La Salud Como Herramienta Estratégico-Política
En anterior artículo señalábamos el desiderátum de la salud en un país que rectifique su mirada estratégica y económica y asuma su papel en el mundo del mañana. No obstante, ante esos imperativos debemos reconocer los reales elementos de nuestra oferta sanitaria actual que nos alejan de aquella imagen objetivo.
El tipo de acceso a la salud: Podemos diferenciar que hay un acceso en las áreas de tránsito y en las regiones de la península de Azuero que son distintos a las áreas de economía periférica. En las primeras áreas mencionadas el acceso puede ser o derivado o escamoteado. La situación en las áreas de acceso derivado contiene dos situaciones implícitas. La primera es la doble confiscación de los aportes de los asegurados (por el servicio que se les niega y por el que se les cobra). La segunda es la conjunción de dos calidades opuestas: eficacia sin eficiencia.
En la situación del acceso escamoteado, que es la situación de los asegurados en fila para el recibo de una prestación de salud, tenemos que se niega el criterio de oportunidad de la atención, se apela al recurso de la paciencia, o se termina por la oferta disimulada de paquetes de servicios de salud (te doy esto, pero no te doy lo que continúa).
En las áreas de economía periférica se trata de la población sin acceso o marginal. En ellas no hay disponibilidad de servicio y —si existieran servicios disponibles, es decir que están físicamente en el lugar— entonces no habrá accesibilidad (que es la capacidad de recibir atención, porque se paga o se ha pagado por ella).
Para poder tener un adecuado panorama de nuestros retos sanitarios, es urgente disponer de información fiable de daños a la salud y de productividad; sin embargo, la información estadística es un bien preciado que en nuestro contexto nacional es muy laborioso conseguir por razones muy coyunturales. Recordemos que la pasada administración del Estado debutó con la organización de un censo no confiable que nos dejó como alocadas hormigas sin antenas. Pero la ceguera estadística —como en la novela de Saramago— se infiltró hasta los más recónditos departamentos del ramo, por lo cual la recomposición de nuestra información sensitiva estadística es una imperiosa necesidad estratégica nacional, si el escamoteo de la información estadística fue una necesidad de quienes usaron y abusaron del poder en el pasado reciente, ahora pasa a ser una reivindicación nacional.
No es ocioso recordar la importancia de la oportuna y correcta información estadística, baste recordar que en China se castiga severamente a quienes adulteran o escamotean las estadísticas, porque se considera que le hacen un daño a la planificación nacional y, por la tanto, le hacen daño al pueblo.