Efectos de la corrupción…

Para que el ciudadano de a pie dé el justo valor al porqué es importante que proteste por los actos de corrupción, hay que hacerle entender que, si bien parecen no meterle la mano en el bolsillo directamente, sí le quitan posibilidades de ver cristalizadas sus esperanzas de obtener respuestas a sus necesidades. El caso que hoy tiene a muchos con ganas de salir a las calles a protestar, Odebrecht, sus coimas y sobreprecios, p. ej., tiene dos aristas: los malditos 59 millones que le pagó esa empresa a personas cuyo deber es salvaguardar nuestra Nación y los millones en sobrecostos que NOS COBRÓ A TODOS LOS PANAMEÑOS DE NUESTROS RECURSOS. Mismos que no podrán ser utilizados para: mejorar la atención de la salud, hacer y mantener calles, caminos de penetración para áreas agrícolas donde se pierden los productos por no poder sacarlos a tiempo; escuelas; pago decente a educadores (principalmente a los de áreas de difícil acceso), médicos; apoyo a los productores, a los estudiantes humildes que quieren estudiar… Esa vergonzosa forma de pensar sintetizada en ‘roban pero hacen’, es el germen de la corrupción y nos hace cómplices de cada muerte por desnutrición en este país de 4 millones de habitantes y de miles de millones en recursos que no son para que un grupo de delincuentes se los robe, sino para el desarrollo de nuestro pueblo. ¡Despierta Panamá!

 

Redacción La Estrella de Panamá

Una investigación satisfactoria

El escándalo por las revelaciones de la empresa brasileña Odebrecht, de que pagó 59 millones de dólares en sobornos a funcionarios panameños, debe llegar hasta las últimas consecuencias. La sociedad espera en este caso una actuación prolija del Ministerio Público y que actúe con la celeridad que el caso amerita. Para nadie es un secreto que hay varias personas involucradas y las sospechas se remontan a los tres últimos Gobiernos: Torrijos, Martinelli y Varela. El Ministerio Público tiene la gran oportunidad de hacer historia con esta investigación, pero desafortunadamente la población no siente ese entusiasmo. La reciente conferencia de prensa de la procuradora general de la Nación, Kenia Porcell, dejó más interrogantes que aclaraciones, pues lo único concreto es que la empresa quiere arreglar las cosas en Panamá y por eso trata de llegar a acuerdo con las autoridades. Su primer paso es pagar 59 millones de dólares el equivalente a lo que pagó en sobornos para el arreglo, como ya lo ha hecho con Brasil, Estados Unidos y Suiza. Pero una cosa es la empresa y otra los que cobraron los sobornos. La sociedad quiere saber quiénes cobraron y que se les castigue por este delito. Y no solo que devuelvan el dinero, sino que se le aplique el castigo que corresponde por la comisión de este grave delito. Ojalá el Ministerio Público haga lo que tiene que hacer y no deje a los panameños más enfadados.

 

Redacción La Estrella de Panamá

Odebrecht y la batalla contra el encubrimiento

Odebrecht sigue en nuestras vidas y al parecer estará por largo tiempo. Al finalizar la semana ha sido el tema de centro, luego de que la procuradora Kenia Porcell anunciara que, tras un acuerdo verbal, la empresa brasileña se ha comprometido a devolver los primeros 59 millones de dólares resultantes de un intenso proceso de coimas, cuyo periodo de inicio y duración está por conocerse.

Porcell ha demostrado que su despacho le sigue la pista a la trama, cuyos propósitos parecen ser recuperar el dinero mal habido y sancionar a los implicados, empeño que, como dice el ministro de la Presidencia, Álvaro Alemán, demuestra que el Ministerio Público está haciendo su trabajo.

Pero parece igualmente que la saga es un cuento largo que transcurre entre sueños prolongados y sobresaltos para infarto. Los contratos logrados por Odebrecht en Panamá, según información pública ascienden a más de nueve mil millones de dólares, lo que deja mal parada la cifra de los 59 millones. Menos mal que Porcell dijo que son los primeros. Ya veremos a cuánto ascienden los segundos y los terceros.

Pero hay un elemento interesante en el pronunciamiento de la procuradora: los bancos. Por fin aparecieron los magos, esos donde entra el dinero y desaparecen los rastros, en medio de un complejo mar de rutas que, hasta donde se sabe, sirven para esconder el delito. Pero al igual que en el caso de los que coimearon, los nombres fueron omitidos.

