La extradición no es un asunto de chisme

No me parecieron extrañas las declaraciones de la consejera del Departamento de Estado de los EE.UU. cuando se le preguntó sobre la extradición del expresidente Ricardo Martinelli. ‘En Panamá y Estados Unidos hay que respetar las leyes y seguir el proceso legal, más de eso, no puedo comentar '. La extradición ‘no es un asunto de chisme '. Qué diferentes fueron sus declaraciones con las formuladas por el embajador de los EE.UU. en Panamá sobre el caso Waked. En este último caso, este se explayó más allá de cualquier respeto al proceso legal que se merece todo ser humano por respeto a esas mismas leyes existentes en Panamá y los EE.UU.

A nadie se le puede condenar por un asunto de chismes. Se requieren pruebas y eso en el caso Martinelli se le va a exigir a las autoridades panameñas, aun cuando al Sr. Abdul Waked las autoridades americanas se lo han negado. Las declaraciones de la consejera del Departamento de Estado de los EE.UU. son propias de una versada en los principios fundamentales de la Nación Americana. Ella en ningún momento ha aceptado suposiciones, razón para creer, o cualquier otra fórmula fuera de las que validan cualquier proceso penal contra una persona. Esa es la actitud correcta, pero lamentablemente no compartida por algunas otras agencias de los EE.UU. que actúan a diestra y siniestra en el mundo como verdaderos cowboys. ‘La ley soy yo ', parafraseando la frase de Luis XIV y que le genera al mundo antipatías cuando los EE.UU., a través de sus agencias, patean la mesa de la legalidad y el debido proceso. Como bien escuché a alguien decir: ‘No existe un Estados Unidos sino muchos Estados Unidos ', cuando entras en la maraña de agencias, departamentos y oficinas gubernamentales, tratando cada una de hacer su propia política exterior o adscribirse funciones de administración de justicia a su libre arbitrio.

En mayor indefensión se encuentran las personas y empresas cuando no son ciudadanos americanos. Contra ellos estas agencias actúan con otras reglas, otra vara con la cual miden a las personas y a las empresas.

Recientemente una empresa americana fue condenada a pagar $5.4 millones mediante un fallo de nuestra Corte Suprema de Justicia. Hasta los senadores del estado de Ohio, EE.UU., Sherrod Brown y Rob Portman, criticaron la decisión y exigieron al presidente Obama que exija al Gobierno de Panamá un trato justo contra la empresa Bridgestone.

‘Es indignante que Panamá ordene a Bridgestone pagar millones de dólares por simplemente tratar de proteger su propiedad. No podemos permitir que otros países tomen ventajas sobre empresas americanas tratándola injustamente ', dijo el senador Brown. Ahora bien, esto le faltó al Grupo Wisa. Estar en un país donde sus gobernantes protegen y defienden a sus ciudadanos y empresas hasta contra fallos finales, definitivos y obligatorios emitidos por las Cortes de otros Estados. No queremos ir tan lejos, pero, por lo menos, que asuman su responsabilidad constitucional.

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