Baja Calidad Profesional Del Docente

El hecho de que maestros (as) que laboran en el sistema educativo público escriban con faltas ortográficas no sorprende. Es motivo de discusión cuando se refleja en los medios televisivos como evidencia clara de una falla estructural. Todo parte del hecho de que muchas personas ven la carrera docente como un camino fácil, rápido y sin complicaciones para obtener una fuente de ingreso dejando de lado el aspecto de la vocación. A partir de este momento el docente deja de ser un autodidacta para convertirse en un trabajador de la educación que espera con ansia su salario y jubilación sin disfrutar de lo que hace. Una de sus frases favoritas es casualmente ¿cuándo me jubilaré?

Un indicador de la vocación estriba en la preocupación del docente para que sus alumnos adquieran conocimientos y habilidades implicando que el propio docente deje de usar su libro de texto exclusivamente y busque otras fuentes de autoinformación. Un docente que en su carrera profesional no adquiera el “buen vicio de la lectura”, como dijera el nobel Mario Vargas Llosa, está condenado a repetir medias verdades y por tanto al fracaso como profesional. En un país donde se mira a las librerías con desprecio y a los casinos o bares con júbilo claro que esto puede pasar.

La ambición de muchos docentes es ganarse una plaza de trabajo en el sistema de educación público porque les resulta “más suave”. Esto implica interrupciones en las horas de clases por huelgas, fiestas, reuniones etcétera. También implica poca o nula supervisión. Saben que es difícil que los boten por su bajo rendimiento y los directores evitan las confrontaciones para no tener problemas con los gremios. Existen escuelas en el interior del país que son clasificadas como de difícil acceso, sin embargo, como dato curioso poseen buenas carreteras y una red de transporte constante. Muchos educadores no se quedan a vivir en los dormitorios habilitados en dichos centros escolares y viajan todos los días sencillamente porque no les gusta el lugar.

Es notorio el ausentismo de dichos docentes durante todo el año por cualquier motivo. Conozco de niños de sexto grado en escuelas del interior que no leen bien y no se saben las tablas de multiplicar. Si estos ausentismos del educador se hubiesen registrado en una escuela particular de seguro se hubiera ganado una amonestación y muy probablemente el despido.

Muchos centros de enseñanza particular aplican exámenes de admisión para contratar a su personal. Esto abarca desde las de actitud psicológica hasta las de conocimiento general. En la escuela pública basta con que se consigan los puntajes suficientes como si fuera un juego de baloncesto. ¿Quién supervisa que se dicten seminarios a los docentes de calidad comprobada en las escuelas del interior? ¿Por qué el Ministerio no aplica pruebas de diversa índole para verificar la calidad de los docentes que en la misma se encuentran? Casi seguro que habría una protesta acusando a las autoridades del Ministerio de Educación de hostigamiento y persecución.

Me llama la atención que casi todos los años hay huelga en el sector público por cualquier motivo. Después nos sorprendemos cuando los estudiantes de las escuelas particulares son los que obtienen los mayores puntajes en las pruebas de admisión universitaria.

En muchas escuelas particulares con solidez y tradición educativa se pierden pocas horas de clase y sus docentes son evaluados sistemáticamente. Sin embargo, en la educación pública los docentes rinden lo menos posible, no se preparan adecuadamente y todo lo reducen a talleres y trabajo en grupo para “tomar la cosa suave”.

Hay profesores que imparten clases en una escuela particular donde exigen a sus estudiantes y dan el “todo por el todo”. Sin embargo, ese mismo docente se traslada hacia su segundo trabajo en una escuela pública donde es otra cosa. Como si los estudiantes de los colegios estatales fueran ciudadanos de segunda categoría que no merecen una educación de calidad. Un docente como dice el dicho no solo debe serlo sino parecerlo y es obligación de las autoridades del Ministerio de Educación hacer que esto se cumpla sin ningún tipo de temor.

