Panamá En Crisis:

Actualmente, evidenciamos una crisis social, política y jurídica grave. Pero, ¿quién es responsable? ¿Es la clase política y empresarial? ¿Qué falencias encontramos en nuestras autoridades, en los representantes de los gremios, sindicatos y de la sociedad civil, entre otras organizaciones? ¿Usted y yo somos responsables por nuestra indiferencia o estamos ante una crisis del hombre y la mujer panameños de la que nadie quiere hablar?

Lo preocupante es la temporalidad de la crisis, que se da en épocas de crecimiento económico. Después de la burbuja propagandística de cinco años y el despilfarro, Panamá sigue con muchas necesidades por resolver. Me pregunto, ¿cuánto de dicho crecimiento ha sido producto de la corrupción y del endeudamiento del Estado? ¿Qué será de nosotros ante un decrecimiento económico? ¿Entraremos en una crisis aún más profunda? Ante esta realidad debemos sacar conclusiones provechosas.

Una de ellas es reconocer que navegamos en medio de una crisis, y el objetivo es salir de ella fortaleciendo nuestras instituciones. Es imperioso adecuar las políticas públicas que permitan desarrollar el país sin caer en los mismos errores. Debemos blindar al sistema del desorden moral, del “juega vivo” y de las conductas ilícitas que ciertos políticos y empresarios acostumbran realizar, porque ven en la cosa pública la oportunidad de satisfacer sus intereses mezquinos.

Por ello, es necesario que los responsables sean juzgados, cumpliendo con el debido proceso y con transparencia. Y estar convencidos de que la legitimidad de lo actuado en el sistema judicial se la dará el profesionalismo de los funcionarios. Los medios de comunicación social, por su parte, aportarán a la formación de una opinión colectiva madura, con un ejercicio periodístico formativo, que evite la creación de falsas expectativas.

Como sociedad, estamos ante un problema fácil de resolver. Usted decide si quiere que el plato de comida de su hogar sea producto de la corrupción y la indiferencia, ante la miseria del otro, generando así mayor conflicto, o que la solución de las necesidades sea de la honestidad en el trabajo y la solidaridad comunitaria.

Confío en que la interrogante se resolverá de forma correcta, porque guardo esperanza en aquella moral general que subyace en la memoria de la mayoría de los panameños. Es decir, la moral cristiana, republicana, colectiva y social, producto de nuestro consenso histórico. En definitiva, muchos panameños valoran la importancia de la institucionalidad y la estabilidad social por encima del rejuego irresponsable de ciertos actores.

Sin embargo, seamos cuidadosos, porque la realidad de la crisis es mucho más profunda que nuestras percepciones. Por ejemplo, la corrupción insolente contra el pueblo que apreciamos magnificada a través de los medios de comunicación es una situación de dimensiones amplias que logra tocarnos.

¡Sí! Evaluemos qué tanto contribuimos inconscientemente con nuestras omisiones y acciones a generar mayor corrupción.

Para superar esta crisis, una sociedad agotada y desorientada, necesita de líderes nacionales y comunitarios, con discursos inteligentes. Con la capacidad de comprender que el origen de la crisis está en la desactualización de las instituciones, frente a una sociedad más heterogénea.

Se requiere de discursos y acciones éticas y coherentes que planteen nuevas infraestructuras sociales y políticas, e impidan que entreguemos el país al crimen organizado. Por último, es necesario un renacimiento de la nación panameña. Acabemos con la indiferencia ante la miseria de nuestros conciudadanos, viviendo los valores y exterminando la ignorancia.

Tenemos el deber moral de satisfacer las necesidades humanas y materiales mínimas que dignifiquen al ciudadano. La meta es clara y para ello debemos renunciar a aquellos intereses particulares que impiden los consensos para hacer de Panamá un mejor país.

 

Los Indignados De Panamá

Ante el festín de apetitos, ante el espectáculo cuasitroglodita de sentarse a la mesa de un banquete pantagruélico rivalizaron los funcionarios y empresarios piratas que asaltaron con codicia infinita la hacienda pública durante la administración trágica de Martinelli.

La sociedad panameña, sobre todo los que votamos contra la entidad delincuencial instalada en el Palacio de los buitres antes de las garzas, estamos indignados ante el saqueo indiscriminado puesto en evidencia durante las actuales investigaciones del Ministerio Público y de la Asamblea Nacional en funciones judiciales. Henry Morgan y Francis Drake fueron superados por el lucro sin coordenadas de la empresa Martinelli, S.A.

