Adecentando el país

Por primera vez en mi vida percibo que hay un esfuerzo genuino de parte de los panameños en adecentar el país. Estoy consciente de que no es tarea fácil, hay cantidad de intereses actuando en contra del adecentamiento, tanto en el sector público como en el privado. Para el sector privado, se hace cómodo trabajar con un nivel de corrupción, a tal punto que muchos empresarios ni siquiera lo ven como corrupción, por ejemplo, pagar a una secretaria para agilizar un trámite. Igualmente el empresario considera que para ganarse una licitación o concurso del Gobierno requiere el apoyo de terceros, a los que normalmente les reconoce por su servicio un porcentaje del contrato o compra.

Pero del lado del sector público también la corrupción es aceptada. El jefe de Compras, el miembro de la comisión evaluadora, aquel que trabajó las especificaciones, y tantos otros están bajo la tentación de la coima. Y, como ocurrió en exceso en el Gobierno pasado, la cosa empeora cuando comprador y funcionario se ponen de acuerdo y alteran hacia arriba los precios, creando una estructura de sobreprecios alarmante. El panameño, aparte, sabe actuar en el sistema. Siempre te dirá que hay que darle algo al ministro o a su jefe, o, si es osado, al presidente. ¿Será verdad? Nunca lo sabrás.

Nunca olvido el cuento del cubano que vendía desde Miami, y al par de años de estar vendiendo llega a Panamá y dice a su comprador. ‘Preséntame al homosexual que nos cobraba ', ‘¿Cuál? ', ‘Oye cada vez que hacia yo una propuesta me decías que tenía que subir 20 % para el partido ese '.

Aquí hemos tenido funcionarios 20-30 (20 % para unas cosas, 30 % para otras). Era vox populi por años que los contratos del FIS/FES/PAN se lograban pagando el 15 %, vemos empresas constituidas meses y hasta semanas antes de las licitaciones y ganándolas, vemos como ‘por mejor valor ' compramos más caro que la mejor oferta de precio. La verdad, la corrupción ya estaba anquilosada dentro del sistema normal de operaciones en ambos sectores.

Hoy, con un Ministerio Público que persigue la corrupción del Gobierno anterior, con un presidente que parece, al menos, determinado a no permitir corrupción en su Gobierno, hay esperanzas. Claro, muchos esperábamos ver desaparecer las partidas circuitales a los diputados, quienes no tiene que hacer obras en su circuito, eso corresponde a los representantes y alcaldes, ver desaparecer el PAN sustituido quizá por un departamento dentro del Ministerio de la Presidencia para atender emergencias nacionales y dejar en el MIDES, al que corresponde, la asistencia a comunidades y casos especiales.

También teníamos esperanzas de que se modificara la Ley de Contrataciones del Estado, acabar con adjudicaciones por mejor valor y volver a lo que el Gobierno de Pérez Balladares diseñó, una precalificación donde se califican los que pueden licitar por producto, experiencia, solidez financiera, y luego los calificados pueden ir al segundo acto donde solo llevan sobre de precios y el más bajo gana.

El periodo de limpieza del sistema será largo, quizá tome toda una generación, una nueva generación que crezca sin el concepto del juegavivo, que crezca honesta y comprometida con la honestidad, que no compre exámenes en los colegios, que no se cuele en las filas, que respeta a los mayores y a la autoridad. Esa nueva generación, si llega a adulta, donde la sociedad ya esté castigando la corrupción, nos devolverá un país honrado.

Las ventajas de una sociedad que no permita la corrupción son múltiples. El Gobierno tendrá más recursos financieros, vendrán mejores empresas a los concursos y licitaciones, la imagen internacional del país mejorará, y, sobre todo, se agilizan las adjudicaciones y ejecución de obras al eliminarse prácticamente las razones de impugnación. La honestidad adicionalmente abarata las obras y compras del Estado.