 

Sistema Penitenciario Y Sociedad (II)

A lo largo y ancho de esta nuestra querida tierra, donde quiera que uno mire, grandes montones de piedra silenciosa y lóbrega, yacen agazapados como trampas talladas por algún gigante. Pero ninguna trampa ha tenido tantos guardianes y seguramente ninguna trampa ha ocasionado nunca tanta oratoria como la que se clama cada año acerca de las prisiones.

Siendo uno de los vestigios más bárbaros de la sociedad, uno de los comentarios más tristes sobre la masa de la humanidad, la prisión ha estado con nosotros desde el momento en que el primer jefe tribal, en la noche de los tiempos, arrojó a un hombre primitivo indisciplinado a una oscura y húmeda cueva. Desde ese momento la rutina ha cambiado poco. Todo hombre lleva consigo la idea de una prisión, definiéndola como una celda pequeña, mal iluminada, donde puede prohibírsele a una persona el asociarse con el resto de la sociedad, es extraño que nadie haya intentado llegar al hecho fundamental.

Ese hecho ha estado siempre con nosotros, es una verdad cruda tal vez, para nuestra sociedad calvinista. Sería muy probable que ofendiera a muchas mentes que prefieren los convencionalismos en lugar de la verdad o el bien de todos. Puede establecerse muy simplemente, grandes psiquiatras y criminólogos han preferido no prestarle atención.

El hecho de sentenciar a un hombre a prisión es el deseo combinado de la sociedad de que ese hombre sea enviado de vuelta al seno materno del que provino. Es el arrepentimiento de todos de que ese hombre haya nacido jamás. Y mientras la sociedad siga expresando ese deseo, los tribunales y los funcionarios de la ley continuarán obedeciendo el mando de la multitud y desearán, con formas muy serias y con un aire muy pomposo, ese mismo hecho. En el barbarismo ilustrado de nuestros tiempos, existen algunas personas con la suficiente inteligencia como para darse cuenta de la estúpida falacia que esto supone. La analogía entre una pequeña y oscura celda y el seno materno parece haber eludido a atención que merece.

Se considera una celda simplemente como un lugar donde el criminal permanecerá incomunicado hasta que renazca. Raramente se les ocurre que este hecho está fomentando la práctica de poner a este criminal dentro de una sociedad de criminales. El hecho de que el propio criminal contacte a muy pocos de sus colegas fuera de los muros de la prisión, nunca parece tener nada que ver con la situación.

No es un pensamiento nuevo que el criminal se reúne con muchos de su género cuando está en prisión y que aprende de ellos muchas cosas que antes solo sospechaba vagamente. Sin embargo, cuando ese hecho se ordena junto con otros, la luz de repente comienza a brillar.

Muchos hombres, en muchas oficinas bajo muchos jefes, durante muchos años, han estado ocupados compilando estadísticas acerca del crimen. Es dudoso si los resultados tabulados se obtengan con la intención de lograr mayor orden en el mundo. Los números y porcentajes más bien tienen la intención de mostrar al público que hay gente que está, de hecho, tabulando esas cosas y que, por lo tanto, se están consiguiendo y atesorando mucha reflexión, energía y resultados, a cambio de ciertos salarios que han de ser pagados por el erario. Parece bastante obvio que algo puede hacerse con esas cifras, ¿por qué no se hace algo?

Nos enteramos ‘grosso modo' que el criminal de hoy se encuentra en una gran mayoría entre los dieciocho y veinticinco años. Jóvenes a los que se les ha timado diciéndoles que obtendrían trabajos bien remunerados, al menos, para cubrir sus necesidades básicas. Estos jóvenes no saben nada de la ley, sienten que su entorno les ha fallado y salen a la calle, cometen su primer crimen, la policía los atrapa y pasa a ser el novato de la universidad del crimen.

Supongamos que nunca antes había visto a un verdadero criminal, pasando a estar rodeado de hombres que hablan con orgullo acerca de sus asaltos, de sus estafas y de la venta de droga entre otros, empiezan sus primeros trabajos con los amigos de sus amigos, asumiendo puestos y misiones cada vez más peligrosas en el mundo criminal. De forma natural él sigue la única profesión para la cual recibió preparación intensiva alguna vez. No importa cuántas veces sea arrestado, su sentido de la importancia le prohíbe pensar que pueda volver a ocurrir. El que sea arrestado una y otra vez es inevitable, tan inevitable como el hecho de que un tribunal de libertad lo volverá a soltar.

