Hacia un liderazgo responsable
Leí un artículo en el que se mencionaba que las competencias clave para los ejecutivos y empresarios son: trabajo en equipo, conocimientos técnicos, gestión del tiempo, dominio de diferentes gamas de productos y necesidades de los consumidores.
Si bien estas características son importantes para cualquier gerente y personal operativo aquí o en otros países, los gerentes ejecutivos deben aspirar a competencias que superen este conjunto de habilidades básicas, y respondan a las necesidades y particularidades de la economía local, y su contexto de negocios.
La economía de Panamá depende, en gran medida del sector de servicios, que está bien desarrollado y abarca desde el Canal hasta logística, puertos de contenedores, Zona Libre de Colón, banca, hotelería, turismo y proyectos de desarrollo de infraestructura a gran escala. Muchas de estas actividades son altamente dependientes de los recursos naturales, y/o tienen un impacto significativo sobre el medio ambiente (ecosistemas y biodiversidad) y sobre el bienestar de los panameños y sus comunidades.
Cualquier pensamiento económico, a corto plazo, que se fije solo en la maximización de beneficio a costa del medio ambiente y su gente es insostenible e irresponsable. El crecimiento económico insostenible destruye las oportunidades de crecimiento y el futuro de las generaciones venideras. El país sufre ya de enorme desigualdad socioeconómica y deterioro ambiental (erosión del suelo, explotación forestal indiscriminada y contaminación del agua).
Los empresarios deberían desafiar las prácticas y normas tradicionales de negocios que han llevado a esta situación. Ser más innovadores y visionarios, viendo más allá de la tentación y de la inercia del corto plazo empresarial, impulsado por el paradigma habitual de los negocios. Más innovadores y creativos, para la búsqueda de soluciones que combinen de forma simultánea los beneficios para la empresa, para la comunidad y el ambiente.
Tener una visión a largo plazo ayudaría a los empresarios a ser más proactivos en sus decisiones y transformar los desafíos en oportunidades. Estos deben guiarse por sus propósitos y sus valores –que vayan más allá del interés de los accionistas–, que sean inclusivos y consideren la naturaleza. Este enfoque gana la confianza de las comunidades y de los empleados en los empresarios.
Solo un enfoque inclusivo, combinado con valores fuertes y compartidos, y basado en el bien común, puede contribuir a la sostenibilidad del futuro de Panamá. Estos valores dan a los empresarios no solo fundamentos morales sólidos, para tomar decisiones de negocios sostenibles, sino que pueden proporcionar la protección que necesitan, ante las tentaciones, sobornos y otros esfuerzos de corrupción que, por desgracia, existen en Panamá.
La mayoría de las características y competencias descritas en este artículo se basan en el esfuerzo de cada ejecutivo y en la voluntad de reflexionar y evaluarse, críticamente. Hacer preguntas y desarrollar una mayor conciencia de sí mismo es el primer paso para un liderazgo eficaz y responsable.