Papeles de Panamá, un análisis jurídico

Definitivamente, tengo que expresar mi incomodidad sobre el tema de los Papeles de Panamá, sin embargo, escribo no con el ánimo de defender a la firma Mossack y Fonseca. Que estoy seguro tendrá los medios para hacerlo, pero sí con el deseo de defender a Panamá y a su Centro Bancario Internacional. Primero, es importante manifestar que nuestro país no es un paraíso fiscal. Un paraíso fiscal es aquel que no tiene regulaciones y, en los últimos años, Panamá ha cumplido con una serie de disposiciones internacionales, precisamente, por la presión internacional y la inclusión en las famosas listas grises.

Cuando me refiero a que tenemos regulaciones es una realidad, veamos algunas: Panamá regula su sistema financiero por medio de la Superintendencia de Bancos, y los seguros, por medio de la Superintendencia de Seguros. Además, hemos firmado un sinnúmero de convenios para prevenir el blanqueo de capitales, el financiamiento del terrorismo o la proliferación de armas de destrucción masivas; se han firmado acuerdos bilaterales de doble tributación y de intercambio de información con países como: Estados Unidos, Francia, España, Italia, Portugal, México, Luxemburgo, Catar, Singapur, Barbados, etc.

¿Qué son los acuerdos de doble tributación? Son instrumentos internacionales que tienen por finalidad eliminar la doble tributación que afecta los movimientos de capital, bienes y servicios y es la política, que mantiene nuestro país para compartir información, la única diferencia es que la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) desea que la información sea dada de forma inmediata a los países que componen dicho organismo; no obstante, bajo los acuerdos bilaterales, esto se debe hacer a solicitud del Estado requirente.

El año pasado se introdujo la Ley 18, de enero de 2015, que modificaba algunos aspectos de la ley “conoce tu cliente”, y en su artículo primero señala: “La entrega de los certificados de Acciones al Portador deberán ser entregadas a un custodio autorizado, junto con una declaración jurada”. Se interpreta de esto que una acción al portador es como un billete de lotería, porque el tenedor es el dueño y lo puede cambiar cuando lo desee, sin embargo, la figura del custodio de las acciones al portador desnaturaliza esa figura. Esta se creó por las presiones de los organismos internacionales, entonces, no sé por qué se habla de que nuestro país es un paraíso fiscal, si cumple con todo lo que le han señalado, y por cumplir fue que salió de las listas grises.

Lo extraño de todo este tema es que el organismo internacional OCDE no le pide estas mismas regulaciones a Delaware, Nevada, Dakota del Sur o Wyoming, en Estados Unidos, ni a Suiza o a las Islas Vírgenes Británicas. Solo para que tengamos una idea, resulta que la Ley 32 de 1927, de sociedades panameñas, se basa en la estructura legal de Delaware. Y no solo eso, en Nevada se da la protección de activos y se mantiene la privacidad, debido a que las acciones al portador no se inscriben en su registro y carecen de las regulaciones de custodia.

Pareciera contradictorio exigirle a uno y otros no, entonces, ¿por qué pasa esto? Será la doble moral de estos organismos que, al final, se encuentran interesados es en el debilitamiento de la plataforma de servicios de Panamá, para fortalecer otras.

Por último, debo referirme a la investigación que, obviamente, parte de un hecho generador que es ilegal, porque vulnera las garantías fundamentales e internacionales del derecho a la intimidad de la empresa y de las personas afectadas. Esta prueba, en los sistemas de corte garantistas, sería excluida de forma inmediata. Sin embargo, lo más preocupante de todo es que se ha creado una atmósfera de especulación, irrespetando la presunción de inocencia que es vital en un estado de derecho. Se habla de delitos, pero la verdad es que, por lo que he visto hasta ahora, no se ha cometido ninguno. Las sociedades anónimas están plenamente reguladas en nuestro ordenamiento jurídico; en todo caso, el delito lo pudieron cometer las personas que evadieron impuestos en sus Estados de origen, y son esos Estados los que deben iniciar procesos, probarlos y sancionarlos, tras un juicio que establezca todas las garantías para los investigados.

