El Pueblo Primero
Desde el famoso eslogan de ‘el pueblo al poder' de los del PRD en 1994 que el pueblo vio convertirse en otra mentira política más, nuestro pueblo ha visto pasar otras muchas que simplemente le convencen por un periodo suficiente para votar y luego despierta con la triste realidad de que era otra mentira. Así vio el ‘sí se puede' de Martín, el ‘caminar con las zapatillas del pueblo' que rápidamente se transformó en ‘ahora le toca al pueblo', solo que al pueblo le tocó ver subir de 5 % a 7 % el ITBMS y la subida de la luz, combustible, costo de vida etc.
El nuevo Gobierno entró con ‘el pueblo primero', pero solo ha sido el primero en quedarse sin agua, el primero en no tener transporte adecuado, el primero en ver llegar la violencia a su comunidad. ¿Por qué será que los que llegan al Gobierno parecen olvidarse del pueblo? El funcionario parece más preocupado por resolverle los problemas burocráticos al empresario, al inversionista, que dedicarle tiempo a pensar y diseñar estrategias para resolver los problemas del pueblo.
Hoy, las comunidades metropolitanas, como ya también las del interior, empiezan a mostrar los mismos problemas: seguridad, basura, transporte, agua. En este primer año de Gobierno hay que reconocer que ha sido la seguridad lo que mejor ha atendido, la unidad antisecuestro es un ejemplo para otros países, los linces, la ubicación estratégica de las autopatrullas, todo ha ayudado a la rápida captura de delincuentes y mejorar la seguridad. Pero, en transporte público hay una anarquía preocupante y no parece haber una estrategia capaz de mejorar las condiciones actuales, más bien parece que vamos nuevamente a improvisar. La basura parece ser un monstruo demasiado grande para poder derrotarlo y el problema del agua parece insoluble.
El Gobierno se apoya en una circo mediático en la lucha contra la corrupción que distrae y entretienen, pero subyacen los problemas del pueblo. El ministro de Obras Públicas parece inmune al bombardeo mediático de huecos y problemas en las vías, mientras salud solo habla de las soluciones futuras, pero por ahora ni hay medicinas ni capacidad en los hospitales para cirugías, etc. Es increíble que un problema en un paciente tenga que esperar seis meses para la cita con un especialista que pueda diagnosticarlo y medicarlo.
El país, sin embargo, va con un proyecto de línea 2 del Metro de 2000 millones de dólares, un cuarto puente sobre el canal de poco más de 300 millones, pero no hay todavía propuesta para mejorar el transporte público ni para dotar de agua a todas las comunidades. Lo interesante, sin embargo, es la reacción del pueblo. Cansado de las mentiras de los políticos, cansado de las promesas de los partidos, ha caído en una indiferencia política peligrosa. No se sale del partido en que está, y si se sale no se inscribe en otro ni siquiera en el poder. El panameño ha decidido ser espectador y esperar su momento. Está convencido de que la corrupción toca a todos los partidos y él prefiere no entrar a ese juego, que primero no domina, segundo no está en su naturaleza jugarlo.
Esperará el momento en que, unido, pueda definir un nuevo Gobierno en el 2019, entonces hablará el pueblo, y el pueblo pensará, él sí, en el pueblo primero, y lo hará convencido de que sí se puede, y llegará entonces el pueblo al poder. Será el pueblo el que hará realidad todas las promesas de campañas de 20 años, escogiendo al candidato que podrá ser independiente, o salir de las filas de un partido, pero no contaminado por la política actual.
Panamá está llegando al desgaste final de los partidos políticos. Ya cuando hablas con el pueblo y buscas un posible candidato para el 2019, partido por partido, no sale nadie que llegue al mínimo consenso de por lo menos decir, ese puede ser. Los políticos han llegado al más bajo nivel de aceptación, por corruptos, por incapaces o simplemente por ineptos. Pero el pueblo los conoce, espera simplemente, como esperó en el 2014, para no reelegir a CD cuando muchos creímos que era el partido a batir por las obras. Yo en lo personal no creo que no votaron por ellos por la corrupción, el pueblo no maneja mucho ese tema, sino por la sabiduría popular que sabe que no es bueno reelegir a un partido en el poder.
Hoy estamos todavía a tiempo de salvar la clase política, pero lo veo duro con medios televisivos y escritos dispuestos a descuartizarla.