Regresa a prisión como un graduado que regresa a su alma máter, y hay más verdad que sarcasmo en esto. Es muy asombroso escuchar a estos hombres cuando se sientan a intercambiar experiencias.

Basta decir que la disciplina en lugar de la educación criminal mediante la prisión ha cambiado el destino de muchos más hombres de lo que se atreven a admitirlo. Y que la carencia de programas efectivos, como algunos que se han implementado en el pasado, especialmente en la población femenina, serían los ideales para hacer algo al respecto y entregar resultados a la ciudadanía, quienes vivimos preocupados por el aumento de la criminalidad.

 

Sistema Penitenciario Y Sociedad (I)

Cuando hablamos de criminalidad estamos hablando en sí mismo de lo que es correcto e incorrecto, del bien y del mal. Y cuando, a su vez, consideramos tales cuestiones, estamos tocando el fundamento de toda la filosofía: la ética, la justicia y nuestra supervivencia óptima a lo largo de cada uno de los caminos de la existencia. Con esto en mente, es necesario observar y reflexionar sobre el tema de ética y justicia, como el único medio para garantizar el futuro del conjunto de esta cultura y nuestro país.

Cuando definimos la ética como aquello que se refiere al actuar de un individuo y que es un reflejo de su toma de decisiones, es entonces un asunto personal, que consiste de aquellas acciones que uno realiza hacia sí mismo para la supervivencia óptima de todo lo que nos rodea.

Las cosas que son buenas contemplan la supervivencia del individuo, su familia, los niños, la comunidad, el país, el medio ambiente. Las cosas que son malas afectarían de forma negativa cada uno de esos espacios o áreas del individuo.

Sin embargo, la ética no es un tema para la contemplación, —un asunto de cuestiones abstractas relativas, como diría el psicólogo—, sino el instrumento funcional para la vida real. ¿Cuál es el argumento que favorece la honestidad y la decencia? ¿Por qué el robo nunca al final es provechoso y menos aún lo es el asesinato? ¿Por qué es tan censurable el expolio del medio ambiente, por no mencionar la ruina del planeta?

Porque, cuando uno hace llegar la ecuación ética hasta el último dígito crítico, vemos que nuestra supervivencia óptima como individuos es absolutamente interdependiente de todo lo demás, y solo al considerar constantemente la supervivencia de la mayoría podemos asegurar nuestra propia supervivencia.

Vemos cotidianamente en las noticias conductas no éticas que tomaron políticos en el pasado, conduciéndolos a actos criminales que les afectó su vida personal, familiar y social. Afectando a un país, al robar recursos económicos que nuestro pueblo, principalmente el menos favorecido, requiere para el mejoramiento de sus condiciones de vida.

No podemos dejar de ver la gran labor que se realiza desde la Procuraduría General de la Nación, en la aplicación de la ley, pero se piensa poco en administrar justicia de manera que los individuos puedan mejorar. Este mejoramiento depende exclusivamente del trabajo que debe realizar el Sistema Penitenciario, inherente a sus funciones propias de rehabilitar a los privados y privadas de libertad.

Un sistema penitenciario que no aplica la rehabilitación basado en principios éticos, deja de ser funcional. Cuando dicho sistema es solo para brindar un espacio relativamente decente donde alojarlos y darles de comer, estamos hablando de un sistema barbárico, cuya misión se ve empañada por el castigo y la fomentación de mayor criminalidad.

Hoy nuestro país está viendo un acontecimiento histórico en la aplicación del Código Penal, de la Constitución, principalmente para la aplicación de la ley en funcionarios que se han propasado de sus funciones, ignorando las leyes e irresponsablemente ignorando qué podía realmente beneficiar a nuestro país.

Pero las necesidades que tenemos como panameños van más allá de solo la aplicación de la ley, requerimos como país, un sistema de rehabilitación de privados y privadas de libertad que conduzca a un mejoramiento social como nación, y no solo a la aplicación de la pena, a sabiendas de que esto no traerá ningún cambio ético en su conducta.