Lamentablemente para lograr los resultados que quisiéramos, se requieren hombres comprometidos con ese cambio, hombres honestos y que rechacen la corrupción. No dudo que los haya, pero, ¿habrá suficientes? La corrupción ha estado creciendo de Gobierno en Gobierno, los últimos 25 años hemos visto el aumento de Gobierno a Gobierno, rompiendo todas las marcas en el último Gobierno de Ricardo Martinelli. Hoy le toca a Juan Carlos Varela hacer un alto, y gracias a Dios ha llegado con ese compromiso claro. El próximo Gobierno tendrá que seguir la tarea, hasta que quizá en unos 15 años lleguemos al nivel que todos deseamos de honestidad.

La lucha contra la corrupción no es algo que se inicia y puede descontinuarse, tiene que ser continua y solo así llegaremos al final.

La OCDE y la Constitución Política de Panamá (I)

Cuando la OCDE presiona a Panamá cada vez con mayores exigencias que tienden a restringir e incluso eliminar el sector de servicios financieros que con éxito ha venido desarrollando nuestro país, parte de una presunción juris tantum. Esa presunción contraria a la juris et de jure ; es decir, la que se ajusta a derecho , presupone que toda persona extranjera que adquiere una fundación de interés privado o una sociedad anónima o abre una cuenta en un banco ubicado en Panamá, actúa con el propósito de defraudar al fisco de su país, infringir la ley y evitar así el pago de sus impuestos en el Estado del que es nacional.

Con la premisa por bandera de calificar como evasor o delincuente a todo el que se sirve de corporaciones como medio idóneo para el desarrollo de sus negocios, el cartel o grupo de países integrantes de la OCDE actúa como si fuera una entidad del Derecho Internacional, verbigracia la ONU, la OEA y otros organismos regionales. Amparados en esa falsa tesitura, han decidido por su cuenta enumerar las medidas que consideran más adecuadas o pertinentes dirigidas a presionar a varios países para que cancelen o restrinjan los servicios que prestan y así les ayuden a evitar que ciudadanos de los países del cartel de la OCDE puedan evadir el pago de sus impuestos. El país que decida hacer caso omiso de esas medidas, entra a formar parte de una lista gris o negra pero en esencia susceptible de sanciones.

Nos parece bien que cuando nacionales de países miembros de la OCDE evadan impuestos o defrauden a sus sistemas fiscales, sean objeto de investigación para determinar si los hechos por los que se les acusa han sido cometidos y en caso afirmativo que la justicia ordinaria o administrativa de esos Estados, los someta a juicio. Consideramos igualmente procedente que cuando los supuestos evasores hayan utilizado los servicios corporativos de terceros países, el Gobierno del país que investiga de conformidad con su sistema fiscal extraterritorial, acuda ante éstos con el fin de solicitar la colaboración por parte de las autoridades respectivas y nos parece esencial, en el marco de las relaciones recíprocas internacionales, que el país requerido preste la colaboración solicitada.

Panamá, como es sabido, ha adoptado desde hace años el criterio de colaborar cuando otro Estado le informa que investiga a un posible evasor o delincuente y solicita el apoyo del Gobierno panameño. Esta conducta no solo la ha puesto en práctica el Gobierno panameño, sino también los abogados que prestan servicios en materia de corporaciones y están obligados a conocer a los beneficiarios de las mismas. Creemos que no se ha presentado ni un solo caso en que un abogado panameño se haya negado a brindar la colaboración solicitada ni que el Gobierno se haya hecho cómplice de actos de evasión o fraude fiscal cometidos por extranjeros que han utilizado los servicios que ofrece el sistema panameño.

No obstante el justo y correcto proceder de nuestras autoridades y de los profesionales del Derecho, de colaborar ampliamente cuando se presenta una solicitud de otro Estado, la OCDE ahora presiona cada vez con más fuerza y más amenazas, para que de manera automática, es decir, sin requerimiento alguno, Panamá se convierta en informante oficioso de cualquier actividad de carácter corporativo o bancario que realice un nacional de los países que forman parte de la OCDE o del Foro Global, una creación sui géneris de la OCDE para dar la impresión de que legislan para todo el mundo. No se trata ya de un acto de buena voluntad para cooperar con otro Estado que solicita información, sino de una imposición erga omnes , o sea contra cualquier nacional de un país miembro de la OCDE o del Foro Global que al realizar un acto de adquisición de una fundación o sociedad o la apertura de una cuenta bancaria, tales actos tengan que ser puestos automáticamente en conocimiento del Estado del que es nacional o residente. En caso de que el Gobierno panameño no aceptase tal imposición de carácter obligante, la sanción consistiría en condenarnos a permanecer recluidos en el purgatorio de paraísos fiscales. Es cierto que somos paraíso, pero no fiscal y esto lo sabemos todos los que vivimos y trabajamos en este país.