El problema en la declaración de Porcell es que nadie se explica cómo es que el que paga la coima es el que al final devuelve el dinero al Estado, y no aquellos que la recibieron. La plata más los intereses. Habría que darle el beneficio de la duda y creer que tiene la lista y que no la da aún para no entorpecer las investigaciones.

Las dudas saltan, sin embargo, porque la forma como se desarrolla el proceso deja, en ocasiones, un tufillo que algunos interpretan como de encubrimiento, porque la empresa brasileña parece haber negociado en otros puntos de la región la devolución a cambio del silencio y como atenuante en las penas que podrían llevarse los implicados.

Por lo mismo las declaraciones de Porcell no se deben ver solo en el contexto señalado por el ministro Álvaro Alemán. No se trata únicamente de que el MP esté haciendo su trabajo, sino de la presión derivada de la indignación de ciudadanos que están hartos de que se les tome por estúpidos y se juegue con aquello que algunos llaman ya casi peyorativamente, credibilidad.

No es posible que por un siglo los panameños hayan invertido luchas, sacrificios, muertos, presos, perseguidos y todo lo demás, en avanzar hacia escenarios de desarrollo y ahora cuatro bribones, llenen sus arcas personales en detrimento de la palabrita: equidad, y dejar sin recursos a los más vulnerables de la sociedad.

La frase salvadora de Porcel ha sido: ‘los primeros 59 millones’, porque definitivamente la cifra no se corresponde con los nueve mil millones obtenidos en contratos, y menos con otro hecho que de no considerarse podría dejar muy malparado al MP.

Ni los acuerdos verbales ni la devolución ni la cooperación extinguen el delito, por lo que la lista de los involucrados sigue siendo un trofeo de espera. Claro que otro elemento que fortalece la duda ciudadana es la figura del ‘acuerdo’ en la fijación de pena, prohijado en la Corte Suprema y en curso en la Asamblea Nacional.

Si en ambas situaciones el Ministerio Público hiciera concesiones, no habría justificación para la detención de otros supuestos infractores que actualmente pagan detención preventiva.

 

Julio Bermúdez Valdés

La Estrella de Panamá no se apagará

Según los científicos las estrellas, en su mayoría, no explotan, se van apagando de forma lenta. En un gran porcentaje, ellas podrían acabar sus días en paz, enfriándose, hasta apagarse de forma definitiva.

En Panamá existe una Estrella ; esta pareciera estar apagándose, pero, no de la forma en que anuncian los expertos de la ciencia universal. Esta Estrella agoniza; esta Estrella está muriendo, pero, no en paz y todo gracias a la terquedad de un imperio y a la falta de acciones nacionalistas y dignas de quienes dirigen el Gobierno. Agréguele la indiferencia de muchos que ven en este fenómeno astronómico la forma de pescar en río revuelto.

Estás muriendo Estrella , en pleno Siglo de los derechos de pensamiento, expresión y prensa, en un Siglo donde, dicen, prevalecen la justicia, la libertad y la democracia. La fantasía de sus familias, choca contra la tozudez de quienes dominan el mundo. La Estrella de El Siglo 21 se está apagando, pero, no de forma suave, ella renacerá como el ave Fénix, para seguir anunciándole, a Panamá y el mundo, las buenas y malas nuevas. Desde ahora, me fijo más en el firmamento nocturno, con la esperanza de ver esa Estrella de Belén, que condujo a tres reyes magos al sitio donde había nacido el Rey de reyes. El inspirador de la filosofía del amor, del entendimiento.

Es Jesús, El Mesías quien vendrá pronto a reinar entre vivos y muertos y a reclamar por los entuertos, vejaciones, violaciones y crímenes. De seguro que llamará a los procónsules, para que expliquen muchas cosas, como golpes de estado, accidentes provocados, invasiones, apoyo a dictadores que masacraron a sus pueblos, etc., etc. Y no se quedarán por fuera aquellos que les robaron la esperanza y la dignidad a sus pueblos; aquellos que hicieron los grandes negocios sin importar el dolor y el sufrimiento de sus gobernados.

Ánimos colega, ya verán cómo se abrirán las ventanas, para dejar pasar los aires de justicia, de sosiego. Los comprendo; he estado en similares situaciones y sé de la ansiedad y zozobra, por las cuales están pasando. Un abrazo a todos y bendiciones.