La historia indica, en otros países, que, con cárceles más grandes y mejor acondicionadas, hay una correlación directa entre aumento de población penal y sentencias penales en aumento por parte de los jueces.

El país necesita respuestas a temas puntuales como la disminución de la criminalidad, dejando de lado aquello que no ha dado los resultados esperados y aplicar criterios científicos en fortalecer dentro del mismos sistema penitenciario aquello que sí ha tenido un cambio positivo en la población penal, como se ha visto en las privadas de libertad, donde hace algunos años se ejecutaron programas de rehabilitación y encontramos prácticamente cero reincidencia por parte de las participantes en los procesos de rehabilitación.

Basta de seguir acumulando estadísticas, ya el país las conoce, en los últimos años todos los ciudadanos saben que la criminalidad ha ido en aumento. Hoy requerimos de menos papeleo y mayor desempeño en la aplicación de procesos que frenen la reincidencia y disminuyan el crimen.

Sigue mañana…

Criminalidad: Mano Dura, Prevención Y Educación

En los últimos días he visto un número plural de titulares en los medios de comunicación que aluden al tema de la criminalidad en Panamá y podrían especularse muchas causas, considero que a falta de acción del gobierno actual en la implementación y ejecución de los proyectos ha generado un incremento en la tasa de desempleos pero esta no es la única razón, porque para mitigar ello deben existir las políticas de incentivo a la micro, pequeñas y medianas empresas.

La falta de presencia policial definitivamente obedece a la necesidad de aumentar el pie de fuerza, pero estes no es el único motivo, si las propias unidades policiales no trabajan en condiciones dirigidas a la excelencia, ni mucho menos se destinan presupuestos para su formación integral.

Los programas de rehabilitación y reinserción son la única solución a la mano para enfrentar la delincuencia. No tenemos cadena perpetua ni mucho menos, pena de muerte. ¿Cómo cariño no vamos a creer en la reeducación del individuo? Hace falta involucrar más sectores de la población en este compromiso de todos. ¡El amor con firmeza sí funciona!

Los programas de “barrios seguros” se fundamentan en ella y, aunque su efecto es más demorado que la “mano dura”, permanecen en el tiempo y tienen un espectro de acción mucho más amplio que esta última, ya que impactan en sus familias. Créanme que un pandillero que descubre sus dotes musicales, cuando toca un trombón o un violín en su casa, se siente la diferencia no solo en una sino en 10 personas.

El Gobierno debe continuar con estas políticas y establecer criterios de integración con las entidades responsables de definir las políticas de los otros sectores arriba mencionados y a todos los ciudadanos nos corresponde respaldar este tipo de acciones que construyen destinos sin coartar el derecho a la superación.

Según el reporte sobre Delincuencia Organizada Transnacional en Centroamérica y el Caribe, elaborado por la Oficina de la Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (Undoc), entre las amenazas sobre nuestros países, se destaca el tráfico de cocaína, como el principal foco de grupos delincuenciales organizados y violencia. Luego le siguen el tráfico de migrantes, que incluye trata de mujeres y niñas, así como la falta de control de armas de fuego en Centroamérica.

De acuerdo a este informe, desde 2010, se incrementaron los porcentajes de la población que se sienten inseguros en el país. Las políticas de Estado deben estar dirigidas a considerar las políticas de inversión, empleomanía e institucionalidad pero, a fin de cuentas, la seguridad redundará en la educación.

¿Dónde está el alcalde?