Por otra parte, se involucra a figuras públicas, servidores o exservidores de otros Estados; a ellos corresponde explicarles a sus ciudadanos el origen de esos fondos y someterse al escrutinio general, por ser figuras públicas. Al final, como panameños, debemos defender a nuestro país, porque es claro que hay intenciones ocultas para afectar la imagen internacional de Panamá.

Sobre las reformas a la Ley del Seguro Obligatorio

Me veo en la necesidad de advertir por este medio sobre un grave error cometido por nuestra Asamblea Nacional, al pretender introducir reformas a las normas relacionadas al seguro de automóviles y los hechos de tránsito en nuestro país. Conocemos cuáles fueron los hechos que motivaron la iniciativa de un diputado, iniciativa muy importante, pero que evidentemente fue llevada a su final por personas desconocedoras de la realidad de las consecuencias que se derivan por causa de un accidente de tránsito.

Lo primero que debemos advertir es que el hecho de que existan normas que regulen el seguro de automóviles privado, como el obligatorio, no es garantía de que las personas afectadas o víctimas de los diferentes hechos de tránsito y sus herederos sean debidamente indemnizadas. Lo anterior, porque históricamente, el ente regulador de los seguros privados en nuestro país funciona generalmente a favor de las empresas aseguradoras y en detrimento de los asegurados y/o terceros afectados y víctimas de un hecho de tránsito. Desafortunadamente, las normas que regulan los seguros privados están dirigidas a garantizar el cobro de las primas a favor de las aseguradoras, pero no existen normas que regulen efectivamente las actuaciones de las aseguradoras al momento de honrar las obligaciones que se derivan del contrato de seguros a favor de los asegurados y las personas afectadas por estos frente a la ocurrencia de un siniestro o la presentación de un reclamo. No existen normas efectivas sobre los procedimientos para reclamar a las aseguradoras.

En esta ocasión, nuestra preocupación nace al conocer el proyecto No. 232 de 2015, aprobado en tercer debate, el día dos de marzo de 2016, por nuestra Asamblea Nacional. Esta ley, de llegar a ser sancionada por el señor presidente de la República, establecería en el segundo párrafo de su artículo 3. Que El conductor que resulte responsable deberá responder por los daños causados por el vehículo asegurado. (La negrilla es nuestra).

Muy sutilmente se introduce una reforma que sustrae de responsabilidad civil al propietario de un vehículo cuyo conductor es encontrado responsable de causar daños y perjuicios.

Actualmente la norma que establece la responsabilidad civil del responsable de un accidente de tránsito indica, en el artículo 234 del Decreto Ejecutivo 640 de 27 de diciembre de 2006, por el cual se expide el Reglamento de Tránsito de la República de Panamá, que están obligados a indemnizar los daños y perjuicios ocasionados por un accidente de tránsito: el conductor del vehículo encontrado responsable, el dueño o propietario del mismo y la empresa aseguradora. Entiéndase, en concordancia con los artículos 1644 y siguientes del Código Civil. Es decir que, en la actualidad, tanto el conductor como el propietario de un vehículo que es responsable de la ocurrencia de un hecho de tránsito, son responsables de indemnizar los daños y perjuicios que producen como consecuencia de ese hecho de tránsito. Esta nueva ley, en un párrafo de una línea y media, pretende liberar al propietario del vehículo de la responsabilidad civil extracontractual que surge de la ocurrencia de un hecho de tránsito.

No tenemos la menor duda de que las compañías de seguro tienen que ver con la inclusión de la norma que hemos citado, porque la misma puede llegar a minimizar las consecuencias que se puedan derivar para ellas del contenido del segundo párrafo del artículo No. 5, de la misma norma recientemente aprobada por los señores diputados de la República, misma que establece la obligación para las aseguradoras de cubrir, bajo la cobertura de responsabilidad civil, las lesiones, daños y perjuicios que produce el responsable de un hecho de tránsito encontrándose en estado de ebriedad o bajo los efectos de otras sustancias.

Actualmente, la mayoría de las aseguradoras no cubren los daños y perjuicios causados por conductores en los estados antes mencionados, evitando que las víctimas de estas personas responsables sean debidamente indemnizadas. Pero interpretándose la norma que estoy señalando, en el sentido de que los propietarios de los vehículos no son responsables, definitivamente, seguirían evitando el pago de las indemnizaciones cuando el conductor del vehículo responsable no es el propietario del vehículo, como lo es en la práctica, por lo menos, en un cuarenta por ciento de los hechos de tránsito fatales.

