Piden que se revoque contrato de los radares

Un día después de que el presidente Juan Carlos Varela denunciara que los radares adquiridos por el gobierno del expresidente Ricardo Martinelli no captan las lanchas rápidas con las que el narcotráfico transporta drogas, sectores de la sociedad piden que se revoque el contrato a la compañía italiana que vendió los equipos.

Ebrahim Asvat, exdirector de la Policía Nacional, opinó que el Gobierno debe revisar los contratos y rescindirlos, o exigirle a la empresa que cambie el equipo por uno que sea funcional.

“Debe suspender el pago hasta que la empresa le garantice la efectividad del equipo que le ha vendido”, sugirió. Según el jurista, es sospechoso que ahora los radares no sean aptos. “No entiendo cuáles fueron las calificaciones técnicas de quien hizo la evaluación para decir que esos eran los radares que Panamá necesitaba”, se preguntó.

Mientras, el exviceministro de Seguridad Severino Mejía consideró que el proyecto de los radares es positivo, pero opinó que era mejor comprar la tecnología a Estados Unidos. Mejía propuso al Gobierno que regrese los equipos o revoque el contrato. “[Los radares] ya están obsoletos (…) después del proceso de instalación, el exministro [José Raúl Mulino] está hablando de calibración. Eso puede ser cierto, pero aquí el problema ya no es de calibración, sino de sobrecosto”, señaló.

GARUZ COORDINÓ EL PROYECTO: MULINO

Mulino, quien alega que el problema tiene que ver con falta de calibración del equipo, aseguró que el proyecto de los radares fue coordinado por el exviceministro de Seguridad, Alejandro Garuz, por instrucciones del entonces presidente Ricardo Martinelli.

Sobre el contrato, Mulino dijo que este se firmó bajo la modalidad “llave en mano”, lo cual implica que se pagará si se cumple con la instalación y el procedimiento exigido.

Garuz, por su parte, no contestó mensajes dejados en su celular por este medio.

Además de los 19 radares adquiridos por $125 millones a Selex –filial de Finmeccanica–, Panamá adquirió seis helicópteros y un mapa digital, todo ello por $250 millones.

Las compras directas a Finmeccanica desataron un escándalo internacional que tiene a la justicia italiana investigando posibles sobornos. Martinelli es uno de los protagonistas.

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