Llevamos casi un año de gobierno de una nueva alcaldía y su máxima acción en nuestra ciudad capital ha sido la instauración en días domingo de una ciclo vía en un importante carril de la cinta costera creando congestionamiento vehicular en esa área, como para que no perdamos la costumbre de lo que sucede durante toda la semana. Esto nos pasa cuando queremos emular a otras ciudades que sí poseen avenidas alternas suficientes para evitar estos congestionamientos, o quizás la falta de imaginación nos lleva a improvisar acciones que no son prácticas en nuestra ciudad, sin realizar de que ya existe una ciclo vía dentro de las áreas verdes de la cinta costera de suficiente espacio para el reducido número de ciclistas que la utilizan. Sin embargo los peatones seguimos padeciendo una ciudad sin aceras, pues las existentes, angostas, peligrosamente deterioradas, insuficientes, son utilizadas como estacionamiento de vehículos, puestos de comida fijos o ambulantes, camino de circulación de motos y bicicletas como paso rápido durante los tranques vehiculares, sin el menor respeto por los transeúntes. Observamos con impaciencia cómo el transporte ha enloquecido nuevamente, al permitir nuestro regente la introducción de los “diablos rojos” o verdes que hacen de las avenidas y calles su reino del terror, escándalo y contaminación, porque vemos cómo han vuelto las troneras, los frenos arreglados para emitir ruidos amenazantes, los “pavos” con sus gritos, los gases de combustión incompleta que emanan de estos equipos inadecuados en detrimento de la salud de los que vivimos en esta ciudad, de apariencia exótica pero insalubre. Así observamos las aguas servidas que fluyen desbordadas por nuestras calles, basura por doquier, que ni los depósitos instalados para tal fin por otras alcaldías son mantenidos o retirados los desechos con la regularidad requerida, dando un aspecto de suciedad y de falta de higiene, además de sus malos olores que prodigan, mal ejemplo para todos nuestros ciudadanos que ya van viendo como normal la aparición de basureros por toda la ciudad. ¿Dónde está nuestro alcalde?, que ya ha viajado en varias ocasiones por el cargo que detenta y entregado pergaminos y medallitas a diestro y siniestro dando cabida al aspecto social de su cargo, pero olvidando su principal cliente que es el ciudadano. Nuestro Casco Antiguo se ve deslucido por la suciedad, el deambular de niños de corta edad por el área a altas horas de la noche, importunando a los visitantes que la frecuentan, creando una aspecto de inseguridad y miseria.

Señor alcalde, involúcrese en la seguridad de la ciudad, coordinando con las autoridades policíacas una mejor vigilancia, proveyendo a la ciudad de una adecuada iluminación, imponiendo un toque de queda, creo ya existente, para los menores que deambulen en las noches, sin el acompañamiento de sus padres, evitando así la proliferación de un sinnúmero de malas costumbres. Procure introducir como práctica habitual de salud el lavado de las calles, con carros cisterna en áreas tales como el Casco Antiguo, Santa Ana, la peatonal, Calidonia y El Chorrillo, por lo menos una vez por semana. Queremos una alcaldía preocupada por el ciudadano, no solo son los manglares nuestros principales problemas, lo invitamos a que circule por la ciudad para que se entere de la realidad, tanto de día como de noche y si es necesario, quítese el saco.

 

La Salud Como Herramienta Estratégico-Política

En anterior artículo señalábamos el desiderátum de la salud en un país que rectifique su mirada estratégica y económica y asuma su papel en el mundo del mañana. No obstante, ante esos imperativos debemos reconocer los reales elementos de nuestra oferta sanitaria actual que nos alejan de aquella imagen objetivo.

El tipo de acceso a la salud: Podemos diferenciar que hay un acceso en las áreas de tránsito y en las regiones de la península de Azuero que son distintos a las áreas de economía periférica. En las primeras áreas mencionadas el acceso puede ser o derivado o escamoteado. La situación en las áreas de acceso derivado contiene dos situaciones implícitas. La primera es la doble confiscación de los aportes de los asegurados (por el servicio que se les niega y por el que se les cobra). La segunda es la conjunción de dos calidades opuestas: eficacia sin eficiencia.

En la situación del acceso escamoteado, que es la situación de los asegurados en fila para el recibo de una prestación de salud, tenemos que se niega el criterio de oportunidad de la atención, se apela al recurso de la paciencia, o se termina por la oferta disimulada de paquetes de servicios de salud (te doy esto, pero no te doy lo que continúa).

En las áreas de economía periférica se trata de la población sin acceso o marginal. En ellas no hay disponibilidad de servicio y —si existieran servicios disponibles, es decir que están físicamente en el lugar— entonces no habrá accesibilidad (que es la capacidad de recibir atención, porque se paga o se ha pagado por ella).

