El fallo de la CSJ
El fallo de la CSJ del pasado 21 de diciembre deja una marca indeleble en nuestra historia. A diferencia de otros sucesos, como el 9 de enero de 1964, el golpe de Estado del 11 de octubre de 1968 y la invasión norteamericana el 20 diciembre de 1989, este abre las puertas para que los panameños empecemos a confiar nuevamente en el Órgano Judicial. La alegría de los panameños por la determinación de que se proceda a conducir al expresidente Ricardo Martinelli Berrocal para que comparezca ante ese Órgano, debe mantenerse durante los sucesivos fallos. Y no solo por este señor, sino también por todos los demás implicados. >p< Cuando administraba el poder, Martinelli Berrocal se consideraba el amo y señor de cada uno de nosotros, y se dedicaba a perseguir y a introducirse en la vida privada de sus opositores e, incluso, de sus propios allegados, con la complacencia de los súbditos que lo rodeaban. >p< Hasta ahora no se ha demostrado que se trate de una persecución política, como lo afirma el expresidente Martinelli. Lo que quiere la población es que este proceso culmine con la aplicación de las normas penales correspondientes. Sus abogados tienen el pleno derecho de interponer los recursos que la ley contempla pero, al final, lo que se exige es que prevalezca la justicia, completamente invisible en los últimos años.