La justicia selectiva con la ley del encaje hace de Panamá una gran cárcel para los imputados, solo falta que en ‘Buenaventura' instalen un resort para los delincuentes de alto perfil, con ilustres apellidos y que participaron en el gran fraude empresarial y en la estafa gigantesca ocurrida durante el quinquenio pasado.

Los granujas de hoy, actuaron con la complicidad del sistema bancario nacional. El mundo financiero, los banqueros están involucrados en ese robo millonario, son igualmente corruptos, esos ejecutivos aún no han sido indagados, ¿son intocables como Gabriel Btesh? El poder del dinero nunca ha sido tan grande, insolente y egoísta, son los terroristas del dinero sin escrúpulos.

Los que roban en grande acuden a las artes de los abogados, a los hijos del diablo, para protegerse. El cinismo, frivolidad, la retórica de la erudición, la argucia, el juegavivo, ambigüedades, dilaciones, los procedimientos artificiosos de pruebas y aplazamientos, todo eso y más lo denuncia magistralmente Jorge Fábrega en su ensayo Abogados y jueces a través de la literatura y Stephen Vizinczey en su novela Un millonario inocente.

Por la plata baila el mono y apena ver a tantos abogados defendiendo a tantos pícaros, son los amanuenses del poder, ya los había criticado Cervantes. Los abogados del círculo cero o de Martinelli, S.A, me recuerdan a los sofistas, solo que los de acá son más pendencieros, carecen de elegancia y sapiencia.

¿Son los millonarios inocentes, los involucrados en los negociados investigados? Expresa la Biblia que es más fácil que un camello pase por el ojo de una aguja que un rico entre al reina de los cielos.

La APEDE, por su trayectoria cívica, es la organización empresarial y ciudadana indicada para aglutinar a la sociedad civil en una cruzada contra la corrupción, de respaldo al Ministerio Público y de denunciar a los políticos y leguleyos que defienden el latrocinio de la época del gran supermercado que fue Panamá durante la época de Martinelli y sus secuaces.

Recomiendo para ampliar información consultar en mis libros: Literatura Selecta los ensayos Crónica de mis abuelos de Germinal Sarasqueta, y Los indignados de Stephen Hessel; en La bitácora de la fantasía el capítulo El minotauro; en La metáfora de los espejos la reseña Un millonario inocente de Stephen Vizinczey.

 

Camino A Morir De Sed:

Por fin, la población panameña empieza a despertar, a darse cuenta de que sin agua no se vive, y que las hidroeléctricas le hacen un daño increíble al ambiente, pues su desarrollo implica muchas veces la destrucción de bosques y ríos, pulmones naturales del ecosistema.

La forma desmedida en que se autoriza la construcción de esas moles de concreto hace imposible la normal afluencia del agua que tanto requiere la población.

Ahora los aborígenes defienden no solo sus tierras, han comprendido que el agua será la fuente de poder, muerte y guerras del futuro, y que el presunto “progreso” no es la solución a los problemas actuales. Al contrario, la fauna desaparece y la flora sucumbe ante las inundaciones de las represas. Nuestras poblaciones aborígenes, una vez más, tienen que adentrarse en montañas improductivas y cada vez más lejos de la civilización. Así se incrementa la desnutrición y aumentan las enfermedades, inclusive aquellas erradicadas como la tuberculosis reaparecen con el riesgo de propagarse al resto de la población.

Vivimos en un país con un alto nivel de crecimiento, pero con bajo desarrollo económico y social. La pobreza crece y la clase media disminuye cada vez más. Los ricos tienden a ser más ricos, muchos producto de la corrupción.

En provincias como Chiriquí, en donde hay más de cinco hidroeléctricas en un solo afluente, se ve desaparecer ríos otrora caudalosos. En su lugar queda una ligera corriente de agua, sin peces ni camarones, y desprovistos de la frondosidad de aquellos preciosos árboles que daban sombra.

La muerte galopa a la par de las hileras de bloques que represan el agua de las hidroeléctricas. Los aborígenes levantaron la bandera de la soberanía y el buen aprovechamiento del recurso hídrico. Muchas poblaciones mestizas y de nuestra llamada civilización se unen a esas voces de protesta contra las hidroeléctricas.

