El 20 de Diciembre
Dicen que el tiempo aclara todo. Hoy, 27 años después, las cosas parecen aflorar la realidad. La cruenta y cri minal invasión del 20 de Diciembre de 1989, jamás debemos olvidarla, por más que los cómplices y beneficiarios catalogaron la barbarie de ‘liberación’, y el invasor, de ‘causa justa’. Tampoco, el hecho de que hubo ‘panameños’ que la exigieron e incluso ratificaron que, de considerarla necesaria volverían a hacerlo. Lo peor es que hay quienes todavía creen que el militarismo norteamericano era, y sigue siendo, benefactor y que sus bombas siembran democracia, justicia y paz. Y aunque hubo más muertos en las primeras 24 horas de la invasión que en los 21 años de militarismo criollo, ninguno solo de los Gobiernos postinvasión se ha atrevido a exigir el reconocimiento del abominable hecho, como crimen de lesa humanidad ni mucho menos, a demandar la menor reparación por las innumerables pérdidas de inocentes vidas humanas y la destrucción y el daño inferido al resto de la población. Irónicamente el colonialismo ya parece impreso en el código genético, asentado en las neuronas de quienes, debiendo actuar a favor de los intereses nacionales, ‘gobiernan’ como si su deber fuera servirle incondicionalmente al amo de una hacienda; baste ver lo que ocurre hoy día con el brutal ataque a la libertad de información, de prensa y de libre empresa. ¡Hay que hacerse respetar!
Redacción La Estrella de Panamá