¿Cómo enfrentar los ‘Panama Papers’?
Recientes encuestas reflejan el sentimiento popular: No se ha manejado adecuadamente el tema de los mal llamados ‘Papeles de Panamá'. Es tan grave que casi la mitad de la población no tiene idea de qué significan (aunque sospechan que hay algo podrido y mucho billete en medio). Los que sí saben, advierten que afectará la economía y el bolsillo de la mayoría, sobre todo los que menos tienen, el último eslabón de la cadena social, ‘dónde se pegan las pulgas'.
La firma de abogados involucrada en este embrollo no ha sido tocada; existe la percepción de que ha sido protegida por el Gobierno. Hasta uno de ellos, Mossack, tenía pasaporte diplomático. Sus estrechas relaciones con el poder han sido mantenidas, a pesar de que se sospechaba que esto explotaría varios años atrás; inexplicablemente que nadie lo hubiese advertido. Eso ha sido negativo a nivel del Cuerpo Diplomático acreditado en Panamá, que duda del interés oficial de resolver a fondo este caso que tanto daño nos ha hecho, enfocando todo hacia defender a Panamá, olvidándonos de los responsables de lo causado. Lamentable que mi gremio, el Colegio Nacional de Abogados, haya caído en esa trampa.
Todavía hay oportunidad de hacer algo más concreto que cuñas ‘lindas y emocionales' en medios locales e internacionales y artículos que nadie lee en el New York Times , cuando la defensa requiere de algo más de peso, sentido práctico y con el tono grave que la situación amerita.
Propongo:
1. Que el Gobierno separe de sus cargos a quienes tengan relación con los responsables del escándalo. No esperar, caso del cónsul honorario Peter Mossack en Frankfurt, que sean los medios de comunicación los que presionen para que lo haga.
2. Que la vocería del Gobierno en el tema no recaiga en funcionarios que se dediquen a actividades similares a las de la firma vinculada al escándalo. Eso le quita mucha fuerza y credibilidad a la posición panameña.
3. Que el presidente invite a dialogar a todos los expresidentes, donde al menos uno, Ernesto Pérez Balladares, se ha expresado en contra de la acción gubernamental frente al caso.
4. Que se invite por igual a algunos críticos públicos de lo que se ha hecho como lo son Miguel Antonio Bernal y Alvin Weeden, así como a prestigiosos abogados locales que podrían aportar ideas concretas frente a la crisis. El país es de todos y nos corresponde a todos opinar por su bien.
5. Con franqueza debe explicarse al gran público lo que se puede esperar de esta tormenta. Quizá con ello, se podrá generar al apoyo que infructuosamente ha buscado el Gobierno para unificar la opinión pública. Si bien las élites económicas serán afectadas; no deben ser las únicas que deben entender lo ocurrido.
6. Hay que dejar en claro que todo lo descubierto no es nuevo y que no solo uno se dedicaba a hacerlo. El 99.99 % de los panameños no estamos en nada que tenga que ver con evadir impuestos en Francia o Gran Bretaña, ocultar venta de armas a lugares prohibidos y mucho menos en preparar tramas societarias complejas para facilitar que Corea del Norte logre los químicos necesarios para preparar sus bombas de destrucción masiva.
7. Las autoridades que investigan deben dar la seguridad, que lamentablemente aún no dan, de ir al fondo del escándalo, castigando a quienes estén involucrados, sin importar su relación con el Gobierno y que lo que se haga perjudique a otros que andan en lo mismo.
8. Exigir a Mossack Fonseca que enfrente los hechos, nacional e internacionalmente, y aclare su posición, separando los asuntos que le son propios de lo concerniente al país. Hay grandes diferencias.
Como panameño veo venir un sombrío nubarrón sobre Panamá. Estamos a tiempo de retomar el rumbo, aprendiendo de la experiencia. Se requerirá de mucho coraje y valentía para hacerlo. ¡Solo basta pensar y actuar en el pueblo primero! ¡Pero de verdad!.