Nos espera un incierto destino. Fatal, porque se puede vivir sin electricidad, pero no sin agua. Quienes venden a la nación son traidores a la patria, al igual que quien asesina con un arma o el que roba el pan, la salud y la educación de los pueblos. Ellos deben ser llamados criminales porque nos matan poco a poco.

Es necesario pensar qué sucede en Panamá, qué queremos y a dónde vamos. Actualmente tenemos una justicia selectiva imposible de soportar. Las pesquisas que se hacen para investigar los actos de corrupción en las instituciones estatales indican que se suman más colaboradores de Martinelli y su nefasto gobierno.

Esa justicia selectiva les favorece, con país por cárcel. Con suerte, poco más del 80% de la población conoce la ciudad capital, pero muchos otros por falta de recursos nunca salen del suelo patrio. Parecen cumplir la pena impuesta a quienes se apropian de los bienes del Estado, asesinan de hambre y limitan la educación y la salud al pueblo. Es tiempo de unirse a la lucha para no morir de sed.

 

Frases Que Gobiernan A Los Pueblos

El pueblo panameño es tan inocente que toma demasiado en serio las frases que se inventan los políticos o los asesores para impactarlo. E impactan de verdad, pero ocurre con frecuencia que esos enunciados, al año de llegar al poder, se vuelven en contra de los gobernantes que los emplearon, a pesar de que nunca pensaron como ciertos esos dichos de arenga, sencillamente porque fueron utilizados solo para ayudar a obtener el poder, como si no fuera suficiente con el sartal de sacos de plata de nuestros impuestos que reciben los dueños del sistema para su política.

Una de las frases más recordadas es aquella que gritaban hasta los borrachos: ‘Por un Panamá mejor', otro que le sigue en popularidad por lo fallido que fue: ‘Cero corrupción', en grandes letras lo veía todos los días de camino y regreso a mi casa. ‘Cero corrupción' fue tan fatal que, pese a que se han dado peores Gobiernos, el partido a quien le concierne ha quedado hundido con la miasma haciéndole olas en las narices. El otro eslogan que sí resultó, porque no fue una promesa carrilera, sino que ayudó a la gestión de llevar al poder a la señora Mireya Moscoso: ‘De carne y hueso'. ‘Mis encuestas son de carne y hueso', fue maravilloso, porque el grupo contendor tenía más recursos y al parecer pagaba buses, camiones guaro y carretas para llenar escenarios, a lo que, de una manera repentista, la candidata arnulfista sacó de la manga lo de ‘Carne y hueso'.

Otro pregón que también fue exitoso y que retumbó grabándose en la cabeza de propios y extraños fue tomado por el CD, dadas las respuestas negativas que les daban a los perredés en Arraiján en los tiempos de tocar puertas, los perredés vendieron muy mal a su partido (Como me decía mi finado profesor Toñito García en la Universidad de Panamá. ‘Caicedo, nunca hable mal de la competencia') y los perredés de Arraiján se especializaron en decir que el actual fugitivo estaba loco de remate, a lo que los vecinos comemonos contestaban ‘Los locos somos más'. Y miren cómo ese eslogan puso a Martinelli en el palacio de las garzas cautivas.

Ahora estamos ante el ‘cero letrinas', han pasado 365 días del nuevo Gobierno y lo de cambiar las letrinas por sanitarios ha quedado como la promesa del gran Vicente Fox de México: ‘Todos los mexicanos tendrán tele, vocho y changarro'. Vocho es un carrito y changarro, un kiosco como los ‘cuara a cuara'. Ahora, yo jamás escuché a nadie aquí en Panamá en ninguna lucha política durante mis 67 años de vida como parrandero y conocedor de mujeres decir: ‘Hola, lagarto, coyote y zorra pa' la chirola'. La gente está sorprendida con la chirola y hasta comentan en Penonomé que si tuvimos un enérgico ‘Marcos Rifle', ahora estamos ante un gran ‘Juan Chirola'.

 

Mi Visión De Hoy

El título de este artículo pareciera implicar que respeto a la universidad de ayer y su razón de ser. En el transcurso del tiempo, he asumido una visión nueva sobre lo que se llama la “universidad del futuro”. No se trata, obviamente, de que antes, en momentos en que enarbolaba las inquietudes estudiantiles, estuviera errado respecto a mi concepción. Por el contrario, aquello fue la base que ahora me permite enjuiciar el rumbo que le corresponde desempeñar a la institución, en una sociedad sometida a cambios trascendentes.