René Hernández González

Una ley no será suficiente

Un diputado veragüense propone que la biblioteca pública Julio J. Fábrega, el edificio de la Alcaldía de Santiago, el de las oficinas del alcalde de Santiago, el que alberga el Instituto Nacional de Cultura, el del hotel Santiago, la catedral Santiago Apóstol de Santiago, la Casa Cural de Santiago de Veraguas y la plaza San Juan de Dios, sean declarados conjunto monumental. La iniciativa, a todas luces buena, requeriría de más que una norma jurídica por experiencias vividas. Por ejemplo, hay bienes que han sido declarados patrimonio y están en total abandono porque sus dueños no cuentan con los recursos. Otro elemento que recordar es que son los propios, por ley, los responsables de asignar recursos al mantenimiento de estas propiedades. La Dirección de Patrimonio del INAC no cuenta con recursos para esta tarea.

Redacción La Estrella de Panamá

 

Elección de Juncá y la ‘clase política’

Al día siguiente de la instalación de la segunda legislatura del tercer período de sesiones ordinarias de la Asamblea Nacional, los diputados de la República procedieron a elegir al nuevo magistrado del Tribunal Electoral de conformidad con disposiciones constitucionales (artículos 142 y 161) y legales (artículo 211 del RORI), cayendo dicha elección con un total de 40 votos en la figura del abogado exasesor de la Asamblea Nacional Alfredo Juncá. Para buscar una explicación a la conducta de los legisladores, actuación que muchos ciudadanos denominan como una comedia, tragedia o sainete político, hemos tenido que recurrir al concepto de política en virtud de que estos encarnan el prototipo de políticos. Nos hemos auxiliado, pues, con la hermenéutica conceptual a objeto de tratar de identificar en cuál definición encajan las actuaciones de nuestros parlamentarios. La Real Academia Española de la Lengua define la política, en dos, de su docena de definiciones, como “la ciencia o el arte de gobernar y dar leyes y reglamentos para mantener la tranquilidad y seguridad públicas y conservar el orden y las buenas costumbres” y también como “la actividad del ciudadano cuando interviene en los asuntos públicos con su opinión, con su voto o de cualquier otro modo”. Desde la perspectiva tomista, política es la actuación del gobernante para la consecución del bien común y la realización de la justicia”. Para los marxistas “el poder político es simplemente el poder organizado de una clase para oprimir a otra. Para Marx el poder estatal no existe para administrar o velar por el interés de toda la sociedad, sino por el de una parte o clase social de ella” (prezi.com). O simplemente, “la política es el arte de lo posible, para lograrlo hay que intentar muchas veces lo imposible”, como afirmara en su momento Manuel Fraga Iribarne, político franquista clave en la transición democrática española. ¿Contribuye a la paz social, a “mantener la tranquilidad y seguridad públicas y conservar el orden y las buenas costumbres” la elección de Alfredo Juncá como magistrado del Tribunal Electoral? Por las opiniones vertidas en las “redes”, para un número plural de panameños, no. ¿Actuaron los parlamentarios en función del “bien común y la realización de la justicia”? Seguro que tampoco, según el dictamen de la mayoría de los panameños. ¿Siendo la política “el arte de lo posible”, han intentado “muchas veces lo imposible”, los diputados para alcanzar sus propósitos? Me parece que, en el sentido menos encomiable, esto se aproxima más a lo ocurrido en el recinto parlamentario. ¿La actuación de los diputados, que comentamos, fue “para administrar o velar por el interés de toda la sociedad” o por el contrario para satisfacer las ambiciones desmedidas “de una parte o clase social de ella”? Creo que efectivamente esto último fue lo que ocurrió. Desde que los invasores gringos reinstalaron en el poder a la oligarquía neoliberal, fracciones de ella se han sucedido en el poder durante 32 años para beneficio y usufructo de una parte minúscula de la sociedad y en detrimento de la mayoría del pueblo. De manera que independientemente de los malabarismos políticos, la concupiscencia política de las fracciones parlamentarias ayer el amancebamiento panameñistas PRD; hoy el reinicio del concubinato escandaloso panameñistas CD increíblemente se repite, una y otra vez, desde luego, auspiciado por el Órgano Ejecutivo en virtud del excesivo presidencialismo que solo puede ser cambiado por medio de una constituyente. En síntesis, los bochornosos hechos que comentamos reafirman la realidad objetiva de que la contradicción fundamental de hoy es el pueblo versus la oligarquía y la tarea impostergable del panameño de a pie, del “País decente”, no es “satanizar” a este o aquella personalidad política o grupo político en particular; sino desmantelar el perverso sistema político de la oligarquía neoliberal que nuevamente, de la mano de las “coimas” de Odebrecht, le ha “robado” al país cerca de 900 millones de dólares. ¡Así de simple es la cosa!