Las razones fundamentales para que Panamá se oponga a la información automática por la que presiona la OCDE, se encuentran en nuestra Constitución Política. El artículo 4 de la misma expresa que ‘Panamá acata las normas del Derecho Internacional '. Sin embargo, las medidas que la OCDE sugiere que adoptemos no son normas del Derecho Internacional, como sí lo son las Cartas Orgánicas de la ONU y de la OEA, como también lo son los tratados que sobre múltiples aspectos hemos suscrito con otros Estados y que son leyes de la República. Panamá no tiene ni podría concertar tratado alguno con la OCDE, pues ésta no es más que un grupo de países, del cual Panamá no forma parte, que se reúne con fines determinados para temas fiscales, económicos, educativos y de otra índole y de sus estudios emanan apreciaciones y recomendaciones que en ningún momento deberían tener carácter coercitivo ni mucho menos sancionador.

Panamá sí que puede celebrar tratados con otros sujetos del Derecho Internacional, es decir, otros Estados, pero a nuestro juicio deberá tener en cuenta el respeto a la Constitución. Hay abundante doctrina, material constitucional y legal, así como jurisprudencia acerca de si prevalece el texto de los tratados sobre la Constitución de un país. En Panamá hemos visto que se han firmado tratados violatorios de nuestra Constitución sin que exista control constitucional de los tratados, pero al tratarse de una Constitución Política, porque es la que nos define como Estado, los Gobiernos deben procurar que esos tratados se ajusten al querer constitucional; máxime cuando se trata, como veremos, de garantías fundamentales en las que se basa parte importante de nuestro Estado de derecho.

Nuestra ‘Mirada Liberal’

Los liberales, quienes trabajamos por sociedades abiertas que brindan oportunidades a sus ciudadanos, defendemos el estado de derecho y luchamos por los derechos humanos e individuales. Somos críticos y nos distinguimos por levantar la voz ante cualquier atropello que atente contra la libertad.

Con este carácter, y el impulso que tenemos por llevar nuestras posiciones al debate público, surgió la Mirada Liberal, una revista semestral que compila artículos de reflexión y análisis de expertos, periodistas, académicos y activistas que conforman y son allegados a la Red Liberal de América Latina (Relial).

Llevando la metáfora a la realidad, la Mirada Liberal pretende expresar al mundo cómo vemos, evaluamos y planteamos nuestras ideas y propuestas para dar efectiva respuesta a las diversas situaciones sociales, políticas y económicas que atraviesa la región latinoamericana.

El primer número abordó la Séptima Cumbre de las Américas, realizada este año en Panamá. Al respecto, nuestros autores desarrollaron los contextos y repercusiones de cada uno de los países representados por sus gobiernos en esta gran reunión de jefes de Estado.

El plato fuerte que presentamos como editorial fue el significativo acercamiento y restablecimiento de relaciones diplomáticas entre los gobiernos de Estados Unidos y Cuba; tema clave para examinar las barreras ideológicas, las restricciones a las libertades que sufren los ciudadanos cubanos y las posibles consecuencias que puede deparar el histórico apretón de manos de Barack Obama y Raúl Castro.

El segundo número lo dedicamos al populismo, fenómeno social que viene condicionando y postergando el desarrollo de buena parte de los países de Centro y Suramérica, replicándose en Europa, y demostrando, claramente, el más triste deterioro de nuestras instituciones y la calidad de vida de todos los ciudadanos.

Con precisión y agudeza, nuestros escritores deshilvanaron los orígenes, los mentores, las mentiras y las añejas recetas socialistas que el populismo del siglo XXI viene posicionando. Con cifras, hechos y fechas, cada uno de los artículos exhibió la retórica, el discurso y diseccionó el libreto común que utilizan los caudillos populistas para convencer a los electorados y mantenerse en el poder, a costa de cualquier precio y sin ningún respeto por los principios democráticos.