En efecto, si los contextos nacionales cambian igual que el escenario externo, es seguro que los roles institucionales, la razón de ser en los nuevos tiempos y las motivaciones, así como el desenvolvimiento de las funciones intrínsecas, incluidas sus orientaciones, también cambiarán. Desde luego, esto a su vez presiona sobre el juicio que hagamos para saber por dónde y bajo qué parámetros se debe orientar la universidad. Es decir, lo que le corresponde hacer en una sociedad modelada por un mundo globalizado, poco humano; en una economía del conocimiento controlada por nuevas tecnologías, en la que confrontamos, además, la cultura del miedo, de los antivalores y del sectarismo.

En el ámbito planetario se vive bajo la influencia de un modo individualista. Sufrimos el desequilibrio emocional de los dirigentes y, con esto, la desvalorización de los modelos. Ante este escenario explosivo, a la academia le corresponde formar con calidad y humanizando lo que se enseña y lo que se aprende, con innovación. Esto implica un “cambio en el modo de razón”. Y no es que antes no se hiciera con esa cualidad, sino que ahora esa condición particular depende de factores antes ausentes. La conciencia crítica, tan destacada en los discursos, pero en algo desvanecida, tiene que redoblarse en la tarea imperante de formar ciudadanías.

El peligro es inminente, pero poco se advierte o, quizás, prevalece el “no me importa”. En un mundo que podría robotizarse debido a la distracción en pequeñas pantallas y en el que el caos gana cada vez más espacio, el valor ciudadano debe ser una coraza que impida la extinción de la ética, la moral y la cultura. Bajo esta visión, que destaca compromisos sociales básicos, está inserta la universidad. Esa realidad compleja no debe contrariar el sentido de la pertinencia y la solidaridad, ni aquello de que las instituciones académicas tienen una responsabilidad que cumplir, por eso deben disponer de recursos suficientes.

Entonces, se trata de la visión de una sociedad marcada por un esquema en el que predominan las novedades y la velocidad, como factores típicos del nuevo siglo. En el caso de la educación, es necesario replantear hacia dónde dirigir los procesos y el papel de sus actores (el estudiante como el centro de la enseñanza-aprendizaje). Formar nuevos profesionales supone hacerlo con el paradigma de la innovación, capaz de resolver los problemas del entorno, que presenta un mundo distinto.

 

Eliminar La Corrupción, ¿Es Posible?

En los últimos meses en nuestra bella Panamá, solo se observa en los diferentes medios de comunicación social, las investigaciones sobre casos de corrupción que se suscitaron en el quinquenio pasado y que han ocasionado las aprehensiones de altos exfuncionarios del Estado panameño.

Han sido millones de dólares que se han sustraído de las arcas del estado y con esto, se han perdido millones de oportunidades para realizar proyectos de inversión en agricultura, educación, reducción de la pobreza, salud, entre otros, que verdaderamente beneficien a la sociedad panameña y no, como las inversiones que fueron efectuadas, las cuales se concentraron en infraestructuras vacías y proyectos sin sentido, que carecían de objetivos claros que impactaran de manera positiva el bienestar de los panameños y que apuntaran a lograr la visión de país que debemos tener. Dichas inversiones sólo cumplían con un objetivo principal: satisfacer los bolsillos de unos cuantos a costa de perjudicar la calidad de vida de los panameños.

Nos preguntamos: ¿Será posible que la corrupción pueda eliminarse en Panamá? Se torna en una tarea muy difícil, más no imposible en la medida que apelemos al rescate de los valores como raíz fundamental de nuestro modelo de vida, complementado con una voluntad política que apueste a la búsqueda del bien común. Igualmente, debemos potenciar las inversiones en educación, ofrecer capacitaciones a los docentes para que puedan transmitir una mejor formación cívica que promueva en los jóvenes valores como integridad, respeto por las leyes y amor a nuestro país.

De nada sirve que se creen más controles administrativos que eviten que se dé la corrupción, es más fácil y efectivo optar por la promoción de los valores y fortalecimiento de la educación como medida preventiva, lo cual a su vez contribuye al desarrollo económico, político y social de nuestro país.