Respetuosamente, solicito al Órgano Ejecutivo no compartir el enorme error cometido cuando se legisla con ignorancia.

Unidad y refundación en el PRD, defensa de la Nación

Las dos primeras palabras que se deben repicar ante el próximo congreso del PRD son Unidad y Refundación.

Por eso, no debe ser un evento de trámite. Y mucho menos un congreso en el que haya un reparto de cargos con arreglo a las posiciones de influencia.

El PRD ha sido derrotado en las dos últimas elecciones con la gravedad de haber sido la formación con mayor número de cargos electos. No es un punto de partida insignificante. Pone en evidencia que existe organización, aunque seguramente desengrasada. Y permanece el legado de un partido que nació para desarrollar políticas públicas que tengan en cuenta a las clases populares.

El próximo secretario general y el equipo que lo acompañe tienen la obligación de aplicar una estrategia reformista, quizá en la línea que se aplicó en el quinquenio 1994-1999, cuando se ejecutaron algunos de los hitos que han marcado para bien la historia del Siglo XXI de Panamá. Me estoy refiriendo, entre otras, a la flexibilización del Código del Trabajo, a la modernización de las reglas de juego en la política de generación de energía eléctrica (torcida la intensión original en Gobiernos posteriores) y en la de telecomunicaciones, así como en la creación de las bases para que el Canal se dotase de autonomía política y financiera. Hoy, en 2016, todos coincidimos en que fue una decisión afortunada.

¿Qué significado tiene en estos tiempos y en nuestro país el congreso de un partido político organizado hasta en los pueblos remotos?

Para ofrecer respuesta a esta pregunta, debemos empezar por rechazar unas cuantas cuestiones. La primera: es inaceptable que Panamá crezca casi al 6 % en el PIB y cuente con los grados de pobreza e injusta distribución de riqueza con que cuenta.

Es inaceptable que el agua potable sea tan solo una ilusión transitoria para cientos de miles de panameños.

También lo es que los insumos en los hospitales públicos estén asociados a la palabra ‘escasez '.

Ahora que los estudiantes regresan a las escuelas, ¿cuántos de ellos se encuentran con infraestructuras deficientes y obras inconclusas?

El PRD debe aprender a sumar. Solo ganará las próximas elecciones, si aprende a concitar apoyos locales, gremiales, en el ámbito universitario, y de los partidos políticos que compartan una visión de país. Debe promover foros públicos de discusión sobre políticas sectoriales y de alcance general.

Donde exista un problema social debe alzarse la voz del PRD para reclamar ante los convecinos y las autoridades un cambio de rumbo, una aplicación equitativa de las leyes.

Donde se viva una crisis, como es el caso del cuasi colapso de la producción agroalimentaria, se debe movilizar a las mejores cabezas del país de cara a diseñar políticas que alcancen algún día la soberanía alimentaria.

El PRD debe reaprender el discurso de la interpelación cívica, pero debe empezar por el impulso del diálogo entre los miembros del colectivo.

Debemos reclamar para Panamá un papel activo en la interlocución de las controversias interamericanas. En la más profunda tradición torrijista, Panamá debe recuperar el rol que desempeñó en los últimos 25 años del siglo pasado, mientras buena parte de Centroamérica se desangraba en guerras crueles e intestinas. La Cumbre de las Américas, que se celebró hace poco más de un año, constituye un buen ejemplo. En ese evento el Gobierno actual se comportó de manera adecuada y brillante en ocasiones, se le debe reconocer, y la inmensa mayoría de las formaciones políticas panameñas y actores sociales le expresó su apoyo. Ese es el camino. La próxima inauguración del canal ampliado es una oportunidad y debe servir para reforzar el papel de Panamá en el concierto internacional. Ahora más que nunca, cuando Panamá se ve implicado en un escándalo como es el provocado por los injustamente denominados ‘Panama Papers ' debe mostrarse al mundo una cohesión interna sin precedentes y escenificar una política de Estado en defensa de la reputación de la patria.

