‘Papers’ y papelones

Lula Luiz Inácio Da Silva y CFK Cristina Fernández de Kirchner, no aparecieron en la lista de los Panama Papers. ¡Qué bueno! Puede que aparezca algún amigo o allegado, o hasta algún pariente, pero lo de ellos es impecable. Honestos a toda prueba.

Aunque, como se ha dicho, en los mentados papers no son todos los que están ni están todos los que son. Se sabe sí que Lula tiene o tuvo un asesor, Joao Santana, quien fue el que le organizó la campaña electoral en 2006, y a Dilma Rousseff las de 2010 y 2014, que tiene con su esposa, Mónica Moura, una sociedad offshore. Ello no constituye un delito. Lo que no huele muy bien en este caso son los $16.6 millones que les transfirieron otras offshore pertenecientes a la firma Odebrecht que, como se sabe, aparte de estar muy involucrada en el escándalo Petrobras, era una promotora y una especie de “mecenas” del citado Lula.

José López, en cambio, que se sepa no figuraba en los tales papers ni tenía una offshore. Y no es que sea un José del montón ni un López cualquiera. Se trata de un ingeniero civil argentino, miembro electo del Parlamento del Mercosur (a punto de ser expulsado al momento de escribir esta columna), que fue secretario de Obras Públicas desde mayo de 2003 a diciembre de 2015, durante los gobiernos de Néstor y Cristina Kirchner, junto a quienes hizo su carrera política. Fue la mano derecha del exministro de Planificación Federal Julio De Vido, sindicado a su vez como el “cajero” de los Kirchner.

La cuestión es que el tal mentado José López fue “pescado in franganti” por la policía tratando de ocultar, en medio de la oscuridad, en el Monasterio de las Monjas Orantes y Penitentes del Rosario de Nuestra Señora de Fátima, 160 bultos que contenían 9 millones de dólares, unos 150 mil euros, 425 yuanes, 49 mil 800 pesos argentinos y 2 riyales de Catar, más 6 relojes de alta gama.

No es que López sea un debutante. Desde 2008 se le sigue un juicio por enriquecimiento ilícito al igual que a CFK (a esta por lo menos tres) y está involucrado en otros por corrupción junto con su jefe De Vido. Juicios archivados algunos y bastante demorados otros mientras el kirchnerismo estuvo en el poder. Ahora la cosa cambió.

El hecho es que en solo los primeros cinco años de gobernante 2003 a 2008 el patrimonio de López creció 700%. Y lo que debe haber crecido hasta 2015; debe dejar pequeño al de CFK y Néstor que solo lograron un incremento de algo más del 1,000%. Nada que ver, en cambio, respecto a Máximo Kirchner (hijo de los citados), cuyo patrimonio se estima que creció 53,000% en menos de una década. Lo concreto es que López, quien ahora posa de loco le han aparecido repentinos problemas psiquiátricos confiaba más en las monjitas que en las offshore.

Decididamente, se sentía más seguro con el dinero en la patria, aunque sea enterrado en un convento. Pero, como se sabe o se tendría que saber, el poder no es eterno.

CFK tuvo que salir a hablar. No podía permanecer callada. Por supuesto, habló del caso de los Panama Papers, sobre todo, porque allí aparece en dos o tres sociedades el nombre del actual presidente argentino, Mauricio Macri. “Así como ella usa los papers para sacar la ‘pata del lazo’, otros tratan de usarlos para que los Kirchner, los De Vido, los Baéz y los López no le roben su plata”, ha sido un repetido comentario en Argentina.

Cristina ha sido enfática: “No fui yo” quien le dio la plata a López. Ciertamente, nadie debe haberlo pensado. Además, ¿cuenta con tanta liquidez como para disponer de $9 millones para darle a un excolaborador?

Las preguntas son otras. ¿De dónde salió tanta plata? ¿De quiénes eran los dólares? Y si eran de López, ¿cuánto fue lo que les tocó, entonces, a sus jefes? Lo que ya nadie se pregunta es si los jefes, los mandamases, los número uno, lo sabían. Lula, CFK, por ejemplo. Eran sus hombres más cercanos, sus manos derechas, sus amigos. Tenían sus despachos al lado. Van a posar de tontos y distraídos. Ellos, nada menos que ellos, a los que no se les escapaba nada y las sabían todas.

Una última reflexión: lo que va a ser el día que se destape el tarro en Venezuela. ¿Cuántas operaciones con sobreprecios, y todo lo que eso conlleva, aparecerán? ¿Y las financiaciones y “ayudas”, cuánto sumarán? ¿Y los financiados, cuántos y quiénes serán.

 

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