Hasta la fecha, los dos números impresos de la Mirada Liberal han llamado la atención y el interés de diversos públicos en distintos continentes. Cabe remarcar que ambas ediciones fueron impresas en inglés y están disponibles en sus versiones digitales en el sitio web de Relial (www.relial.org), además fueron difundidas y replicadas en redes sociales.

Uno de los atractivos de nuestras revistas es la amplia ilustración fotográfica que relata en imágenes todos los episodios que los artículos narran.

Para que Relial haya llevado este esfuerzo adelante fue clave el apoyo de la Fundación Friedrich Naumann para la Libertad que, a través de su Oficina Regional para América Latina, convocó a los autores y colaboró con el trabajo de edición, diseño e impresión de esta producción que plasma el valioso capital intelectual con el que cuenta nuestra red.

Pretendemos que la Mirada Liberal crezca, que siga observando con rigurosa vigilancia toda coyuntura que involucre a los países de la región. Queremos enfocar y poner un altavoz en toda temática en la que podamos contribuir, a través de la exposición resuelta de nuestros valores. Nuestro esfuerzo apunta a que cada uno de los puntos de vista y las perspectivas de nuestras organizaciones nutra la discusión política y señale el camino de la paz, la prosperidad y el crecimiento.

Tenemos la certeza de contar con los mejores referentes de las ideas para la libertad; sumamos más de 40 organizaciones entre think tanks, institutos, fundaciones, asociaciones y partidos políticos, demostrando ser la plataforma y bandera liberal.

Desarrollo nacional

El mundo gira y avanza en círculos progresivos de la historia, a la velocidad energética de la creatividad humana, que son los electrones de la vida y que tiene que ajustarse a las realidades locales y actuales de cada espacio y en las dimensiones del tiempo. La ubicación geográfica incide en la geopolítica y la evolución cultural y económica de los pueblos. Los climas, los mares, la tierra son las variantes que nos definen y nos imponen nuestras formas de vivir.

Trópico marítimo, caribeño, multiétnico nos conduce a un mestizaje en tránsito, un filtro que puede importar y asimilar bondades; pero también retener maldades y vicios negativos autóctonos. Mucho se ha escrito sobre estos aspectos de nuestra nacionalidad, y de las fórmulas cómo inventar una sociedad adaptada, moderna y civilizada que nos permita convivir, entendernos todos juntos en este valle de lágrimas mundial; y defendernos y sobreponernos a la ‘competencia ' salvaje y egoísta de los poderes de fuerza militar y monetaria que patéticamente pretenden gobernar o mejor dicho, controlar al planeta para beneficio sectario de algunas economías, etnias o sistemas políticos.

Las grandes potencias, las bancas, los consorcios, las OCDE, la BRIC, la UE y aún las más democráticas organizaciones internacionales defienden sus patrimonios y sus áreas de influencia. Los demás, especialmente lo más débiles o pequeños, como Panamá, estamos permanentemente a la defensiva y luchando por nuestra autoestima, valorización y reconocimientos en conglomerados específicos regionales o en luchas heroicas por merecer el respeto y el trato digno que corresponde a todas las naciones. Factor importante en este maremágnum de intereses y poderes es hacer valer las ventajas, los momentos históricos, y las contradicciones de las circunstancias. En qué puntos sostener nuestras aparentemente débiles fuerzas, en qué aspectos interferir para que se nos reconozca poder de decisión, en qué momento actuar para ganar un trato digno y honroso en lo cultural, social, cívico y económico.

Lo fundamental es la calidad humana de la ciudadanía, educación, cultura, valores humanos, honestidad, eficacia, capacidad, productividad, la cortesía, credibilidad, dignidad. La naturaleza nos regaló la geografía, la belleza, la fertilidad, el agua etc. A los que aquí llegamos, nacimos y trabajamos nos corresponde hacer valer nuestro mercado mundial, nuestras leyes ante otras leyes y otro impuestos, nuestros trabajadores y profesionales con experiencia y tecnología efectiva en este medio, nuestras proyecciones de servicio a nivel mundial, demostrado en el tiempo, en la eficacia y seguridad, de listas de alto nivel (no grises ni de otros colores).

