Escándalos convenientes

¿A quiénes convienen y qué ocultan ciertos escándalos? Conocido el escándalo Panamá Papers, el normal olfato de periodista investigativo y analista internacional se activó, no solo en mí, pues, a cada momento que pasa encuentro que periodistas y organizaciones serias e independientes coincidimos, por historia y relación de hechos, en que aquí hay más de un gato encerrado.

Hay un hecho cierto: el centro bancario panameño incomoda a grandes intereses internacionales que dentro de sus países lavan miles de millones e incumplen con las supuestas “normas” que quieren imponerle a Panamá. La comunidad internacional de hoy se percata de lo que sucede en Europa y Estados Unidos potencias en decadencia y crisis.

En el desgastado imperio británico madre del imperio americano resurge un laborismo con candidato de izquierda y, en la potencia que alberga a los grupos de élite más poderosos, surge un candidato que, sin respaldo de los consorcios económicos y con los grandes medios de comunicación en contra, gana adeptos, sobre todo en la juventud: B. Sanders.

Sanders condena la “avaricia de Wall Street”, denuncia la corrupción del sistema electoral y político y el robo del futuro de los jóvenes y los trabajadores de ese país, mientras Hillary Clinton, candidata del continuismo, se asesora con el mal recordado Kissinger. Por otro lado, esas mismas “potencias” no alcanzan el despegue económico que ha demostrado ser salvaje e ineficaz. Continúan ampliando las guerras como negocio y geopolítica de dominación, llegando a extremos de tener ahora mismo 12 de sus generales en Irak, supuestamente para comandar un pelotón que admiten es de solo 3 mil 800 tropas que, según expertos, pueden ser comandadas por un coronel.

Está quedando claro quiénes formaron y financian al Estado Islámico/ISIS y que Rusia demostró su efectividad y valía estratégica, militar, política y de compromiso con la paz y el progreso del mundo.

Ante todo este panorama siniestro, ¿qué hacer para distraer la atención pública y lograr otros propósitos internos e internacionales? ¿Podría ser un ingrediente el actual Panamá Papers?

La supuesta “filtración” deja serias dudas y demuestra que algo y muchos están detrás, sobre todo, por los grandes medios que iniciaron la divulgación y sus cajas de resonancia, como por el origen del financiamiento para las investigaciones: Fundación Ford, Open Society (de Soros) y Fundación Rockefeller, entre otros.

Dudas: ¿Acaso no existen otras “personalidades” y corporaciones que puedan estar involucradas en actos peores? ¿O es que casi 400 periodistas investigativos, en 76 países, no encontraron anomalías más graves en sus investigaciones?

¿Por qué se divulga el nombre de Putin, como supuesto involucrado, y no el de otros líderes políticos realmente corruptos? ¿Se oculta lo que no conviene a los intereses del sistema?

¿Por qué la campaña de descrédito contra gobiernos progresistas en América?

De todo esto puede colegirse cuáles son las intenciones de fondo. Solo hay que analizar y razonar con sensatez. Se insiste en la desestabilización de países emergentes para satisfacer la voracidad de dominio del planeta. Ya por allí Inglaterra lanza la candidatura de Nueva Zelanda para controlar la Organización de Naciones Unidas. ¿Hasta cuándo pretenden ignorar a Centro y Sur América y a los países caribeños? Fines aviesos están detrás.

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