El PRD debe abrir sus puertas y ventanas para que entre aire fresco. Incluso los que jamás se han acercado tienen derecho a esperar del partido una explicación sobre lo que se pretende para los próximos años. Solo así se recuperará la confianza y sentarán las bases para la modernización del colectivo.

Tenemos la obligación de trabajar para un efectivo Estado del Bienestar. Solo lo conseguiremos mediante la renovación del contrato social, por medio de políticas de apoyo a los emprendedores y en la aplicación de una política activa en la implementación de la educación y formación técnica. Sabemos que Panamá necesitará en los próximos años cientos de miles de técnicos y especialistas en tecnología, en telecomunicaciones, en logística, en impulso y mantenimiento de las energías renovables. Y también sabemos que no contamos con ellos. ¿Por qué no convertir Panamá en un gran centro de formación técnica para la región? Existen voces cualificadas y universidades en el mundo que saben cómo conseguirlo y están dispuestos a colaborar, eso me consta.

Se acerca el momento del congreso y observo a mi alrededor que se habla poco de estas cuestiones, pero mucho de nombres y apellidos. Un debate como el que se propone requiere libertad de pensamiento, compromiso con los valores que el partido representa y vocación de transformación social. Y sí, de un líder y un equipo. La experiencia es un valor en sí mismo. No es fácilmente transmisible. Y a los efectos de dirigir un partido y un país es un factor que pesa más en la balanza que la edad biológica.

El abogado y el blanqueo de capitales

La abogacía es una profesión liberal que no está blindada del embate delincuencial, sino se actúa con prudencia y sabiduría.

Desde el punto de vista legal, un abogado por ejercer su profesión no delinque per sé bajo el tipo penal conocido como blanqueo de capitales; no obstante, si dolosamente facilita el ilícito, sí comete delito y podría quedar bajo prisión.

Veamos.

Código Penal

Artículo 257. ‘Quien, a sabiendas de su procedencia, se valga de su función, empleo, oficio o profesión para autorizar o permitir el delito de blanqueo de capitales, descrito en el artículo 254 de este Código, será sancionado con prisión de cinco a ocho años '.

Jurisprudencia emanada del Segundo Tribunal Superior del Primer Distrito Judicial: ‘Por su parte, MSG laboraba en el extinto Banco C y era el encargado de las cuentas de RPSA y FPC. Además, era el asesor financiero de JNUC, a quien asesoró sobre cómo se lograría la transferencia de dinero ilícito al territorio panameño, a través de la creación de sociedades, utilizando a terceras personas para este fin. Al punto que el dinero ingresado tuviera apariencia de legítimo y legal.

… En este sentido, se acredita que desde un inicio S tomó participación en la comisión del delito de blanqueo de capitales, por cuanto este ayudó a transferir dinero ilícito hacia el sistema financiero panameño, inobservando normas bancarias existentes, con el propósito de evitar el lavado de activos y evadiendo órdenes de sus superiores, cuando se percatan que el cliente no cumple con los requisitos de la banca. Por lo tanto, comprobada la responsabilidad penal del señor MS en el delito de Blanqueo de Capitales, lo procedente será CONFIRMAR la sentencia dictada contra el mismo '. (Segundo Tribunal Superior de Justicia del Primer Distrito Judicial. Sentencia 2ª Inst. N° 165 de 13 de junio de 2013. Ponente: Adolfo Mejía Cáceres).

Escándalos convenientes

¿A quiénes convienen y qué ocultan ciertos escándalos? Conocido el escándalo Panamá Papers, el normal olfato de periodista investigativo y analista internacional se activó, no solo en mí, pues, a cada momento que pasa encuentro que periodistas y organizaciones serias e independientes coincidimos, por historia y relación de hechos, en que aquí hay más de un gato encerrado.

Hay un hecho cierto: el centro bancario panameño incomoda a grandes intereses internacionales que dentro de sus países lavan miles de millones e incumplen con las supuestas “normas” que quieren imponerle a Panamá. La comunidad internacional de hoy se percata de lo que sucede en Europa y Estados Unidos potencias en decadencia y crisis.