Estamos avanzando, somos conscientes de nuestras limitaciones en algunas áreas educativas, jurídicas y científicas. Pero ya se han efectuado muchos diagnósticos, existen base de datos, estudios y argumentos para seguir las rutas de soluciones, las estrategias donde elegir, el personal formado y en formación para concretar los proyectos y mantener los contactos precisos para complementar las fases que sean necesarias coordinar en el mundo globalizado.

Las inversiones, las investigaciones y proyecciones propias de todo progreso transnacional son las que la Ciudad del Saber, la banca y órganos empresariales, deben y están programando para el desarrollo social. El bienestar, la salud, la educación, la calidad humana, técnica y laboral de los trabajadores organizados y de la sociedad son una base prioritaria para el desarrollo social (agua, sanidad alimentación, cultura ). El crecimiento económico debemos medirlo, no por las cuentas bancarias y las torres, sino por los niveles culturales, de salud, de buenos empleos, la conciencia y responsabilidad social, la justicia económica de todos los que aquí vivimos.

Lo que se reflejará en la seguridad ciudadana, en baja delincuencia, la eliminación de la corrupción y la impunidad, en altos índices de desarrollo humano, lo que a su vez incrementa el consumo interno, la cortesía al turismo, y la autoestima nacional. El prestigio del país, su orgullosa eficacia, la estabilidad psicosocial de la población, la superación de conflictos por asertividad, la tolerancia y por la justa distribución de los recursos creados por todos, nos llevará realmente a ser un Panamá mejor.

o conjunto de textos de un autor y, por extensión, al menos en cierto sentido, a la de este como su artífice o creador.

Así, factores como la selección de las palabras; su precisión o deliberada ambigüedad; la manera de combinarlas; el manejo muy personal de la gramática con el fin de causar determinados efectos visuales, sonoros, anímicos o intelectuales; la perspectiva desde la que se expone o narra; el tono del lenguaje.

Son elementos fundamentales del estilo de quien escribe en un periódico, en una revista, como parte de un libro, o al preparar una monografía o una tesis.

Y todo esto es aplicable tanto en los géneros periodísticos y de otro orden ya mencionados (los académicos, por ejemplo), en cuya escritura los hechos que dan origen a los textos no pueden ser distorsionados en aras de la fantasía, como también en los de naturaleza estrictamente literaria –los de ficción–, en donde el impulso de la fuerza creativa combina elementos de la realidad con pasajes forjados por la imaginación y los sentimientos (novelas, cuentos, poemas) sin que a menudo se note la diferencia.

Escribir es siempre recrear el mundo, ya sea para reflejarlo o para interpretarlo.

Y como todo en la vida, siempre habrá juicios y prejuicios que puedan afectar el sentido profundo de lo que se expresa, tanto por parte del autor como en la lectura del receptor del texto, ya que en realidad no existe tal cosa como la objetividad absoluta. Porque quiérase o no, hay siempre una subjetividad que percibe y decanta; y uno escribe y lee no desde el Olimpo, sino desde su formación, sus gustos, sus juicios y prejuicios.

Por otra parte, querer influir en los lectores es absolutamente lícito; pero no es –no debe ser– hacerle trampa, manejarse de forma puramente efectista con las palabras, sino ser coherente con una manera de entender el mundo, la vida misma, incluso cuando se asume una escritura literaria: esa otra que puede ser capaz de sacudirnos; de hacernos más sensibles ante lo bueno, lo malo y lo feo.

La que muchas veces al escribirse implica un desgarramiento que conduce a una irrevocable toma de conciencia, a la honda revelación de una verdad. A una auténtica epifanía. Véase si no el impacto de obras tan distintas entre sí como El diario de Ana Frank, Crimen y castigo, El nombre de la rosa o Cien años de soledad.

