Entendimiento nacional para la convivencia democrática
El pueblo panameño está pendiente, y él nos reclama el entendimiento sobre las cuestiones fundamentales para que la paz sea cada vez más firme y robusta, para que podamos impulsar el desarrollo e iniciar, de una manera sólida, una nueva etapa de planificación educativa y de la salud; para que el desarrollo agropecuario reciba un impulso eficaz; para que las indispensables obras de infraestructura no tengan que esperar varias generaciones para hacerse, sino que se puedan hacer de una vez, a fin de aprovechar su rendimiento. Para todas estas cosas y más, el país está demandando un entendimiento nacional.
El entendimiento patriótico, es una urgente necesidad nacional, y no la piden políticos en nombre de intereses de grupo, lo reclama el país entero, en todos sus sectores y a todos sus niveles. Nos está reclamando, a quienes en una posición o en otra participan en la dirección de su vida, que sean sinceros al hablar de patriotismo y que recuerden que el patriotismo nos exige, ante todo, pensar en los interese colectivos y solo en subordinación a ello poner en marcha nuestra propia mentalidad o nuestros propios intereses personales o de grupo.
Una cuestión fundamental para que la democracia exista es que haya un margen de consenso sobre cuestiones fundamentales, para que el conflicto que necesariamente existe en la pluralidad de opiniones, tenga un campo dentro del cual ejercerse sin destruir lo fundamental. Cuando no hay consenso sobre lo fundamental y el conflicto lo abarca todo, entonces la convivencia democrática se hace imposible, el sistema mismo se afecta y puede sufrir males tremendos el organismo general, que es el organismo del país.
La idea de que los países en vías de desarrollo (como el nuestro), y dentro de éstos, los sectores que tienen el privilegio de una mayor capacitación, de una mayor cultura, de un mayor poder económico, político y social, están en la obligación de trabajar activamente por la incorporación al progreso de los otros, en cuya realización puede andarse mucho si la conciencia empresarial se hace clara y si la conducta de los grandes dirigentes de empresa marchan en armonía con estos principios.
La democracia es libertad, es respeto a las concepciones ajenas, es garantía para las expresiones ajenas, es garantía para la expresión del pensar de cada uno y de la acción de cada grupo. Todo ello es posible y puede levantarse sobre una base firme, contando con el consenso indispensable que nos una a todos en los valores y afirmaciones de la patria y de la vida, que son los que nos sirven de soporte para poder discrepar y discutir en un ambiente de creadora libertad.
Ante el reto del desarrollo, el Gobierno nacional es un factor, pero no el único. Necesitamos la colaboración de los partidos políticos representados en la Asamblea Nacional; la comprensión y la colaboración de los organismos municipales. Todos tenemos un señor a quien servir, que es el pueblo panameño; todos tenemos una común obligación y sabemos que a todos se nos pedirán cuentas en la medida en que podamos responder a las aspiraciones.
Los problemas de Panamá son muy grandes y sus programas son muy ambiciosos, para que pueda resolverlos solo un Gobierno. El Gobierno es responsable del impulso, de la dirección y de la tarea administrativa, pero la empresa es de todos los panameños. En la medida en que podamos transmitir esa sensación solidaria, y mantener la preocupación de todos, sean cuales fueren nuestras condiciones políticas, aspiraciones partidistas, posición económica y social, así como nuestro grado de cultura o el lugar donde hayamos nacido, o vivamos; en esa misma medida podamos tener éxito, lograr el desarrollo, y conseguir que los documentos y mensajes oficiales no sean un enunciado de metros más de edificaciones, sino la expresión de un anhelo nacional que se va realizando.
Finalmente, la planificación democrática, es una planificación que no se impone caprichosamente por un grupo dirigente que se sienta sustituto de la voluntad nacional; una planificación que sea el resultado de una consulta permanente con todos los sectores y a todos los niveles.