Antonio Saldaña

Desvaríos de la justicia

Un juez venal de un largo y vergonzoso prontuario de fallos a contrapelo con el derecho, recientemente acaba de sorprender con otro fallo en el cual sobresee a un exministro y un empresario corrupto que estafaron al pueblo panameño facturando horas de vuelo de helicópteros a pesar de que las mismas no aparecen en los registros de vuelo de la Autoridad Aeronáutica Civil, como toda operación del ramo, y que no pudieron comprobar lo que se hizo en ellas. Este fallo publicado un 30 de diciembre de 2016, para inmediatamente acogerse a ocho meses de vacaciones y después optar para ser premiado con jubilación por retiro voluntario, es una ofensa a todos los ciudadanos decentes del país, pero más que eso es una afrenta a todos los profesantes dignos del derecho, a todos los órganos Judicial, Legislativo y Ejecutivo, a todas las universidades donde se pretende preparar estudiantes para ejercer el derecho, al Colegio de Abogados y cualquier otra agrupación de abogados honestos del país. Es un absoluto desprecio a la labor fiscalizadora que debería realizar la Asamblea Nacional y les enrostra que no son más que una manada de alcahuetes, deshonestos, cómplices de esta gran afrenta a la Nación. Los ciudadanos no deberíamos permanecer incólumes ante esta reiterada muestra de corrupción en la justicia panameña, que nos hace ver la indefensión y cuan expuestos estamos al vaivén de las bajas pasiones y de movimientos de dinero en los fallos de los tribunales nacionales. Por su trayectoria este juez califica como un gran descarado del Órgano Judicial, porque sorprendentemente reincide una y otra vez con fallos descabellados que merecerían ser revertidos por sus superiores si tuvieran vergüenza y decencia, pero que los amanuenses de la Corte “dejan hacer y dejan pasar” con un silencio que denota una complicidad estridente en estos hechos vergonzosos. Los medios de expresión están en su deber de hurgar en las interioridades de este juicio y solicitar un inventario de los juicios que se han manejado en ese juzgado en los últimos 10 años, para deslindar responsabilidades, porque por corrupto que sea un hombre, no puede lograr tal demostración impune de menosprecio a la justicia sin la complicidad de fiscales que en algunas ocasiones son negligentes ex profeso para viciar pruebas y presentan alegatos insustanciales para obtener un resultado que tiene todas las trazas de “acuerdo ventajoso previo”. Ya que la Asamblea Nacional, en contubernio con el Órgano Judicial, no se interesa por poner un alto y sancionar ejemplarmente estos desafueros, debemos ser los ciudadanos los que deberíamos hacernos sentir y reclamar una auditoría internacional no comprometida a los fallos emanados de ese despacho para desenmascarar esta trama.

Arturo Rebollón Hernández

Responsabilidad del juez por detención injustificada

Con la instauración del sistema penal acusatorio (SPA), la detención provisional antes preventiva, se reafirma como la última, excepcional y más grave medida de restricción personal, ante la insuficiencia del elenco de medidas cautelares previstas en el artículo 224 del Código Procesal Penal. La pauta de interpretación inserta en el artículo 10 del Código Procesal Penal, implica la necesidad de una aplicación restrictiva de cualquier medida que conlleve la restricción, valga la tautología, de la libertad personal. No obstante, es común en el novel sistema que algunos jueces de garantías por no indicar que la mayoría aplican la detención provisional por la sola existencia de una pena mínima de cuatro años, dejando de lado los restantes presupuestos e, incluso, dan paso a medidas cautelares en circunstancias en las que reconocen que no existe vinculación, elementos de convicción, evidencias o posibilidad de prosperidad en el procedimiento. La situación es tal que se generan desafueros técnicos, como que el fiscal y el juez solicitan y confieren medidas cautelares, incluso la detención provisional, por peligro de fuga y obstrucción del proceso. Quien se fuga, mal puede obstruir el proceso, y los defensores reclaman la ausencia de elementos que vinculen a su cliente, por lo que solicitan el depósito domiciliario o la comparecencia a firmar; tamaña contradicción, pues si no hay pruebas o se reclama inocencia, la plena libertad es lo que debe ser solicitado. Para estos funcionarios que reclaman el apego de todo indiciado al proceso, mediante medidas cautelares, incluso la detención provisional, convendría copiar en nuestro código, el artículo 271 del Código Procesal Penal de Costa Rica, que establece el deber de indemnización por parte del Estado a toda persona que haya sido sometida a prisión preventiva así le llaman en Costa Rica a la detención provisional y luego es sobreseída o absuelta, con plena demostración de inocencia. Como quiera que la iniciativa legislativa para modificar códigos es propia de la Corte Suprema de Justicia o de alguno de los procuradores artículo 165 C de la Constitución no hay iniciativa ciudadana que prevalezca en ese sentido, sino esperar que el fervor popular termine de conformar el Estado nación institucional.

