Justo reconocimiento
No soy historiador, pero a lo largo de mi vida me ha tocado estudiar, analizar y comprender muchos acontecimientos históricos, tanto en lo nacional como internacional. De allí que frente al debate con respecto al nombre que se pretende dar a las nuevas esclusas del Canal de Panamá voy a aportar un granito de arena que espero llame a la reflexión.
En marzo de 2013, en su sección sobre educación, El Faro, que es el medio de comunicación de la Autoridad del Canal de Panamá (ACP), nos recordaba la historia detrás de la construcción de la carretera Transístmica, originalmente llamada Boyd-Roosevelt. En el escrito de El Faro se hace un recuento cronológico de los hechos que llevaron a la construcción de la carretera, indicando que “en julio de 1934, (Franklin D.) Roosevelt visita Panamá; y el presidente Harmodio Arias nombra a Ricardo J. Alfaro, Carlos Lucas López y Narciso Garay comisionados para negociar el nuevo tratado. El Tratado General de Amistad y Cooperación es ratificado por la Asamblea Nacional el 24 de diciembre de 1936; pero no es sino tres años después que el senado de Estados Unidos le da el visto bueno, como consecuencia de la resistencia de las fuerzas armadas. Este tratado tiene tres convenciones suplementarias, una de las cuales fue la terminación de la carretera transístmica, entre las ciudades de Panamá y Colón.
El escrito continúa: “La vía representa la extensión de la carretera Madden, desde la represa hasta Colón, lo que representa una distancia de casi 44 kilómetros (27 millas). La construcción de la carretera se inició en octubre de 1940 y se inauguró oficialmente el 15 de abril de 1943. Algunos tramos de la carretera fueron utilizados desde 1942; y en su totalidad en 1943. Empero, su construcción fue completada en 1949. Fue formalmente entregada a Panamá el 30 de junio de 1949. En 1939, aún en construcción, fue bautizada como Boyd-Roosevelt en homenaje a los presidentes de ambos países, Augusto Samuel Boyd y Franklin Delano Roosevelt. Ese mismo año se ratificó el tratado de 1936 conocido como Tratado Arias Roosevelt”.
Hago este recuento porque creo que es importante señalar que las obras, tanto físicas como sociales del ser humano, especialmente aquellas que surgen de sentimientos patrióticos, merecen el reconocimiento por parte de la sociedad para que los nombres de sus gestores sean recordados en la posteridad y sirvan de ejemplo para futuras generaciones.
Lo que no podemos tapar con la mano es que los acontecimientos del 9 de enero de 1964, que posteriormente culminaron con la firma de los Tratados Torrijos Carter, le cambiaron el destino a nuestro país de manera trascendental. De ahí que la solicitud que ha hecho la Fundación Omar Torrijos, respaldada por miles de panameños, para que se designe una de las nuevas esclusas con el nombre Torrijos Carter, nos debe llamar a una profunda reflexión sobre el tratamiento que debemos dar a aquellos compatriotas que, con sus luchas y acciones, cambiaron el destino de Panamá y los panameños. Debo recalcar que este artículo no se refiere exclusivamente al nombre de las esclusas, puede aplicarse al nombre de los puentes que se construirán, o de cualquier obra existente que no tenga en la actualidad un nombre, como bien pudiera ser el propio edificio de administración del Canal.
De igual manera como debemos reconocer a los mártires del 9 de enero y a quienes estuvieron al frente de la lucha que culminó con la firma de los tratados de 1977, el evento de inauguración de la nueva esclusa es ocasión propicia para hacer un merecido reconocimiento a quienes contribuyeron de alguna manera a la magna obra, desde sus meros inicios, cuando escasamente se hablaba del proyecto de manera conceptual. En esa lista de reconocimientos deben estar todos los que fueron miembros de la junta directiva de la ACP y de aquellos que, dentro de la agencia canalera, hicieron todo lo que estuvo a su alcance para asegurar la viabilidad futura del Canal en manos panameñas y contribuyeron a la justificación, financiamiento y ejecución del proyecto de ampliación.
Honrar honra, pero como bien decía Camilo José Cela: “Hay dos clases de hombres: quienes hacen la historia y quienes la padecen”. Cierro con esta frase porque creo que es necesario que los panameños superemos nuestras diferencias políticas y valoremos nuestros logros y a quienes nos ayudaron a alcanzarlos. La antigua Zona del Canal está llena de nombres extraños que para muchos no tienen ningún significado, el Canal es nuestro y ya es hora de que dejemos en él nuestra historia.