Unidad y refundación en el PRD, defensa de la Nación
Las dos primeras palabras que se deben repicar ante el próximo congreso del PRD son Unidad y Refundación.
Por eso, no debe ser un evento de trámite. Y mucho menos un congreso en el que haya un reparto de cargos con arreglo a las posiciones de influencia.
El PRD ha sido derrotado en las dos últimas elecciones con la gravedad de haber sido la formación con mayor número de cargos electos. No es un punto de partida insignificante. Pone en evidencia que existe organización, aunque seguramente desengrasada. Y permanece el legado de un partido que nació para desarrollar políticas públicas que tengan en cuenta a las clases populares.
El próximo secretario general y el equipo que lo acompañe tienen la obligación de aplicar una estrategia reformista, quizá en la línea que se aplicó en el quinquenio 1994-1999, cuando se ejecutaron algunos de los hitos que han marcado para bien la historia del Siglo XXI de Panamá. Me estoy refiriendo, entre otras, a la flexibilización del Código del Trabajo, a la modernización de las reglas de juego en la política de generación de energía eléctrica (torcida la intensión original en Gobiernos posteriores) y en la de telecomunicaciones, así como en la creación de las bases para que el Canal se dotase de autonomía política y financiera. Hoy, en 2016, todos coincidimos en que fue una decisión afortunada.
¿Qué significado tiene en estos tiempos y en nuestro país el congreso de un partido político organizado hasta en los pueblos remotos?
Para ofrecer respuesta a esta pregunta, debemos empezar por rechazar unas cuantas cuestiones. La primera: es inaceptable que Panamá crezca casi al 6 % en el PIB y cuente con los grados de pobreza e injusta distribución de riqueza con que cuenta.
Es inaceptable que el agua potable sea tan solo una ilusión transitoria para cientos de miles de panameños.
También lo es que los insumos en los hospitales públicos estén asociados a la palabra ‘escasez '.
Ahora que los estudiantes regresan a las escuelas, ¿cuántos de ellos se encuentran con infraestructuras deficientes y obras inconclusas?
El PRD debe aprender a sumar. Solo ganará las próximas elecciones, si aprende a concitar apoyos locales, gremiales, en el ámbito universitario, y de los partidos políticos que compartan una visión de país. Debe promover foros públicos de discusión sobre políticas sectoriales y de alcance general.
Donde exista un problema social debe alzarse la voz del PRD para reclamar ante los convecinos y las autoridades un cambio de rumbo, una aplicación equitativa de las leyes.
Donde se viva una crisis, como es el caso del cuasi colapso de la producción agroalimentaria, se debe movilizar a las mejores cabezas del país de cara a diseñar políticas que alcancen algún día la soberanía alimentaria.
El PRD debe reaprender el discurso de la interpelación cívica, pero debe empezar por el impulso del diálogo entre los miembros del colectivo.
Debemos reclamar para Panamá un papel activo en la interlocución de las controversias interamericanas. En la más profunda tradición torrijista, Panamá debe recuperar el rol que desempeñó en los últimos 25 años del siglo pasado, mientras buena parte de Centroamérica se desangraba en guerras crueles e intestinas. La Cumbre de las Américas, que se celebró hace poco más de un año, constituye un buen ejemplo. En ese evento el Gobierno actual se comportó de manera adecuada y brillante en ocasiones, se le debe reconocer, y la inmensa mayoría de las formaciones políticas panameñas y actores sociales le expresó su apoyo. Ese es el camino. La próxima inauguración del canal ampliado es una oportunidad y debe servir para reforzar el papel de Panamá en el concierto internacional. Ahora más que nunca, cuando Panamá se ve implicado en un escándalo como es el provocado por los injustamente denominados ‘Panama Papers ' debe mostrarse al mundo una cohesión interna sin precedentes y escenificar una política de Estado en defensa de la reputación de la patria.
El PRD debe abrir sus puertas y ventanas para que entre aire fresco. Incluso los que jamás se han acercado tienen derecho a esperar del partido una explicación sobre lo que se pretende para los próximos años. Solo así se recuperará la confianza y sentarán las bases para la modernización del colectivo.
Tenemos la obligación de trabajar para un efectivo Estado del Bienestar. Solo lo conseguiremos mediante la renovación del contrato social, por medio de políticas de apoyo a los emprendedores y en la aplicación de una política activa en la implementación de la educación y formación técnica. Sabemos que Panamá necesitará en los próximos años cientos de miles de técnicos y especialistas en tecnología, en telecomunicaciones, en logística, en impulso y mantenimiento de las energías renovables. Y también sabemos que no contamos con ellos. ¿Por qué no convertir Panamá en un gran centro de formación técnica para la región? Existen voces cualificadas y universidades en el mundo que saben cómo conseguirlo y están dispuestos a colaborar, eso me consta.
Se acerca el momento del congreso y observo a mi alrededor que se habla poco de estas cuestiones, pero mucho de nombres y apellidos. Un debate como el que se propone requiere libertad de pensamiento, compromiso con los valores que el partido representa y vocación de transformación social. Y sí, de un líder y un equipo. La experiencia es un valor en sí mismo. No es fácilmente transmisible. Y a los efectos de dirigir un partido y un país es un factor que pesa más en la balanza que la edad biológica.