Cobranzas del istmo y un juez

Pocos casos, de los que se sigue investigación judicial tras el rastro de las malas prácticas de la pasada administración, han resultado tan entretenidos y a la vez intrincados como el de la empresa recaudadora de impuestos morosos Cobranzas del Istmo, S.A. Tanto se ha escrito del asunto que, el llamado a juicio -hoy- de los principales implicados, se nos antoja la "premier" de una película ampliamente promocionada, de cuya producción y protagonistas hemos estado pendientes con interés periodístico y ciudadano. Luis Cucalón, director de Ingresos cuando se firmó el contrato con la empresa recaudadora y el aparente "malo" de la truculenta historia, cumple cárcel preventiva, y el propietario de la compañía, Cristóbal Salerno, aceptó devolver al Estado los millones que cobró como comisión fuera de lo estipulado. Ambos han señalado que la operación contaba con el visto bueno del entonces ministro de Economía, Alberto Vallarino, y el que ocupa actualmente su puesto, Dulcidio de la Guardia, cuando fue su viceministro. El rastro del dinero es fácil de seguir, porque fue el MEF el que pagó las comisiones y las avaló la Contraloría. Muchas de las pruebas que deben ventilarse en el tribunal han sido publicadas en nuestro periódico. Esperamos publicar también que se llega al fondo del caso y se pone claridad en un oscuro episodio que ha puesto a "bailar" millones como si nos sobrarán. También están los ojos escrutadores de la opinión pública sobre la actuación del juez a cargo, cuya jubilación se había anunciado, pero reaparece ahora con una tarea que no puede quedarle grande.

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