Seamos Ciudadanos Responsables:
Al ver las noticias que a diario se transmiten o publican en los medios de comunicación social, no dejo de preguntarme: ¿Cómo esperamos corregir la falta de agua, el deterioro de las escuelas, la inseguridad, la escasez de insumos y médicos en los hospitales y clínicas públicas, y la necesidad de vías de acceso a las comunidades rurales?
Es decir, ¿cómo hacer para brindar una mejor calidad de vida a todos los residentes en Panamá? Labor que se complica más cuando los que demandan los correctivos quieren que sea el Presidente de la República, en persona, el que atienda y brinde solución rápida a todas las deficiencias anotadas.
Físicamente es imposible que una sola persona –por más interés que quiera demostrar en la búsqueda de soluciones– pueda repartir su tiempo y talento por todo el país. Para ayudar al Presidente de la República están los funcionarios asesores, con rango de ministros de Estado, responsables de informar las deficiencias y buscar posibles soluciones en materia de salud, seguridad, educación, obras, acueductos y transporte público.
A su vez, los ministros cuentan con asesores, responsables de actualizarlos e indicarles la mejor manera de corregir problemas como el deterioro que presentan muchas escuelas del país; la falta de médicos e insumos hospitalarios; la falta de acueductos y carreteras o aplicar controles de seguridad. Es decir, si todo el equipo de asesores con que cuenta el Gobierno demuestra capacidad y responsabilidad, no existiría justificación válida para el deterioro tan visible en los aspectos mencionados.
La responsabilidad que sí le cabe al Presidente del país, es exigirle a sus ministros y asesores que atiendan personalmente a las comunidades y que busquen las soluciones más viables a los distintos problemas en las áreas que les corresponda.
Considero que los directores, maestros y profesores que laboran en las escuelas públicas también tienen su cuota de responsabilidad por el grave deterioro de los planteles, pues si bien es cierto que el Estado es responsable de cubrir los costos de mantenimiento y reparación de todos los edificios públicos, los administradores y funcionarios de las escuelas tienen la obligación de advertir con tiempo tal deterioro, no esperar a que sea tan grave que obligue a la suspensión de clases.
Administrar un país es una tarea ardua y exigente, por lo tanto, es responsabilidad de todos los ciudadanos –por medio de sus votos– depositar la confianza en los mejores hombres y mujeres; aquellos que demuestren tener capacidad profesional, ética y moral, y que nos garanticen un Gobierno que se preocupa y trabaja para conducir al país por los senderos de la paz, la prosperidad y la dignidad.