La crisis del programa de pensiones

La evolución del programa de pensiones de las instituciones de seguridad social pasa por tres etapas: en la primera, hay ingresos sin egresos; en la segunda, ambos se equilibran, y en la tercera, debido al aumento de la esperanza de vida y a la cantidad de pensionados y jubilados, los egresos superan a los ingresos, de manera que la relación cotizantes activos/jubilados y pensionado se acorta. Todo buen gobierno debe conocer ese curso, advertido en su momento por Don Manuel María Valdés, quien señaló que el Estado no estaba tomando las providencias para atender esa demanda. Ahora, se está creando una situación de alarma, al señalar que el programa puede colapsar si no se toman enérgicas medidas; pero ¿cuáles serían las mismas? La respuesta no es sencilla, pero para encontrarla tenemos que recurrir a la base sobre la que descansa toda la seguridad social: la solidaridad, que no ha de limitarse a lo interno de la institución: el joven se solidariza con el anciano; el sano con el enfermo y el que más recursos aporta, con los que menos tienen; sino que se debe recurrir a ingresos externos y no castigar a los asegurados con mayores cuotas o aumento en las edades de jubilación. Esos ingresos externos han de provenir de una reestructuración de la carga impositiva que garantice que los que mayores ingresos tienen han de pagar más, y así lograr una adecuada redistribución de las riquezas. El Gobierno tiene la oportunidad de oro de someter este tema a un profundo y amplio debate nacional, y encontrar una solución definitiva a esta encrucijada que puede derivar en nuevos conflictos sociales.

La ambición de poder y riqueza

Poder, riqueza y corrupción son palabras que han definido gran parte de la historia de las civilizaciones. Querer ser rico y poderoso, económica o políticamente, no es malo mientras dichas ambiciones tengan como fin objetivos éticos y moralmente positivos y legítimos, en beneficio propio y para la sociedad como un todo.

El problema surge cuando estas ambiciones se tornan obsesivas, posesivas y desequilibran el carácter de los individuos, al punto de internalizar que, para su obtención y uso, requieren incurrir en los principales pecados capitales de la religión católica, como la envidia, la avaricia y la codicia. Para justificar así la necesidad de controlar y disponer de vidas y destinos a voluntad, al estilo de El Príncipe de Maquiavelo: “El fin justifica los medios”. Ejemplos históricos de estas conductas fueron los Duvalier en Haití, Pinochet en Chile, Batista en Cuba, Somoza en Nicaragua y Enron y Lehman Brothers, entre muchos otros.

Llegado a este punto, la persona ya está corrupta y, como un virus, propaga su corrupción a todos cuantos lo rodean, a tal punto que si la administración de justicia no funciona a cabalidad, este mal deviene en una práctica o uso social “tolerable”, ya que no hay costo ni pena en delinquir ni en usar la violencia. Poco a poco, ese ejemplo distorsiona los valores básicos de la sociedad y de las futuras generaciones, como un todo.

Ejemplo de ello es que a principios del siglo XX, al ser entrevistado uno de los más ricos y poderosos magnates estadounidenses y solicitarle resumir en una palabra qué quería del futuro ahora, que lo había alcanzado todo económica y políticamente, él contestó: “Más”. Irónica es también la historia de que ya agonizando Stalin, aún seguía dando instrucciones sobre la vida y bienes de sus súbditos, en la Unión Soviética.

Igual pasa, cuando enseñamos a nuestros hijos, desde pequeños, a jugar Monopolio, un juego cuya meta es destruir a los adversarios y apoderarse de todos los bienes posibles en el tablero. De forma que triunfa quien al final tenga más dinero. Pero nos olvidamos de enseñarle la lección más importante, de que no importa quién ganó o perdió el juego, al final todo vuelve a la caja. No te quedas ni te llevas nada.

Cuentan que Alejandro Magno, ya cerca de la muerte, reunió a sus generales para pedirle que le cumplieran tres deseos póstumos: que su féretro fuera cargado por los más famosos médicos del imperio, que a lo largo del trayecto repartieran las riquezas acumuladas de sus conquistas y que lo enterraran en una simple caja de madera, con las manos fuera del ataúd. Al solicitarle que explicará el porqué de esos inusuales pedidos, manifestó que quería que todo el mundo viera que ni Alejandro el Grande, con la ayuda de los doctores más connotados, podía escapar a la muerte; que todas las riquezas de sus conquistas quedarían en manos de los pueblos incorporados al imperio, y que así como vino al mundo, solo y sin nada, se iba del mundo solo y sin llevarse nada. Tremenda lección del quizás más grande y poderoso conquistador de la historia.

