La promesa de ‘no más impuestos’
Tras la pretensión del Gobierno central de incrementar el impuesto al combustible para sufragar un aumento a los jubilados, tanto en las redes sociales como en las calles se expresó el rotundo rechazo a esta medida que, a todas luces, perjudicaría a miles de panameños. Nadie estaba ni está en contra del aumento para los pensionados y jubilados del país, pues sabemos que se lo merecen. Pero haber inventado que la única fórmula de conseguir los fondos era por medio del impuesto a ciertos combustibles fue una ridiculez.
Por más economistas, auditores, financistas que quieran ser o parecer, sabemos que querían aplicar la medida por varias razones y una de ellas era que al afectar a una cantidad tan numerosa de la población era difícil organizarse y promover manifestaciones para rechazar lo injusto de esa propuesta.
El presidente Juan Carlos Varela prometió en campaña “no más impuestos”, sin embargo, transcurrido menos de un año de su gobierno, anunció la desastrosa medida de aumentar el impuesto a la gasolina y diésel, bajo el tonto pretexto de que hacía más de 30 años que no se revisaba. Esto lo expresó la actual viceministra de Finanzas, sin comprender que afectaría de forma directa a la vida de todos los panameños, que no tenemos la culpa de que los pensionados y jubilados de la Caja de Seguro Social (CSS) hayan cotizado con salarios bajos y que sus pagos no alcancen a cubrir el alto costo de la vida.
Yo he cotizado a la CSS durante dos décadas y más, y además que no tengo dependientes tampoco utilizo los servicios médicos de la Caja, como la mayoría de las clase profesional de este país. Era injusto que bajo el argumento de ser “solidarios” pretendieran que, además de todas nuestras cuotas, que tiene a su haber la CSS, también pagáramos con nuestros impuestos el aumento de los pensionados.
Creo que es más justo y equitativo aumentar los impuestos a los cigarrillos, casinos, licores, eliminar las exoneraciones a diputados, el combustible mal usado por los ministerios, los vehículos que viajan vacíos por todo el país, mientras el ministro llega en el avión, los carros patrulla que permanecen encendidos y estacionados, por horas, para mantener el aire fresco. Esos son gastos innecesarios del Estado y si se disminuyen, se puede balancear el presupuesto. En fin, Sr. Varela aunque usted ya ordenó retirar el proyecto para aplicar el nuevo impuesto al combustible, recuerde que usted es el primer mandatario, pero el pueblo es el primer mandante. Escuche a Panamá, “no queremos nuevos impuestos”, tal como usted lo prometió.
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