Democracia de verdad
Los políticos siempre andan con el estribillo de ‘ayudar a los más necesitados’ y ‘hacer cumplir la ley’. Sin embargo, a la hora de la verdad, ni trabajan por los más necesitados ni hacen cumplir la ley.
Y allí radica la mayoría de nuestros problemas, porque las autoridades son tan permisivas que la ley se infringe a todos los niveles. Desde un auto que a simple vista no pasa una inspección, pero circula por las calles sin problemas, hasta el cambio de interpretación de una ley por los magistrados de la Corte Suprema Justicia, para quedar bien con el jefe de turno.
Muchos entonces traen ejemplos como Singapur, donde a las personas ni se les ocurre pasarse una luz roja y mucho menos tirar a la calle un vaso desechable. Y es que la mano dura de la autoridad hace que las reglas se cumplan por el bien de la convivencia. El asunto entonces es que en estos lugares funciona un régimen dictatorial, donde las elecciones democráticas son un sueño.
El problema de Panamá es similar al de toda Latinoamérica, que no ha encontrado o no ha querido encontrar el punto medio donde la autoridad aplique mano fuerte en hacer cumplir las reglas, pero que los Gobiernos se escojan democráticamente.
¿Qué tenemos que hacer los panameños? Ya hay una posición madura de que lo que tenemos no sirve, pero quienes pelechan del poder nos siguen argumentando que ‘no es el momento para hacer una Constituyente, ya que uno sabe cómo empieza pero no sabe cómo termina’.
La realidad es que con esta caricatura de democracia sabemos cómo empezó y cómo ha terminado y no es nada bueno, porque la corrupción está en los niveles más altos de toda nuestra historia republicana. ¡Hay que cambiar el sistema ya!.
Redacción La Estrella de Panamá