Concluyo mi opinión sobre este tema citando una frase: ‘Con la buena educación es el hombre una criatura mansa y divina; pero sin ella es el más feroz de los animales. La educación y la enseñanza mejoran a los buenos y hacen buenos a los malos'

Desfile De Delincuentes

Al leer los diarios, nos desayunamos con nuevos nombres y apellidos de elementos corruptos que integraban el pésimo régimen de Ricardo Martinelli y a cuyas órdenes se mostraban complacientes, ya que en la comisión de diversos delitos la mayor parte le tocaba al gánster mayor, que huyendo de la justicia se ha refugiado en Miami, alegando en principio que sería una gira para entrevistarse con varios gobernantes, pero lo cierto es que muy lejos ha estado de ello, por razones lógicas, y sólo se le ha visto presente en un restaurante estadounidense.

Sin hacer mayores esfuerzos la imaginación nos lleva ante la presencia del régimen autoritario con que contábamos en Panamá antes de que asumiera las riendas del poder el presidente Juan Carlos Varela y ese examen a conciencia que se hizo la mayoría de los ciudadanos, llevó a infligirle las más demoledora derrota en las urnas a quien pretendió perpetuarse en el poder con sus más allegados títeres, tan corruptos como él mismo.

Con las riendas en sus manos, logró que todos los poderes del Estado le fueran incondicionales y por eso hoy desfilan ante la justicia cada uno de esos elementos cómplices suyos, que no escatiman esfuerzos para no cargar ellos solos con todas las culpas, y embarrar a su exjefe.

Si por un lado esto está llevando a que los expedientes sean cada vez más voluminosos, en el embarre no se salva el inductor mayor de toda la corrupción que observamos, lo que demuestra que lejos del poder ha caído en desgracia, ya no le temen y no hay nada que obedecerle.

Como abogado, considero que el Ministerio Público, y en lo que toca al Órgano Judicial, están haciendo su trabajo en forma eficiente y con firmeza, eso sí: lo que esperamos todos es que al final de tan extensas investigaciones en las distintas instancias, las decisiones que se tomen deben ser para que ninguno de estos pillos queden sin castigo y vayan a parar sin contemplación tras los barrotes de la cárcel, sin miramiento ni consideración alguna.

Por lo que a este momento se refiere, algunas de las medidas cautelares que se han tomado en algunos casos de alto perfil son cuestionables, debido a que no merecían que se les aplicara las menos graves, sino las más fuertes, como la detención preventiva. Por allí anda un sujeto, a quien se le dio casa por cárcel, y cuando se examinó su caso en segunda instancia para ser detenido por sus delitos, se ha esfumado y no se le encuentra ni debajo de las piedras.

Insistimos en que si por el momento la justicia está actuando con rectitud y con mano fuerte, esperamos que esa siga siendo la práctica de todos sus funcionarios a lo largo de todas las investigaciones a los corruptos en general, que casi acaban con nuestro país en tan solo un quinquenio, fatalmente gobernando por Martinelli.

 

Proyectos Fallidos

Recuerdo cuando muchos repetíamos el eslogan de la aerolínea, ‘soñar no cuesta nada y volar por Avianca casi nada'. Hoy, volar por Avianca cuesta, y los sueños, si eres de Gobierno, nos cuestan a todos. Algunos sueños del Ejecutivo, a lo largo de los años, no nos han costado casi nada, pero otros nos han costado millones. En los últimos años, por ejemplo, en el Gobierno que más obras inició y que menos respeto mostró por los costos, caímos en una larga cadena de proyectos millonarios fallidos.

Con mucha visión, todos pensamos que era buena idea la construcción y mejora de los dos aeropuertos, Río Hato y Frances Field. Hoy, los dos esperan porque se dé el despegue de ambos. Pronto veríamos que la visión del Gobierno de Ricardo Martinelli no era tan clara nada. Así, al recibir la Embajada de USA de regreso, en lugar de pensar en un museo u otro uso, la derrumbamos. En su lugar iría una enorme torre financiera. Invertimos casi nueve millones en diseños, estudios y planos para luego no hacer nacer nada. ¿Y el dinero botado? Bien gracias, ¿y Usted?

El mismo Gobierno soñó con dotar de hospitales y Minsa-Capsi a todas las comunidades, pero se olvidó que no solo es construirlos, es también dotarlos de equipos, instrumentos, insumos, médicos y personal. Hoy la inmensa mayoría son inoperativos, deteriorándose sin poder trabajar a su capacidad.