Para poder tener un adecuado panorama de nuestros retos sanitarios, es urgente disponer de información fiable de daños a la salud y de productividad; sin embargo, la información estadística es un bien preciado que en nuestro contexto nacional es muy laborioso conseguir por razones muy coyunturales. Recordemos que la pasada administración del Estado debutó con la organización de un censo no confiable que nos dejó como alocadas hormigas sin antenas. Pero la ceguera estadística —como en la novela de Saramago— se infiltró hasta los más recónditos departamentos del ramo, por lo cual la recomposición de nuestra información sensitiva estadística es una imperiosa necesidad estratégica nacional, si el escamoteo de la información estadística fue una necesidad de quienes usaron y abusaron del poder en el pasado reciente, ahora pasa a ser una reivindicación nacional.

No es ocioso recordar la importancia de la oportuna y correcta información estadística, baste recordar que en China se castiga severamente a quienes adulteran o escamotean las estadísticas, porque se considera que le hacen un daño a la planificación nacional y, por la tanto, le hacen daño al pueblo.

 

Educación para el desarrollo:

Nuestra economía seguirá creciendo los próximos años por encima de la mayoría de los países en América. Irónicamente, el 58% de las empresas locales tiene problemas para encontrar profesionales y técnicos, reveló la Encuesta de Escasez de Talentos (Manpower, 2014) y persisten las barreras que afectan el acceso de panameños a trabajos calificados.

Según un estudio sobre Desarrollo Humano (PNUD, 2014), el 87% de los jóvenes entre 15 y 24 años obtuvo una calificación por debajo de 6/10 en pruebas cognitivas. Para la Alta Comisión de Empleo (2014): “Las falencias de la calidad educativa ameritan respuestas efectivas, no solo con respecto a la educación formal, sino también con la formación integral, que incluyan el desarrollo de las habilidades blandas”.

Con miras de revertir esta situación, la Comisión recomendó: fortalecer la articulación oferta educativa/ sector productivo, aumentar la inclusión de grupos vulnerables, promover las carreras técnicas y garantizar un financiamiento del sistema educativo. No podemos permitir que más panameños desaprovechen el auge económico al no estar preparados para ser parte del mismo ¡Debemos actuar!

El primer paso debe ser elaborar un diagnóstico de la estructura de planificación en educación y empleo, que resuelva: ¿Quiénes son los actores?, ¿cómo planifican?, ¿cuál es el marco legal?, ¿existe dualidad de funciones o falta de roles?, ¿qué hacen otros países?, etc. El segundo paso tendría el objetivo de establecer una política de Estado a través de participación y consensos, para definir la metodología de prospección de la demanda talento humano por perfil, carrera y área de la economía (salud, turismo, logística, tecnología, etc.).

El tercer paso sería comprobar la demanda satisfecha e insatisfecha, con el fin de planificar la educación para disminuir la saturación de carreras y la falta de profesionales y técnicos. Posteriormente, podríamos planificar políticas migratorias coherentes, acordes con la demanda de empleo e inversión, programas de orientación a jóvenes, que le abran los ojos hacia las oportunidades, etc. En 1996, la Corporación Intel decidió instalar una planta de manufactura en Costa Rica. Como resultado, la Corporación y la Universidad Tecnológica de Costa Rica se asociaron y establecieron un precedente en los modelos de vinculación universidad/ sector productivo. ¿Por qué este modelo fue exitoso? La Universidad fue parte del equipo de negociación para atraer a Corporación al país y se involucró en sus procesos de innovación, por su parte, Intel realizó grandes inversiones en laboratorios y tecnología en la Tecnológica. ¡En Panamá, la empresa privada debe involucrarse más! Según el Centro Nacional de Competitividad, entre 2013 y 2017, en Panamá se habrán generado 250 mil nuevas vacantes. Mientras, las multinacionales tienen dificultad para conseguir talento panameño. Analicemos estos escenarios y actuemos antes de que sea tarde.

