¿Dónde está el alcalde?
Llevamos casi un año de gobierno de una nueva alcaldía y su máxima acción en nuestra ciudad capital ha sido la instauración en días domingo de una ciclo vía en un importante carril de la cinta costera creando congestionamiento vehicular en esa área, como para que no perdamos la costumbre de lo que sucede durante toda la semana. Esto nos pasa cuando queremos emular a otras ciudades que sí poseen avenidas alternas suficientes para evitar estos congestionamientos, o quizás la falta de imaginación nos lleva a improvisar acciones que no son prácticas en nuestra ciudad, sin realizar de que ya existe una ciclo vía dentro de las áreas verdes de la cinta costera de suficiente espacio para el reducido número de ciclistas que la utilizan. Sin embargo los peatones seguimos padeciendo una ciudad sin aceras, pues las existentes, angostas, peligrosamente deterioradas, insuficientes, son utilizadas como estacionamiento de vehículos, puestos de comida fijos o ambulantes, camino de circulación de motos y bicicletas como paso rápido durante los tranques vehiculares, sin el menor respeto por los transeúntes. Observamos con impaciencia cómo el transporte ha enloquecido nuevamente, al permitir nuestro regente la introducción de los “diablos rojos” o verdes que hacen de las avenidas y calles su reino del terror, escándalo y contaminación, porque vemos cómo han vuelto las troneras, los frenos arreglados para emitir ruidos amenazantes, los “pavos” con sus gritos, los gases de combustión incompleta que emanan de estos equipos inadecuados en detrimento de la salud de los que vivimos en esta ciudad, de apariencia exótica pero insalubre. Así observamos las aguas servidas que fluyen desbordadas por nuestras calles, basura por doquier, que ni los depósitos instalados para tal fin por otras alcaldías son mantenidos o retirados los desechos con la regularidad requerida, dando un aspecto de suciedad y de falta de higiene, además de sus malos olores que prodigan, mal ejemplo para todos nuestros ciudadanos que ya van viendo como normal la aparición de basureros por toda la ciudad. ¿Dónde está nuestro alcalde?, que ya ha viajado en varias ocasiones por el cargo que detenta y entregado pergaminos y medallitas a diestro y siniestro dando cabida al aspecto social de su cargo, pero olvidando su principal cliente que es el ciudadano. Nuestro Casco Antiguo se ve deslucido por la suciedad, el deambular de niños de corta edad por el área a altas horas de la noche, importunando a los visitantes que la frecuentan, creando una aspecto de inseguridad y miseria.
Señor alcalde, involúcrese en la seguridad de la ciudad, coordinando con las autoridades policíacas una mejor vigilancia, proveyendo a la ciudad de una adecuada iluminación, imponiendo un toque de queda, creo ya existente, para los menores que deambulen en las noches, sin el acompañamiento de sus padres, evitando así la proliferación de un sinnúmero de malas costumbres. Procure introducir como práctica habitual de salud el lavado de las calles, con carros cisterna en áreas tales como el Casco Antiguo, Santa Ana, la peatonal, Calidonia y El Chorrillo, por lo menos una vez por semana. Queremos una alcaldía preocupada por el ciudadano, no solo son los manglares nuestros principales problemas, lo invitamos a que circule por la ciudad para que se entere de la realidad, tanto de día como de noche y si es necesario, quítese el saco.