En el desgastado imperio británico madre del imperio americano resurge un laborismo con candidato de izquierda y, en la potencia que alberga a los grupos de élite más poderosos, surge un candidato que, sin respaldo de los consorcios económicos y con los grandes medios de comunicación en contra, gana adeptos, sobre todo en la juventud: B. Sanders.

Sanders condena la “avaricia de Wall Street”, denuncia la corrupción del sistema electoral y político y el robo del futuro de los jóvenes y los trabajadores de ese país, mientras Hillary Clinton, candidata del continuismo, se asesora con el mal recordado Kissinger. Por otro lado, esas mismas “potencias” no alcanzan el despegue económico que ha demostrado ser salvaje e ineficaz. Continúan ampliando las guerras como negocio y geopolítica de dominación, llegando a extremos de tener ahora mismo 12 de sus generales en Irak, supuestamente para comandar un pelotón que admiten es de solo 3 mil 800 tropas que, según expertos, pueden ser comandadas por un coronel.

Está quedando claro quiénes formaron y financian al Estado Islámico/ISIS y que Rusia demostró su efectividad y valía estratégica, militar, política y de compromiso con la paz y el progreso del mundo.

Ante todo este panorama siniestro, ¿qué hacer para distraer la atención pública y lograr otros propósitos internos e internacionales? ¿Podría ser un ingrediente el actual Panamá Papers?

La supuesta “filtración” deja serias dudas y demuestra que algo y muchos están detrás, sobre todo, por los grandes medios que iniciaron la divulgación y sus cajas de resonancia, como por el origen del financiamiento para las investigaciones: Fundación Ford, Open Society (de Soros) y Fundación Rockefeller, entre otros.

Dudas: ¿Acaso no existen otras “personalidades” y corporaciones que puedan estar involucradas en actos peores? ¿O es que casi 400 periodistas investigativos, en 76 países, no encontraron anomalías más graves en sus investigaciones?

¿Por qué se divulga el nombre de Putin, como supuesto involucrado, y no el de otros líderes políticos realmente corruptos? ¿Se oculta lo que no conviene a los intereses del sistema?

¿Por qué la campaña de descrédito contra gobiernos progresistas en América?

De todo esto puede colegirse cuáles son las intenciones de fondo. Solo hay que analizar y razonar con sensatez. Se insiste en la desestabilización de países emergentes para satisfacer la voracidad de dominio del planeta. Ya por allí Inglaterra lanza la candidatura de Nueva Zelanda para controlar la Organización de Naciones Unidas. ¿Hasta cuándo pretenden ignorar a Centro y Sur América y a los países caribeños? Fines aviesos están detrás.

Día de las Buenas Acciones

El Día de las Buenas Acciones comenzó en 2007, por a la empresaria y filántropa Shari Arison y fue lanzado y organizado por Ruach Tova (ONG), parte de la Ted Arison Family Foundation, la rama filantrópica del Grupo Arison '. ‘Creo que, si la gente piensa en buenas acciones, habla sobre buenas acciones y hace buenas acciones, los círculos de bondad crecerán en el mundo '. (http://gdd.goodnet.org/es)

El Día de las Buenas Acciones se llevará a cabo el 10 de abril del presente y nosotros podemos participar haciendo pequeños actos de bondad. Por ejemplo: ayudar a los jóvenes y adultos que tengan alguna discapacidad y se encuentren en nuestros colegios y lugares de trabajo. Pensemos que nosotros tenemos la dicha de poder disfrutar de todos nuestros sentidos; sin embargo, estas personas están luchando para ser aceptadas por la sociedad.

Si usted es docente, trabaje con sus alumnos para que ellos acepten a sus compañeros con necesidades especiales y los incorporen en las actividades realizadas en clases. Piense cómo puede hacer para desarrollar habilidades y destrezas en estos jóvenes, dependiendo de su caso. Apóyese en el psicólogo del plantel para que lo asesoren y usted puede lograr que estos jóvenes sientan la aceptación de sus compañeros.

En su lugar de trabajo, invite a ese compañero que tiene discapacidad auditiva y siempre almuerza solo, a sentarse a su mesa con usted y sus demás compañeros. Le aseguro que se sentirá feliz, porque lo tomaron en cuenta, a pesar de que no puede escuchar bien, pero pudo intercambiar algunas palabras con ustedes.