 

Según un estudio sobre Desarrollo Humano (PNUD, 2014), el 87% de los jóvenes entre 15 y 24 años obtuvo una calificación por debajo de 6/10 en pruebas cognitivas. Para la Alta Comisión de Empleo (2014): “Las falencias de la calidad educativa ameritan respuestas efectivas, no solo con respecto a la educación formal, sino también con la formación integral, que incluyan el desarrollo de las habilidades blandas”.

Con miras de revertir esta situación, la Comisión recomendó: fortalecer la articulación oferta educativa/ sector productivo, aumentar la inclusión de grupos vulnerables, promover las carreras técnicas y garantizar un financiamiento del sistema educativo. No podemos permitir que más panameños desaprovechen el auge económico al no estar preparados para ser parte del mismo ¡Debemos actuar!

El primer paso debe ser elaborar un diagnóstico de la estructura de planificación en educación y empleo, que resuelva: ¿Quiénes son los actores?, ¿cómo planifican?, ¿cuál es el marco legal?, ¿existe dualidad de funciones o falta de roles?, ¿qué hacen otros países?, etc. El segundo paso tendría el objetivo de establecer una política de Estado a través de participación y consensos, para definir la metodología de prospección de la demanda talento humano por perfil, carrera y área de la economía (salud, turismo, logística, tecnología, etc.).

El tercer paso sería comprobar la demanda satisfecha e insatisfecha, con el fin de planificar la educación para disminuir la saturación de carreras y la falta de profesionales y técnicos. Posteriormente, podríamos planificar políticas migratorias coherentes, acordes con la demanda de empleo e inversión, programas de orientación a jóvenes, que le abran los ojos hacia las oportunidades, etc. En 1996, la Corporación Intel decidió instalar una planta de manufactura en Costa Rica. Como resultado, la Corporación y la Universidad Tecnológica de Costa Rica se asociaron y establecieron un precedente en los modelos de vinculación universidad/ sector productivo. ¿Por qué este modelo fue exitoso? La Universidad fue parte del equipo de negociación para atraer a Corporación al país y se involucró en sus procesos de innovación, por su parte, Intel realizó grandes inversiones en laboratorios y tecnología en la Tecnológica. ¡En Panamá, la empresa privada debe involucrarse más! Según el Centro Nacional de Competitividad, entre 2013 y 2017, en Panamá se habrán generado 250 mil nuevas vacantes. Mientras, las multinacionales tienen dificultad para conseguir talento panameño. Analicemos estos escenarios y actuemos antes de que sea tarde.

 

¿Desarrollo Profesional Después Del Puente?

Se habla de desarrollo profesional a esa fase del crecimiento personal que obedece a las necesidades de autosuperación que experimenta cada individuo.

Nuestro país ha alcanzado niveles de educación que, si bien se alejan de la realidad de países desarrollados, vamos mejorando las cifras de décadas pasadas. Y es que en la educación se centra la palanca que nos hará, día a día, desarrollarnos profesionalmente.

Surge la pregunta ahora, ¿son las mismas oportunidades en la ciudad capital, que en el interior de la República? Para nadie es de desconocimiento que la gran masa de oportunidades de trabajo de nuestro país se centra en la ciudad capital, lo que nos hace reflexionar en estos momentos sobre la necesidad de impulsar la educación y las oportunidades de negocio hacia el interior de la República. El turismo ha crecido exponencialmente en dicha área, pero no solo se preparan ejecutivos turísticos en los centros universitarios de las provincias del país.

Para el 2014, una de las áreas que más se desarrollaron para el interior de la República fueron la agricultura, ganadería, construcción y ventas al por mayor, dejando muy atrás las actividades que en la ciudad capital son de gran interés.

Es necesario redoblar esfuerzos para incentivar a esos cientos de jóvenes que hoy en día migran a la ciudad en busca de mejores plazas de empleos, para que tengan las mismas oportunidades en los lugares de origen, y así evitar la alta tasa de migración que, de una u otra forma, lo único que hace es disminuir el potencial desarrollo de las zonas rurales de nuestro país, dejándolas aún más en el atraso y hasta en el olvido.

