El caso M&F y la economía de todos:

El caso M&F no es simplemente un asunto de abogados. Es un escándalo que es un duro golpe a la economía del país, y por ende una afectación a todos.

Por eso el caso merece la atención opinión y decisión de toda la ciudadanía y residentes de nuestro Panamá.

La controversia no se centra en si lo ocurrido por la venta de sociedades anónimas con nuestra bandera, sin las debidas diligencias, al estilo franquicia de hamburguesas por el mundo entero, es o no legal. Todos estamos de acuerdo en que sea legal o no ciertamente no es moral no es ético, y por supuesto es inaceptable.

Nuestra ventaja comparativa es la posición geográfica. El Canal de Panamá contribuyó significativamente al comercio mundial. Esto dio pie al desarrollo de la marina mercante, que a su vez dio paso a la Ley de Sociedades Anónimas (copiada en 1927 de la de Delaware Estados Unidos). Nuestra moneda el dólar tradicional sistema fiscal territorial, todo, se combinó para el desarrollo de un país de servicios internacionales.

Así se fueron desarrollando la Zona Libre de Colón, el Centro Bancario Internacional, el Centro de Seguros y Reaseguros, y más recientemente, la Zona de Multinacionales en Howard, el hubo regional creado por Copa nuestra línea aérea bandera, y el resto es historia, y a la vez historia por construir.

Nuestro mercado es el mundo; no hay de otra. Entonces por simple lógica nuestras estrategias y acciones tácticas tienen que ir evolucionando con las realidades que se dan en nuestro mercado ¡el mundo!

Hoy, con las nuevas amenazas que hay en el mundo, aquello de que “yo vendí y no tengo responsabilidad de lo que se haga con lo que le vendí” simplemente ya no es aceptable en nuestro mercado. ¡el mundo!

Entonces, pasado el tsunami mediático, hay que ser serios y decirle a nuestra clientela “a la luz del escándalo Mossack y Fonseca estamos como país globalizado revisando todas nuestras leyes y regulaciones, y propondremos al mundo nuevas formas de cerrarle el paso a la evasión de impuestos al terrorismo al tráfico de drogas y a otras amenazas a las grandes mayorías de los ciudadanos de los pueblos del orbe.

¿Qué propuestas hay que considerar? Algunas ideas.

1. Nuestra bandera en sociedades solo será vendida al beneficiario final tras una rigurosa due diligence (debida diligencia).

2. Se prohíbe el sistema de franquicias, tipo McDonald’s de bufetes de abogados panameños solo se admitirán corresponsalías con bufetes formales con más de 20 años de operación, luego de la due diligence.

3. Nuestra Ley de Contrataciones Públicas no admitirá compañías con acusaciones internacionales. Exceptuar solo cuando hay condenas, deja abierto un portón inaceptable.

4. Nuestra Superintendencia Bancaria tendrá que publicar toda sanción con su cuantía a bancos, directores y oficiales de cumplimiento en el momento en que el superintendente aplica la sanción mencionando los recursos que tiene el sancionado.

5. Nuestras leyes corporativas y bancarias describirán funciones y sanciones sobre la responsabilidad fiduciaria de miembros de las juntas directivas.

6. El intercambio de información entre todos los países debe ser tan automático como lo acepte Estados Unidos (y con término de respuesta máximo de 10 días).

Usted, amigo lector, seguro tendrá muchas otras ideas que aportar.

La conclusión es que el patrioterismo no tiene cabida en estos momentos; nadie con dos dedos de frente busca pelea con su clientela. Nuestro país no vive de sociedades anónimas, sino de servicios al mundo. ¡Esto no es cosa de abogados, sino de todos y cada uno de nosotros los panameños!

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