La ósmosis del poder

Como espina dorsal de pescado robalo atravesado en la garganta, sin la posibilidad inmediata de líquido o sólido para bajarla, es la sensación que tenemos la mayoría de los panameños en estos días, gracias a los mal llamados ‘papeles de Panamá ', que en realidad deben llamarse ‘los papeles de Mossack & Fonseca ', porque los grandes beneficiarios son únicamente ellos y sus amigos. Lo rancio del poder huele y apesta, pero no se da el brazo a torcer y permitir que las aguas logren la transparencia necesaria con una sana y profunda investigación, ya que estos divinos recursos fueron parte de lo que los llevó al dominio y disfrutar de las mieles del mismo.

‘Una cosa es una cosa, y otra cosa es otra cosa ', reza la vieja expresión mexicana, que busca como objetivo fijar claro, no permitir ociosamente mezclar dos cosas en una, para aprovecharse del resultado final, tratando de perfeccionar la muy conocido relación ‘a río revuelto, ganancia de pescadores '. La actitud económica y política de muchos Gobiernos de países ‘supuestamente amigos ', en contra del Estado panameño es una cosa y lo que se tiene que investigar en nuestro país del actuar de la firma de los abogados de marras, es otra cosa. El pueblo quiere ver si en Panamá se puede juzgar a un amigo del presidente.

Sobre lo primero, no tenemos una sola duda en nuestra unidad y cohesión interna como pueblo, que hemos asumido permanentemente y que, en su momento, hemos sido olvidados y vilmente traicionados por las élites. Sobre lo segundo, paraísos fiscales, nos pueden hablar con mayor conocimiento y manejos todos los que han llegado al poder en este país y se han valido de tal instrumento para sus aviesos propósitos.

Por lo que he aprendido de la vida y puedo asegurar tanta certeza, es que no son los hijos de los Pérez, González, Aparicio, Rodríguez, Gutiérrez, Suira, Grenald, etc, u otros apellidos grandemente respetados y conocidos, los que se dedican a realizar fastuosos viajes a otras tierras a ocultar lo mal habido. Eso tiene su gente y por suerte, gracias a la tecnología, cada vez son más conocidos.

Es a las grandes mayorías desposeídas de este pueblo, a los que nos toca quedarnos en el terruño patrio y defender la soberanía, contra cualquier tipo de invasor, ya que los poderosos se aprovechan de las fortunas guardadas en paraísos fiscales y se van en aviones fletados con sus familias y riquezas, a disfrutarlas en otras latitudes.

Es por tal circunstancia que en estos momentos la credibilidad es casi nula en los que detentan el poder y la rebeldía popular es tan original y fecunda, ya que dichos cuentos de otros tiempos de que ‘viene el lobo ' y ‘ni un paso atrás ', se deja solo para los tontos.

Decía el malogrado cantautor argentino Facundo Cabral, ‘Le tengo mucho miedo a los pendejos, porque son muchos y pueden elegir a un presidente ', y a estas alturas del partido, no somos tan babosos para no darnos cuenta del silencio cómplice que salpica hasta el Palacio de San Felipe. Lugar, que antes de la renuncia producto de tantas investigaciones, como ósmosis se gobernaba a dos manos, en tal frenesí, que lo único que se penetraba eran las membranas de los valores de la sociedad panameña.

¿Será que la justicia en Brasil y El Salvador está investida de una independencia verdadera y los impartidores tendrán hormonas más respetables que los del Estado panameño, o lo expresado por el exministro de Seguridad Pública, José Raúl Mulino, de que ‘las Cortes de Justicia en Panamá, son palaciegas ', es una verdad de apuño? ¿Por qué ha sido más sencillo y fácil para la Procuraduría de la Nación salir a investigar la denuncia del señalado que quitarnos ese tanque que pesa sobre el Estado panameño y que con el abanico está pringando para todos lados a tanta gente honesta?

¿O será que lo que penetró las membranas es un conciliábulo a tal magnitud que, si me entierras, te vas conmigo a la fosa? Debemos aprender que: ‘Si los de abajo se mueven, los de arriba se caen '.

En el túnel profundo y oscuro, una tenue voz femenina de esperanza, ha expresado el mensaje mejor aceptado en el momento: ‘Lo que se ha publicado, no define a los panameños 

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