Si en el día de hoy decidiera ir al interior y empezar una nueva vida, en base a su carrera profesional, ¿cree que encontraría oportunidades para Ud.? Sin duda alguna, si todos pudiéramos responder que sí a esta pregunta, entonces hablaríamos de equidad para todos, pero sabemos que no es así. Aún hace falta mucho empuje, mucha dedicación, para que podamos llevar a nuestro Panamá a un país de primer mundo.

MÉDICO

 

Solidaridad Para Erradicar La Pobreza Extrema

En nuestro país hay muchas personas que nos pueden dar cátedra de responsabilidad social, servicio social y ayuda humanitaria.

Lamentablemente, aún hay mucho trabajo social por hacer y es necesario promoverlo para que todos los panameños participemos, aportando nuestro granito de arena.

Para algunos es difícil concebir que en un país con una economía pujante, con grandes rascacielos, un moderno sistema de metro, con el turismo y la vida nocturna muy activos, el Canal de Panamá; además de un desarrollo económico mayor que el de cualquier otro país de Centro América, existan tantas comunidades y personas que viven en pobreza y extrema pobreza.

En Panamá podemos encontrar un contraste muy fuerte entre la vida en abundancia y la pobreza; no es necesario ir tan lejos de la ciudad para notar esta diferencia.

Según las estadísticas, de cada 100 panameños, 21 viven en pobreza y 11 en pobreza extrema.

Los sistemas de salud y de educación son tan deficientes y vienen con un arrastre negativo tan grande, que se hace necesario un mayor esfuerzo en inversión e investigación.

Esto debería ser un tema prioritario, que incluya un plan bien estructurado de Estado y no de los gobiernos en turno.

Ni nosotros los ciudadanos ni ninguna organización no gubernamental podemos pensar que vamos a jugar el papel del Estado para resolver estos problemas sociales, de educación, seguridad, vivienda o salud.

Sin embargo, debemos trabajar en integrarnos y participar en todas aquellas actividades, proyectos e iniciativas que permitan el desarrollo de soluciones inmediatas, además de ser fiscalizadores y exigir una gestión efectiva y honesta de los gobernantes.

Todos debemos estar conscientes de que, aun cuando algunos podremos estar en mejores condiciones y disfrutar de una vida con las necesidades básicas cubiertas, hay otras personas que no las tienen, que llevan una vida con recursos muy limitados, en pobreza extrema, y que necesitan que nosotros lleguemos con oportunidades, preferiblemente con herramientas que les ayuden a trabajar por un mejor mañana. Hay que evitar a toda costa el clientelismo político o hacerlos dependientes de la ayuda que les brindemos. Lo ideal es que puedan cambiar sus vidas por sus propios esfuerzos.

Finalmente, es importante entender que si nosotros no hacemos algo por aquellos que lo necesitan, aun cuando sentimos que a nosotros no nos afecta, estamos tomando una postura que atenta contra la humanidad.

 

Justicia y democracia

El flagelo de la corrupción llegó a su cénit en el quinquenio pasado. Casos y cosas inimaginables hoy están siendo develadas a los panameños que, asombrados, solo atinamos a preguntarnos si eso realmente pasó en nuestro país. Y como torbellino que arrasa lo que encuentre a su paso, la justicia debe limpiar toda esta podredumbre. No podemos frenar. No podemos dejar pasar. No podemos justificar este atraco del que fue víctima Panamá. Necesitamos que se limpie todo este sistema corrupto y que sentemos bases nuevas para el futuro de nuestros hijos y nietos. Y es que en un país, si no hay justicia, no hay democracia. Si no hay democracia, no hay libertad y si no hay libertad, no hay país. Nuestro querido Panamá tiene todo el potencial para alcanzar el desarrollo. Es prioridad encaminarse en la eliminación del flagelo de la corrupción. Que las medidas que tomemos contra todo aquel que delinca contra el erario, sean un castigo tan ejemplar que frene cualquier intento de aquellos funcionarios que aún piensan que llegaron al Gobierno para hacer negocios. Tenemos que establecer bases sólidas, porque donde hay justicia y democracia, lo demás viene por añadidura.