¿Se hará justicia? (II)
Somos muchos los que deseamos presenciar detención y enjuiciamiento de R. Martinelli, y todos los que participaron en la madre de todos los asaltos al erario perpetrado en la era republicana. Algunos tendrán razones políticas, otros justificaciones morales y éticas, los más, además de las anteriores, tendrán reflexiones de índole humanitaria, por aquello de cuántos hospitales, escuelas, acueductos, y otras obras de vital importancia, se hubieran construido para las clases más necesitadas.
Así las cosas, observamos perplejos, cómo Estados Unidos de Norteamérica, país defensor de la democracia y la justicia, le otorga refugio al percibido asaltante número uno de fondos estatales. Con toda seguridad ellos tienen más información que nuestras autoridades de los actos ilícitos cometidos por Martinelli. Por otro lado, es oportuno recordar la última declaración del exembajador Farrar, quien señaló ‘Nuestro Gobierno está dispuesto a cooperar con el Gobierno de Panamá, y la JUSTICIA, solo estamos en espera que lo soliciten formalmente '… ¿A quién le corresponde solicitar la asistencia legal indicada por el exembajador Farrar? A la Honorable Corte Suprema (después de objetiva investigación), a la procuradora (impedida por la protección que ofrece al delincuente el Parlacen), a la Cancillería (que debe esperar a que la Corte resuelva)… ¿Puede los Estados Unidos de Norteamérica provocar desenlace declarando non grato a Martinelli, expulsándolo del país, hacia su país de origen, o cualquier otro?… Creo que sí puede, aunque me dicen que la telaraña legal que lo sostiene está sustentada en espera de decisión de la petición de asilo solicitada ante inmigración. Sus últimas desesperadas, inmorales y antipatrióticas declaraciones indican que el tiempo se le acaba.
¿Se repetirá el caso de Noriega, juzgado en EE.UU. y devuelto a Panamá después de más de 20 años?… Es especulación, pero también puede suceder por lavado de dinero.
A todas luces Martinelli es un visitante (¿turista?) incómodo en territorio de EE.UU., y puede muy bien suceder que el rechazo que tiene en la comunidad panameña derive en protestas hacia el país que le da refugio, en el pasado así ha ocurrido con otros políticos delincuentes de alto perfil.
No somos agoreros, así como tampoco deseamos que se interprete que presionamos a la Honorable Corte Suprema a que se pronuncie precipitadamente, pero percibimos mucha incomodidad en la sociedad, y en el peor de los casos zumbidos de abejas africanas en busca de que se haga justicia con Martinelli, Shamah, Obarrio, y con todos los prófugos que cobardemente huyen, y no dan la cara. Es largo y espinoso el camino al infierno, de los que huyen de la justicia.