Macrojusticia
El mundo está en un laberinto de contradicciones, injusticias y utopías. Grandes capitales concentrados en pocos propietarios. Muchísimos pobres distribuidos en extensas regiones. Algunas poblaciones viven en un ambiente de paz y calidad de vida. Pero también muchos países están envueltos en permanentes conflictos religiosos, políticos y armados, que causan serios problemas de todo tipo.
Poderosas organizaciones mueven trascendentales fuerzas económicas, militares y diplomáticas como el Banco Mundial, la OCDE, el FMI que dirigen efectivamente las estrategias político-económicas internacionales. Las influencias y poderes que patéticamente se dan en la realidad, en guerras frías, agresiones, deudas financieras, extorsiones, chantajes, amenazas entre el neoliberalismo y el socialismo; en todas sus variables, intensidades, alianzas, y fórmulas.
Las presiones en todos los Gobiernos se dan por algún nivel de intereses, monetarios, mercantiles, transnacionales electorales. Aun en los Estados populares este tipo de actividades se dan, porque en los intercambios de producciones, comercios, tecnologías, hay desequilibrios, desestabilizaciones que concluyen en choque de intereses, tácticas o velocidades de acción.
Las fuerzas económicas se alinean en sus objetivos por controlar los mercados, las bancas, las creaciones científicas. Los grupos ciudadanos, los sectores subdesarrollados se agitan en la ONU, OMS, CELA, PACÍFICO SUR, SUR SUR, BRIC. Para intentar modificar las reglas impuestas. Las deudas, la dependencia tecnológica, las condiciones de los préstamos, los engaños, el cinismo, las divisas, las invasiones, los embargos, los bloqueos, el aislamiento bancarios, el subestimar o ningunear los pronunciamientos, son algunas de las maniobras aplicadas para imponer sus criterios.
A niveles locales los empresarios son sujetos y víctimas de esas macroconductas. las tarifas, oligopolios internacionales imponen precios fijados en un supuesto mercado que no son los consumidores, sino los macrointermediarios que manipulan la discutible ofertan y demanda y distorsionan la publicidad a la moda y dependiendo de una meta calculada y dirigida.
Con mayor razón son víctimas los usuarios y clases medias y populares llevados al consumismo, al hambre, las enfermedades, a delinquir para sobrevivir, a la prostitución, a la violencia, la ignorancia y la negligencia. al alcohol que es antídoto del estrés de los pobres.
En todas la religiones con la experiencia de la historia y, la humana microjusticia por el bienestar y la equidad social, a los inversionistas se les permite la producción y el comercio ético, sin usuras, explotación ni engaños, para cumplir una función social de crear, distribuir, promocionar lo necesario para la vida en sociedad.
Los pueblos y las leyes siempre pretenden crear las condiciones para que el costo de la vida se ajuste a la eficacia de su trabajo en una sociedad organizada justa y culta. Y con ese paradigma solicita comprensión y exigen reglamentaciones en ese sentido. La empresa privada moderna por su capacidad, experiencia y humanismo debe satisfacer las necesidades complejas de la sociedad. Pero en la evolución sociológica, el control y prepotencia que da la propiedad del dinero y las herramientas productivas ha llevado a distorsiones y acumulación de bienes no equilibrados con las necesidades grupales.
Este sentido de participación, conciencia social y consideración al prójimo es lo que claman las protestas, las huelgas, y todas las reclamaciones callejeras. El Estado como regulador, componedor y armonizador colectivo sigue buscando las fórmulas humanizadas y eficientes para lograr ese balance productivo laboral. La educación, la alimentación, la salud son áreas vitales.
Concretamente la producción y costos de los logros científicos, en medicamentos, alimentos y productos de primera necesidad deben estar al alcance de todos los niveles de la población. Los artículos suntuarios y tóxicos sociales (alcohol) son las líneas que pueden explotar los excedentes de capitalización para compensar los requerimientos vitales de todos.
La educación en valores por la TV y medios de comunicación comercial y el congelamiento de precios básicos, junto a los sueldos merecidos por el trabajo son modelos clásico que datan de nuestras culturas prehispánicas y de la prehistoria. Que deben ser adoptados, actualizados y activados en nuestras empresas para crear empleo y recursos en un Pro Panamá Beneficio.