Peor suerte corrió el proyecto de la gran virgen que estaría en la bahía de Panamá, como el Cristo de Sao Paulo. Odebrecht corrió a donar la base de la misma e inclusive se dio un debate entre Iglesias que objetaban a la Virgen Católica y no algo solo cristiano. Hoy ni siquiera sabemos a ciencia cierta dónde iba el monumento y si Odebrecht llegó o no a dar la donación.

Luego hay proyectos que se vendieron bien al pueblo, como la cadena de frío y el complejo hospitalario de la Caja de Seguro Social. La cadena de frío ha resultado la gran decepción, lo que iba a reducir el costo de la canasta básica, al reducir la merma de vegetales, no ha dado fruto alguno, y acompañado del moderno elefante blanco, gran mercado de abastos construido sin accesos y en el medio de nada, lejos de la ciudad, otra inversión millonaria que no pasó de sueño de algunos, pero a costo de millones a todos.

El complejo hospitalario es punto y aparte. En presentación era una estupenda idea, pero en la realidad son más los cuestionamientos que las felicitaciones. Hospital ¿cerca de una mercado de abastos?, ¿paredes de gypsum?, ¿difícil y distante acceso?, ¿sin transporte público? Casi 700 millones, mientras los hospitales existentes siguen sin insumos, medicinas, personal, etcétera.

Luego están los casos más delicados, como el proyecto de riego de Tonosí. Al igual que el corredor norte con PICSA, el Gobierno se comprometía a comprar los terrenos indemnizando a las fincas que se afectaban. Y, al igual que no PICSA, el Gobierno no lo hizo. Hidalgo e Hidalgo, la firma de construcción de las más grandes ecuatorianas, con contratos en ocho países del continente, gana en licitación internacional el contrato, diseño planificación y construcción del sistema. Inicia y les ubican los terrenos a utilizar, todos privados. La empresa hace los estudios, hace el estudio de impacto ambiental, hace la carretera de acceso, hace los campamentos y cuando necesita la autorización de los terrenos para iniciar los embalses y demás, el Gobierno decide no comprar ni indemnizar a los propietarios.

Hidalgo e Hidalgo pacientemente negocia con el Gobierno que pague los 14 millones por las tierras, el Gobierno, ahora interesado en la campaña electoral, se rehúsa y así muere de muerte natural el proyecto. No es incumplimiento del contratista, el Gobierno busca un mutuo acuerdo para liquidar el contrato. Pero, como Panamá es como es, el nuevo Gobierno en lugar de retomar el proyecto, comprar las tierras y terminar, no, deciden investigar a Hidalgo e Hidalgo, como si fueran delincuentes y responsables del fracaso. Aquí lo que cabe es continuar el proyecto en una zona que es necesario el proyecto de riego.

Panamá tiene que madurar. Tenemos que mejorar nuestra planificación, tenemos que darle prioridades a proyectos necesarios y que solucionen problemas del pueblo, como de agua, vivienda, aguas servidas, red vial, puentes. Los Gobiernos tienen que darle continuidad a los proyectos que heredan, corregir si es necesario, pero no botar inversiones. La verdad, no somos un país pobre, pero tampoco estamos para botar la plata.

 

El Panamá Político, La Burocracia Y La Corrupción

El Panamá político, con el tradicional clientelismo electoral, corrompe la acción gubernamental.

Cuando se hacen los nombramientos de los funcionarios, en todos los cargos, se ignora la competencia profesional, la probidad administrativa, los valores éticos y morales.

La burocracia es el mal endémico de nuestras instituciones, es el caldero de las coimas. Deliberadamente y con alevosía se demoran los simples trámites para dar el zarpazo. ¿Cómo impulsar el desarrollo económico con funcionarios deshonestos?

El llamado “juega vivo” se ha convertido en una norma, roban los del más alto perfil, así como los mandos medios hasta llegar a los de base. Se educa con el ejemplo.

Los funcionarios de alto nivel saquean los fondos públicos con sus negociados y el aval de los que deben controlar los bienes del Estado; todo el engranaje gubernamental se corrompe con funcionarios mediocres, incompetentes y sin valores.

Lo sucedido durante la administración de Ricardo Martinelli rompió todos los paradigmas.