Quienes deseen profundizar en esta reflexión pueden leer el libro del Eclesiastés que, de forma brillante y en probable referencia al gran rey Salomón, a final de cuentas lo resume todo en una frase: “Vanidad de vanidades todo es vanidad”.

CSJ da fallo a favor de Paz

Después de años de lucha y de espera. Hoy se me hace justicia por la injusticia que cometieron conmigo García de Paredes, rector de la Universidad de Panamá (UP), y sus compinches. Me destituyeron de la Defensoría de los Universitarios con pruebas amañadas. En el proceso disciplinario que se me hizo, se vulneraron derechos fundamentales o esenciales reconocidos en los artículos 17, 22 y 32 de la Constitución Política.

El 28 de septiembre de 2015, el Pleno de la Corte Suprema de Justicias (CSJ), administrando justicia en nombre de la República y por autoridad de la Ley, me CONCEDE finalmente la acción de amparo de garantías constitucionales, que presentó mi abogado, Carlos Alberto Méndez, a este respetado templo de justicia.

En este proceso se encontraron muchas ilegalidades: presentaron prueba ilícita que violan en forma directa principios constitucionales y específicamente los principios del debido proceso. Pues hubo ilegalidad de la prueba denominada ‘INFORME NOTARIAL DE AUDITORÍA INFORMÁTICA '. Esta no fue sustentada, previamente, en una orden por escrito emitida por autoridad competente. A ello se le suma el hecho de que esta diligencia practicada el 21 de agosto de 2013 en la Dirección de Informática, se desarrollo a escondidas y en ausencia de Ricaurter Paz y Anayansi Turner, personas afectadas por dicha auditoría ilegal.

El 14 de julio de 2015, mi abogado presentó una Demanda Penal en contra del rector, García de Paredes y el señor Carlos Rodríguez, director de Informática, por los supuestos delitos contra la inviolabilidad del domicilio o lugar de trabajo, delito contra la Inviolabilidad del Secreto y el Derecho a la Intimidad, Abuso de Autoridad e Infracción de los Deberes de los Servidores Públicos y cualquier otro en que se hubiese incurrido en lo referente al numeral 4 del artículo 88 del Código Procesal Penal. Se solicitó aplicar medida cautelar y la separación del cargo de ambos querellados, ya que ellos podrían entorpecer las investigaciones. Esta demanda fue admitida por la Procuraduría General de la Nación. ¿Sra. procuradora Kenia Porcell, separe al rector del puesto que ocupa, sin derecho a salario mientras dure la investigación?

Ahora, García de Paredes viene con venganza y odio, para no dejarme entra a la UP. Su asesor jurídico, Luis Alberto Palacios Aparicio, inventó una supuesta agresión verbal e irrespeto por parte de mi persona. Esta mentira fue montada para que el rector me separara por segunda vez de la UP, sin derecho a salario mientras dure la investigación. La idea es llevarme a la Comisión de Personal, donde están los mismos verdugos que se prestaron para destituirme en el 2014; basándose en un ‘Informe Notarial de Auditoría Informática ' totalmente ilegal. Esta comisión hace todo lo que ordene el patrón.

Se requiere una corte constitucional

Hace siglos, nuestro país viene de tumbo en tumbo. Muchas leyes se hacen según el partido político de turno. La justicia se acomoda de acuerdo con el presidente, magistrados, diputados, ministros o similares, etc. Porcentualmente, la cantidad de delincuentes en las cárceles es inferior a los que de forma abierta utilizan las leyes para su beneficio.

Nuestra república nació con una distorsión social inexcusable, que nadie ha querido corregir. Los compromisos de campaña son violados, olvidados o robados. La historia nos cuenta anécdotas del compadre pobre y del compadre rico, en que el pobre se “encompadra”, inocentemente, para estar más cerca del gran señor, pero el compadre rico, perversamente, lo hace para hacer más fácil la explotación del pobre.

