Colón, ciudad que clama justicia:
El 27 de febrero de 1852, se dio inicio a la construcción de la ciudad de Colón. En un día como hoy, hace 164 años, se colocó la primera piedra del primer edificio que se levantara en ese sector, durante un acto que contó la presencia de don Victoriano de Paredes, alto funcionario neogranadino, y los ingenieros del ferrocarril Transístmico de Panamá. Sin embargo, The Panamá Herald del 9 de marzo de 1852 señaló en uno de sus artículos que la fundación de la ciudad fue el 29 de febrero de ese año.
La confusión en la fecha se evidenció, una vez más, en 1928, cuando el 1 de febrero de ese año el Consejo Municipal decidió que la fundación oficial ocurrió el 27 (no el 29) de febrero de 1852 (Conte Bermúdez 1951:42).
Ya sea que Colón haya sido fundada el 27 o el 29 de febrero de 1852, lo cierto es que cada año este hecho histórico es celebrado con entusiasmo, pero es importante esclarecer la fecha real de fundación y, para ello, las autoridades locales deben promover la investigación del hecho.
Desde sus inicios, Colón jugó un papel fundamental en el enriquecimiento de muchos empresarios, primero con el ferrocarril, después con la empresa del canal francés, seguido del Canal que hicieron los estadounidenses y, en 1948, con la creación de la Zona Libre. Así, la ciudad amplió su contribución al desarrollo económico y político de otros sectores, gracias al movimiento comercial e industrial que registra desde entonces. Además, por la existencia de grandes consorcios como la Zona Libre, los puertos de Cristóbal, Coco Solo y Manzanillo; la refinería en sus momentos; la empresa Cemento Panamá y, a principios del siglo XXI, con la creación del puerto de turismo Colón 2000, la ampliación de la Zona Libre, la construcción del corredor y de la autopista Panamá–Colón.
Sin embargo, este desarrollo no se ha reflejado en el mejoramiento de las condiciones de vida de la mayoría de la población, ni siquiera con el llamado Proyecto de Renovación Urbana. Una gran parte de la ciudadanía en todos los niveles socioeconómicos y profesionales opina que con ese proyecto, se pretende sacar a la gente de la urbe y acondicionarla para el puerto libre. Es decir, el objetivo es trasladar a los residentes hacia las afueras y entregar la ciudad a los grandes empresarios. Esto haría que pierda su esencia e identidad, para convertirse en una mala copia de otras ciudades puerto.
Hoy, cuando se conmemoran los 164 años de fundación de esta majestuosa ciudad, la fecha es propicia para hacer un llamado a las autoridades y pedir que no sigan ilusionando a la ciudadanía con proyectos cuyo espíritu no es resolver los problemas que aquejan a la mayoría de la población.
El corazón de muchos colonenses, especialmente, abelistas, se siente indignado al ver cómo se mancilla el colegio Abel Bravo, irrespetando la Ley 47 del 29 de junio de 2002, que declara en su artículo 3 monumento histórico a ese insigne plantel que le ha dado a la nación incontables y excelentes profesionales.
Pero no solo se ha vandalizado al colegio Abel Bravo, también se irrespeta, en su totalidad, la Ley 47 que declara como “Conjunto Monumental Histórico” el Casco Antiguo de la ciudad. Por ello, hoy, en medio de esta festividad, es necesario hacer un llamado a la concienciación, reeducación, organización y unidad para defender los derechos humanos de los colonenses.
No podemos seguir callados, debemos levantar nuestras voces de protesta ante los problemas que aquejan a la ciudad y a la provincia de Colón. Entre estos, enumeró los siguientes:
1. El desconocimiento de la Ley 47 de 2002, al pretender utilizar edificios que son monumentos históricos, como el colegio Abel Bravo, el estadio Mariano Bula, la escuela Porfirio Meléndez, la escuela República de Bolivia y los multifamiliares de las cuatro potencias (Chagres, Donoso, Portobelo y Santa Isabel) que, por motivos económicos y empresariales, han dejado perder.
2. La poca atención a los llamados del movimiento popular colonense para que en el Proyecto de Renovación Urbana se tomen en cuenta las verdaderas necesidades de la población marginada y desprotegida por un Estado fallido.
3. El atentado a la salud, tras asignar 23 licencias provisionales para instalar termoeléctricas en esta provincia, por parte de la Autoridad de los Servicios Públicos. Algo que ha sido rechazado por los ediles del distrito.
Hoy, en el marco de su aniversario, Colón clama justicia y llama a sus hijos e hijas a unirse, a participar y a estar vigilantes ante los hechos señalados, y para exigir el desarrollo de proyectos que realmente les permitan a los habitantes convivir con armonía y respeto mutuo.