El transfuguismo de los diputados llegó a extremos nunca vistos, todo se compraba y vendía como en un gran supermercado. El cinismo era lo cotidiano, el tesoro nacional era el coto vedado de los políticos en función de gobierno, su patrimonio personal, delinquir era gobernar.

La burocracia en una sociedad democrática debe seleccionarse entre los mejores ciudadanos, por sus méritos y competencia profesional, solo así se garantiza la continuidad de la acción gubernamental. La efectividad y eficacia de los funcionarios promueven que cada balboa se invierta responsablemente, sin sobrecostos ni prebendas.

En Panamá tenemos hombres y mujeres de alta calidad profesional comprometidos con el desarrollo nacional, solo hay que darles la oportunidad para trabajar por el bien del país.

Panamá tiene urgencia de estadistas, mandatarios fundacionales como Belisario Porras, hombres y mujeres semilla que fecunden nuestra tierra de políticos con principios, con la debida capacidad y credibilidad para gobernar con transparencia y sin improvisaciones.

 

¿Qué Sucede En La CSS?

La población asegurada está muy disgustada con lo que está ocurriendo dentro de la CSS, y tiene toda la razón. Stevenson Girón vino a improvisar. Carece de un programa para darle a la institución una solución definitiva. Continúa con los males que nos dejó la administración anterior, conocida como la más dañina de nuestra historia. Los que hemos tenido la oportunidad de conocer a fondo las interioridades de la CSS sabemos cuáles son los objetivos del Gobierno nacional: privatizarla. No se trata de un plan concebido por el presidente Varela, sino de una exigencia de las Instituciones Financieras Internacionales que lo tienen en su agenda desde la década de los ochenta; pero gracias a las denuncias de los gremios médicos de antaño, hoy desaparecidos, los gobernantes no se atrevieron a llevarla a cabo, pero optaron por una estrategia más sutil: ir destruyendo progresivamente a la institución, para que la población, que desconoce los peligros de la privatización, exigiera su implementación. Lo primero que han hecho es cambiar de nombre: ahora le llaman ‘externalización', iniciada por la nefasta administración anterior, con algunos servicios, lo que viola la Ley Orgánica.

¿Por qué nos oponemos a la privatización de la CSS? Porque se destruye el concepto de solidaridad, que es la piedra angular de la Seguridad Social: el rico se solidariza con el pobre, el joven con el viejo y el sano con el enfermo. Al privatizarla, se individualiza la atención médica y las pensiones. La primera se ofrecerá de acuerdo a las cuotas: los de mejor ingreso recibirán una atención superior a los de los ingresos inferiores, que es mayoritaria. El pago de la pensiones será de acuerdo a sus aportes y si los mismos se agotan antes de la muerte, se quedarán sin ingresos. Eso no nos los dicen los administradores.

Por supuesto que en un país pequeño como el nuestro, duplicar los recursos de la atención de salud, como ocurre en la actualidad, es un derroche; pero, lamentablemente, la experiencia con la llamada ‘integración de los servicios médicos', resultó una carga muy onerosa para la CSS, quien sufragó la gran mayoría de los costos, y nada nos dice que no va a volver a ocurrir, de allí que la llamada fusión MINSA-CSS será el primer paso para la privatización de la CSS.

A nuestros Gobiernos, muy vinculados con las transnacionales farmacéuticas quienes lucran con la salud, les interesa que haya enfermos y hospitales, con las coimas correspondientes. Entre más enfermos hay, el negocio aumenta. Es por ello que no se interesan en promover la salud y en prevenir las enfermedades, y menos en organizar la atención primaria para que se descongestionen los hospitales. Hoy en día, el 80 % de los pacientes internados en el Complejo Hospitalario, debería estar en su casa con un control domiciliario continúo, programa que he propuesto en una infinidad de ocasiones.

Por otra parte, la Junta Directiva de la CSS, que por ley ha de ser la que tome las decisiones de la institución, ha desaparecido y las decisiones las toman personas no idóneas. Lo que recientemente dijo el Ministro Consejero, de que la Ciudad Hospitalaria será convertida en un hospital de tercer y cuarto nivel, es la desfachatez más grande que he escuchado en mi vida. De llevarse a cabo, sería una trampa de muerte.

Si la población asegurada no se organiza para evitar que el Gobierno privatice la institución, se quedará sin hacha, calabaza y miel. Despierten, por favor. Mañana será tarde.