La historia se repite en espiral, producto del clientelismo y la deshumanización del ser humano, cada vez en mayor proporción, diferentes grados y niveles. Se cultiva el clientelismo político para hacer a nuestra población autómata al momento de emitir el voto. Quizás por esta razón, hay delincuentes hasta en la Asamblea Nacional y en la Corte Suprema de Justicia (CSJ), que procuran autoprotegerse de la justicia, mediante la creación de leyes de blindaje.

El pueblo panameño es manso, pero no menso, y despertará de este letargo. Por el momento, sufre amnesia por la impotencia ante la corrupción política, administrativa y las leyes que funcionan de forma selectiva.

Por su parte, la CSJ se desprestigia cada vez más. Sus fallos dejan mucho que decir, algunos contradictorios de casos juzgados con antelación. Hoy su tinte es más oscuro, con su exmagistrado presidente preso; otro renunciado, después de serias acusaciones, y otros que, por respeto a la población, debieron aprender a conjugar el verbo renunciar y aplicarlo a sí mismos. Hoy más por los actos investigados en los que no se dan los nombres de jueces ni magistrados.

Por otra parte, el presidente Juan Carlos Varela se comprometió a convocar una constituyente para buscar el adecentamiento del país, pero ese compromiso quedó rezagado, quizás por temor o porque pudiera vulnerar sus propios intereses. Todo parece indicar que pasará desapercibido. Debe tener presente que le está negando un derecho a la población panameña, que se convierte en un derecho humano vulnerado por quien dice defender la democracia.

La prudencia es necesaria

Sabemos que las autoridades panameñas no quieren involucrar al país en una situación extrema como la de ataques terroristas. También sabemos que los panameños están en contra del terrorismo y que las autoridades actuales, en un acto de solidaridad para con el pueblo francés, así lo manifiesta. Pero adelantarnos a expresar posiciones no es prudente ni inteligente. Panamá es un país pacífico. Su gente es solidaria y siempre dispuesta a ayudar en la solución de los problemas. Mas, no es correcto que nuestras autoridades establezcan posiciones comprometedoras, sin antes sopesar todos los riesgos. Hay que condenar el terrorismo en todas sus formas y hay que estar con los que promueven la paz y no la guerra. Pero eso de formar parte de una coalición sin mayor consulta, no es prudente. Y es que Panamá es un país estratégico para todo el mundo. Somos así mismo un blanco fácil para cualquier terrorista. Nuestra posición histórica ha sido la neutralidad. No porque no estemos contra el terrorismo, sino porque es la más sensata, la más inteligente y la que mejores frutos nos ha rendido ante el concierto de naciones. Panamá siempre lucha y luchará por la paz y estará siempre contra el terrorismo. Así es y será.

Candidatos, ante el escrutinio ciudadano

Finalmente, se conocen quienes son los diez aspirantes que aún tienen opciones de alcanzar una de las dos sillas disponibles en la Corte Suprema de Justicia. Aquellos que siguen con agudeza y cercanía el asunto, han captado el balance de género ofrecido en esta selección hecha por la comisión que evaluó las hojas de vida de 164 profesionales del derecho, que se sometieron a esta primera consideración. Los cinco hombres y cinco damas finalistas tienen en común tres cosas: títulos formalmente acreditados, experiencia y presencia comprobada en el foro nacional, además de ejecutorias en el campo de la educación. Lo verdaderamente trascendente es que ahora cada uno de ellos estará sujeto al escrutinio ciudadano, que esperamos sea amplio, alejado de presiones y centrado en lo que es realmente conveniente para una administración de justicia que necesita, hoy más que nunca tras haber sido salpicada con negros tintes de corrupción, hombres y mujeres comprometidos con devolverle la transparencia y equidad. Aunque sea el Consejo de Gabinete a quien corresponda la elección final, sería muy conveniente, para el país en su conjunto, que el proceso de consultas que ahora corresponde a la comisión del Pacto de Estado por la Justicia sea público, por respeto a la ciudadanía y en aras de la transparencia del proceso. Creemos que al país y sus ciudadanos se les debe esta oportunidad, para conocer a aquellas personas que tendrán como un compromiso devolverle una nueva cara a la administración de justicia en Panamá.