Tengamos empatía hacia estas personas, porque no sabemos si en un futuro seamos nosotros los que estemos pasando por esta situación.

Hagamos que este Día de Buenas Acciones se extienda y a esas personas que tienen necesidades especiales las integremos y la irradiemos de alegría ese día y todos los días.

Tenemos que aprender que las buenas acciones pueden cambiar la vida de otras personas como se muestra en este video: ‘Tenemos que vivir juntos ', http://www.aishlatino.com/v/e/Tenemos_Que_Vivir_Juntos.html.

 

Reputación internacional

A pesar de sus reducidas proporciones, Panamá tiene potencial y recursos para ocupar un buen lugar en el ámbito internacional. Nuestro istmo, por ejemplo, pudiese ser conocido por la calidad de su democracia liberal, la cuarta más longeva de la región.

Pero es difícil que nos desarrollemos en ese sentido mientras el sistema político siga secuestrado por delincuentes electorales, a ciencia y paciencia de una ciudadanía pasiva que les permite a los maleantes toda clase de vagabunderías.

Panamá podría distinguirse por su capital humano. Con los ingresos que generamos, no debería ser problemático educar adecuadamente y mantener en buen estado a cerca de 4 millones de personas.

Ese desarrollo no será posible, sin embargo, mientras el sistema educativo siga en manos de individuos con serias limitaciones intelectuales, que conciben el proceso de enseñanza en términos tecnocráticos o mercantiles.

Sería interesante que sobresaliésemos por nuestro cuidado ambiental, por la forma como gestionamos nuestro patrimonio ecológico, sus abundantes recursos hídricos y su envidiable biodiversidad. Pero conspiran contra ello centenarias prácticas de destrucción ecológica y la incompetencia de los funcionarios ambientales que solo sirven para figurar o tramitar negociados.

Efectivamente, en vez de darnos a conocer por algo bueno, tenemos una reputación internacional poco satisfactoria. En el extranjero se nos considera paraíso fiscal, centro de lavado de dinero y país corrupto.

En alguna medida sobre todo en lo que concierne a las acusaciones de paraíso fiscal  el desprestigio procede de un interés por reducir la competitividad de nuestros servicios internacionales. También es cierto que no somos los únicos que merecemos mala fama en ese sentido.

Otras “jurisdicciones”, entre ellas, zonas metropolitanas o territorios ultramarinos de miembros de la OCDE (que presumen de impolutos) y grandes bancos domiciliados en Estados de mayor renombre, participan, mucho más que Panamá, en el nauseabundo festín de la evasión fiscal, el lavado de dinero y la corrupción.

Ese es el principal aspecto que revela más bien, confirma la filtración de los denominados “papeles de Panamá”. Nuestro país es un apéndice, lucrativo para algunos, en el entramado mundial de rapacería y latrocinio asociado a la economía global, supuestamente transparente y dizque socialmente responsable.

Como lo señaló la historiadora panameña Marixa Lasso, formamos parte de “ese espacio indispensable, pero con el que nadie se quiere asociar, de la economía mundial”, donde se escenificaron, siglos atrás, el tráfico de esclavos y la piratería. De allí surgieron las grandes fortunas europeas y estadounidenses “que jugaron un papel fundamental en el desarrollo de la revolución industrial”.

Ahora, agrega la Dra. Lasso, “son las sociedades offshore”, segmento “de un engranaje económico mundial” del que toda la clase financiera internacional se beneficia, pero del que esa clase prefiere no hablar.

A pesar de estas realidades, la mala reputación de Panamá proviene, mayormente, del uso de nuestra economía de servicios para fines nada encomiables. Esto ha ocurrido por nuestra indiferencia ciudadana, arriba mencionada en el contexto de la democracia, aunada a la complicidad de nuestras “autoridades” (carentes de toda autoridad moral) con el crimen internacional.

Por su ineptitud y venalidad, esas “autoridades” en el poder Ejecutivo, el Órgano Judicial, el Ministerio Público, la Contraloría General de la República, la Asamblea Nacional y las múltiples agencias regulatorias y superintendencias, se niegan a actuar inclusive de cara a los más evidentes indicios de irregularidades.