 

Ulises Manuel Calvo Echeverría

Usted, su conciencia y la corrupción

Conciencia es el conocimiento que el ser humano tiene de su propia existencia, de sus estados y de sus actos.

Iniciamos esta nueva reflexión sobre un tema contemporáneo, objeto de preocupación de grandes personajes, e instituciones, etc., con una definición sencilla de lo que es la conciencia.

Hablamos una vez más del tema, pues muy a pesar de que somos signatarios de múltiples convenios que rigen y norman la lucha contra esa arma mortífera que hoy ostentan muchas personas, tanto en el ámbito Público como privado, el problema impresiona en preocupante ascenso.

Desviar dineros ilícitos para nuestros ahorros personales es sin duda alguna un homicidio culposo. Lo sustento, pues, cuando un funcionario o alguien del sector privado, en ilícita asociación, delinquen, desviando nuestros impuestos para satisfacciones personales, ocasionan muertes prematuras, barreras al ascenso social a través de la educación. Exponen a los marginados a vivir en lugares de alto riesgo para desastres naturales y su desaparición física como acaba de ocurrir en Panamá y países hermanos.

Impiden al agricultor marginado el transportar sus productos para ganarse la vida por carecer de caminos transitables. Limitan el acceso al agua potable y vacunas a sectores mayoritarios, exponiéndolos a un fallecimiento apresurado y evitable.

Es realmente un crimen u homicidio a los grandes pobres y aún a las capas medias en sus países.

¿Ha reflexionado usted como persona del daño que usted ocasiona? ¿Es feliz asistiendo a su iglesia, sabiendo que actúa con un espíritu de moderno Caín? ¿Piensa que será ‘dispensado’ por aportar limosnas o diezmos?

Todas las religiones tienen como principio fundamental no hacer daño al hermano.

¿Cree usted que su conciencia está tranquila?

Medite cuánto daño le hace al que usted dice ‘es su prójimo’.

Esta reflexión es por supuesto dirigida a quienes son practicantes de cualquier práctica corrupta, ya sea ella calificada o no como delito. Si no es penada por la ley es, al menos, inmoral. Y también a quienes sin serlo comprendan lo que podrían ocasionar en practicar ese nefasto ejercicio.

¿Hay diferencias en ser asesinado, con morir gradualmente por hambre o falta de atención oportuna a la enfermedad, en continuar en la ignorancia educativa que muchas veces causa frustración y sensación de morir en vida?

Ojalá en la próxima reunión a celebrarse en Panamá (o quizá ya celebrada al momento que este artículo sea publicado), en que se debatirá sobre el tema, todos los organismos asistentes vayan pensado en sugerir elevar los actos corruptos a categoría de homicidios o crímenes y ser sancionados con cantidad ejemplar de años de prisión.

No hacerlo es hacerse cómplice de estos crímenes u homicidios. Solo serán instituciones decorativas en esta lucha y formadas por excelentes expositores de retóricas huecas.

Eduardo A. Reyes Vargas

 

GESE en el corredor de la muerte…

El Grupo Editorial El Siglo – La Estrella de Panamá , GESE , y estamos seguros de que muchos otros ciudadanos, como nosotros, amantes de la democracia y respetuosos de las libertades de información y expresión que nos apoyan dentro y fuera de las fronteras nacionales, estamos a la espera de que el Gobierno de EE.UU. informe que este grupo editorial ha sido retirado , como corresponde, de la Lista Clinton; como lo solicitó la Sociedad Interamericana de Prensa, SIP, en carta dirigida al secretario de Estado de EE.UU., John Kerry. También estamos a la espera de que el Gobierno nacional tome como suya la palabra de la SIP y, en lugar de pedir extensión de licencia, que lo único que hace es extender la agonía, aplazar la ‘muerte’, (en una actitud vertical y valiente…) también solicite el retiro inmediato de los periódicos de esa Lista. En medio de esta cuenta regresiva que nos pone como fecha límite el 6 de enero de 2017, solo nos queda seguir demandando una solución definitiva y el apoyo de nuestro Gobierno, que se ponga de nuestro lado y lo demuestre. La Estrella de Panamá y El Siglo están en el corredor de la muerte informativa; y, esta muerte heriría, también mortalmente, libertades fundamentales que todo Estado en democracia debe salvaguardar.

Redacción La Estrella de Panamá