Los andamios: economía, política y educación:
No fue sino hasta la década de 1980 cuando se demostró, científicamente, que la naturaleza es una red y que si uno solo de los hilos es dañado, esta se destejerá. Este principio ha sido aceptado con relación a la naturaleza, sin embargo, no hemos comprendido que es vital aplicarlo al funcionamiento de la sociedad. Los adeptos del paradigma holístico arguyen que por eso anda el mundo como anda.
Durante la crisis de 2008-2009, lo “natural” habría sido proteger a los seres humanos, a sus hipotecas, ahorros, seguros de salud, etcétera, pero lo que sucedió fue que se entregaron billones de dólares para “salvar” a los bancos de todo el mundo. Billones que salieron de los impuestos a los pobres.
En Panamá hay consenso en que es necesaria una educación de calidad para superar aspectos deficitarios en nuestra sociedad, pero los educadores sabemos que hay situaciones económicas y sociales que inciden negativamente en el aprendizaje, que no pueden ser resueltas por la escuela. La Asociación Panameña de Ejecutivos de Empresa todos los años dice lo mismo: “No se forman los trabajadores que la empresa necesita”. La pregunta es ¿cuántas industrias tienen, cuántas granjas de producción agropecuaria, cuántos centros de productos del mar? Lo que salta a la vista es que solo tienen lo que consideran más rentable: comercios, servicios y escuelas privadas, ¡ah! y turismo, aunque nos hundamos en basura.
Si la sociedad fuera una red, los hilos de la economía, de la educación y de la política se complementarían y estaríamos formando personal para lograr la soberanía alimentaria, para atender la salud de todos, para incentivar el desarrollo cultural que es el que determina la cohesión social y, por tanto, la ética humanista. La educación sería pública e igual para todos –como en Finlandia– y se resolverían los prejuicios raciales, de estatus, de género y demás.
Mientras vivamos a expensas del Canal y del comercio; mientras exista una educación para los que la pueden pagar y otra para los demás; mientras la democracia se circunscriba a asistir a las urnas, un día cada cinco años, habrá desempleo, pobreza, inseguridad ciudadana y, sobre todo, plutocracia y corrupción generalizada.
No le pidamos a la educación lo que ella sola no puede dar, y sumemos esfuerzos, en los diversos grupos que aportan estudios y propuestas, para transformar el mero crecimiento cuantitativo en un desarrollo social en que quepamos todos.