Ciertamente, hace décadas circulan alusiones a cuestionables actividades de la firma forense situada en el ojo de la tormenta. En diciembre de 2014, la revista electrónica Vice se refirió a dichas actividades en un impactante reportaje (http://www.vice.com/read/evil-llc-0000524-v21n12).

La investigación del periodista Ken Silverstein expuso los vínculos del bufete con “una colección de conocidos gánsteres y ladrones”, entre los que mencionó a los dictadores Gaddafi, de Libia y Mugabe, de Zimbabwe. Pero en Panamá, nadie le prestó atención a Silverstein.

Ya es tiempo de que asumamos nuestra responsabilidad y dejemos de achacarles enteramente a los demás la culpa por nuestro desprestigio. La mala reputación es un problema histórico que se remonta a la dominación española, recibió fuerte impulso durante la dictadura militar y no se corrigió cuando el país transitó hacia la democracia.

Ahora, el gobierno y la sociedad tienen que enfrentarla con firmeza, sin miramientos ni tembladeras.

Cese definitivo de la jurisdicción de EUA en la Zona del Canal

El 1 de abril de 1982 se dio un acontecimiento histórico de relevancia para Panamá y que marcó un hito en la lucha por nuestra soberanía, como fue el cese definitivo de las funciones jurisdiccionales de los Estados Unidos de América (EUA) en aquel territorio que por casi un siglo se conoció como ‘la Zona del Canal '.

Este hecho se dio en cumplimiento de los Tratados Torrijos-Carter, más específicamente en lo consagrado en el artículo XI, que concebía un período de transición de 30 meses, hasta el 31 de marzo de 1982, y que pondría fin al ejercicio por parte de EUA de las funciones gubernamentales residuales en la administración de justicia, mediante sus tribunales federales y municipales, el servicio de policía y el sistema carcelario en la Zona del Canal. En consecuencia, a partir del 1 de abril todas estas funciones serían asumidas exclusivamente por la República de Panamá.

Recordamos que este acto de reafirmación de nuestra soberanía se llevó a cabo frente a la estación de la Policía de Balboa y contó con la asistencia de miles de panameños y panameñas procedentes de toda la geografía nacional, al igual, que delegaciones internacionales, entre ellas, la conformada por representantes del Consejo Mundial de la Paz.

Lo acaecido, hace 34 años, fue un hecho sin precedentes en la historia nacional, el cual estuvo inspirado por el legado del general Omar Torrijos Herrera, líder y conductor del proceso revolucionario panameño, quien había fallecido producto de accidente aéreo, aún hoy no esclarecido, un año antes.

Las nuevas generaciones deben conocer que la Zona del Canal era un enclave colonial con gobernador, policía y tribunales de justicia, instituidos desde inicios del siglo XX, a raíz de la firma del Tratado Hay Bunau Varilla, impuesto por EUA a Panamá y que sirvió para justificar todo tipo de agresiones políticas, diplomáticas y armadas contra el país, como la efectuada en 1925, a raíz de la Huelga Inquilinaria.

Resulta importante enfatizar que fueron muchas las injusticias y arbitrariedades cometidas contra panameños en estos tribunales coloniales. Un ejemplo fehaciente de ello se evidenció con la cruel condena de 50 años que recibió el compatriota Lester León Greaves, cuyo caso sirvió de inspiración al escritor Joaquín Beleño en su famosa novela Gamboa Road Gang .

La adquisición por parte de Panamá de la plena jurisdicción en la Zona del Canal le hace justicia a todos los héroes y mártires que lucharon durante el siglo pasado a favor de la descolonización del país, tal como ocurrió el 9 de Enero de 1964, cuando, con valentía y sentido de Patria, estudiantes del Instituto Nacional, respaldados por el pueblo, decidieron izar el emblema nacional en la Zona del Canal, elevando su voz de soberanía al país y al mundo.

Tres décadas después de este significativo evento contamos en la actualidad con un país Libre, Soberano e Independiente en todo su territorio, gracias a la lucha generacional del pueblo panameño, y en especial, a la visión de luces largas que tuvo Omar de enrumbar a toda una Nación por el camino de la Liberación Nacional y de la consolidación del Estado panameño.

