manifieste que sería beneficiado con una bonificación'.

Este tipo de promesas no son correctas, según Cedeño. El abogado citó que la ley prohíbe a los funcionarios recibir regalos por desempeño de sus funciones. ‘Es un delito que se ofrezca y un delito recibirlos', añade. En este caso, como no hubo un documento legal que respalde el acuerdo, no hay sustento legal, dice.

‘Lo q ue hizo Martinelli es otro elemento de conducta delictiva al haber hecho la promesa', indicó Esmeralda Arosemena de Troitiño, miembro de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos.

De Troitiño recordó que al inicio de la administración Martinelli hubo una alianza con Varela que después de dos años se rompió. ‘En el caso de Cucalón, es una conducta delictiva aceptar bonificaciones, sobornos y coimas', opinó. Lo importante, agregó la también exmagistrada de la Corte Suprema, es que hay una multiplicidad de situaciones, en el ámbito penal, sobre las cuales las autoridades están obligadas a proceder y a darle el fortalecimiento para garantizar la efectividad de las investigaciones.

Aseguró que una situación como la citada puede implicar un delito que debe investigarse.

Antonio Saad, del Movimiento Independiente, puso cuidado a la fuente de donde proviene la información. ‘En el caso de Cucalón, siendo una persona indagada y bajo investigación, puede decir cualquier cosa con tal de involucrar a otras personas, en este caso al actual presidente, una conducta típica para tratar de enredar el asunto', manifestó.

Agregó que Varela debería responder a esta acusación.

‘Es de esperar que diga que no sabe de qué está hablando Cucalón y entren en juegos de palabras que sin pruebas no llegarán a ningún lado', resumió el jurista.

 ‘Como no hubo un documento legal que respaldara el pacto, no hay sustento legal',

El polémico ‘pacto de caballeros'

Luis Cucalón, exdirector de Ingresos, hizo llegar a este diario una hoja de papel firmada en la que narró que en julio de 2009 hubo una reunión en el despacho de Ricardo Martinelli, entonces presidente de la República, en presencia del vicepresidente y actual mandatario, Juan Carlos Varela, en la que se hizo un ‘pacto de caballeros'. El trato consistía, según la nota de Cucalón, en que si en cinco años él superaba los $16,000 millones en recaudaciones, recibiría una bonificación de diez millones de dólares.

Cucalón describió que el pacto se hizo según el modelo de incentivos que un empresario ofrece a sus mejores trabajadores. ‘Como si fuera una empresa privada, me prometieron un bono que saldría de sus bolsillos si llegaba a la meta. Llegué a los $18,500 millones y no cumplieron', se lee en el pedazo de papel que envió Cucalón, recluido en una celda preventiva de la Dirección de Investigación Judicial.

En la misma nota se lee que en la cita en la que se engendró el ‘pacto de caballeros', se le prometió al exdirector de Ingresos que ‘nadie le iba a llamar para perdonar impuestos, todos, ricos y pobres, por igual a pagar. Había que incrementar los ingresos del quinquenio de $9,400 millones a $16,500 millones ya que era un plan ambicioso de inversiones' el que pretendía ejecutar Martinelli.

Cucalón aseguró a este diario en una entrevista realizada en marzo pasado, que tuvo que resistir las presiones de distintos sectores del gobierno de Martinelli y de la empresa privada para evitar el cobro de impuestos. Esta promesa, de que tendría total independencia, tampoco la cumplieron.

Cucalón se encuentra en prisión preventiva después de que la Fiscalía Cuarta Anticorrupción lo acusara de delitos contra la administración pública en una investigación abierta por pagos irregulares de comisiones a la empresa gestora del cobro de los impuestos atrasados, Cobranzas del Istmo.

 

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