Problemas y soluciones a las ‘offshore’

El escándalo mundial surgido por la constitución de sociedades ‘offshore ', principalmente las constituidas por abogados en Panamá, presenta una cantidad de problemas, pero también se presentan grandes oportunidades para implementar soluciones, algunas de las cuales hemos expresado hace varios años.

El problema de la creación y venta de estructuras corporativas, nuevas o añejas, no es un problema; el problema es su uso. Es evidente que surgen dos situaciones sobre su uso: 1. su uso legal y 2. Su uso ilegal. La venta de estas estructuras corporativas tiene ciertas estipulaciones de cumplimiento según cada país.

Sobre su uso legal: es importante para el desarrollo y protección de negocios y de patrimonios que permiten la estabilidad y crecimiento de la economía de los países. Sobre su uso ilegal: existen orificios en las leyes y regulaciones próximas pasadas que aprovechan clientes y sus proveedores para concretar sus fines.

Para la constitución de una ‘offshore ' se requiere que la firma de abogados (agentes residentes) cumpla con ciertos requisitos legales. Antes del año 2015 no existía el requisito taxativo de identificar al beneficiario final, requisito que sí exige la Ley 23 de 2015. No obstante, antes del 2015 se exigía conocer a su cliente.

Los especialistas anti lavado sabemos que conocer a su cliente es conocer el uso que le dará a la ‘offshore ' y esto implica conocer al beneficiario final , situación que se complica cuando la venta se hace a un tercero que vende la estructura corporativa al cliente final. La figura del tercero intermediario, NO distorsiona la Ley.

Los decreto ejecutivos 468 de 1994, 124 de 2006 y la Ley 2 de 2011, exigían conocer a su cliente, de forma mínima, y medidas para conocer a su cliente, respectivamente. Es decir, se refiere a aquellas sociedades registradas en Panamá, no en otras jurisdicciones, donde los abogados deben seguir las exigencias de allá.

Las soluciones que se presentan frente a este escándalo en Panamá son: primero, las firmas de abogados deben contratar, para esclarecer el escándalo, una auditoría forense para sustentar que han cumplido con las exigencias legales de conocer a su cliente y beneficiario final , de acuerdo a la entrada en vigencia de dichas exigencias.

Segundo, de manera preventiva, las firmas deben contratar auditoría forense antifraude, para que un especialista pueda prepararles un Programa Antifraude (con enfoque Triple AAA, entrenamiento y utilización de herramientas) que les permita cumplir a cabalidad con su diligencia debida o ‘due dilligence ' a futuro.

Tercero, sería la creación de una Superintendencia de Sociedades Anónimas (SSA), porque las ‘offshore ' y otras sociedades locales sin operaciones, no responden a los organismos de supervisión: superintendencias de Bancos, Seguros y Reaseguros, Mercado de Valores, Cooperativas e Intendencia de Sujetos No Financieros.

Las ‘offshore ' y otras sin operaciones, no están obligadas a presentar estados financieros y otras informaciones que serían importantes para que Panamá envíe un mensaje claro de transparencia al mundo y nuestra legislación sirva solo para propósitos legítimos del mundo de los negocios.

La SSA sería indispensable para identificar, monitorear y proteger a los negocios legítimos y para prevenir, detectar y reportar los negocios que no lo sean. Esto alejaría los malos negocios de nuestro país. Esta sugerencia debe ser implementada en las jurisdicciones que son idénticas o más flexibles que Panamá.

La creación de esta superintendencia aportaría empleos para profesionales de distintas especialidades ante la entidad gubernamental, contribuiría con ingresos para el Gobierno, impulsaría los servicios profesionales de contadores, abogados y otros que a su vez empujan la actividad económica en general.

Los negocios de algunos, o los intereses del país

A raíz de los atentados terroristas de 2001, del colapso financiero global de 2008 y del continuo problema del trasiego de drogas, los países del G-20 (20 economías más grandes del mundo) tomaron hace ocho años la decisión de buscar mayor transparencia en el sistema bancario global. Esos esfuerzos se canalizaron principalmente vía el Grupo de Acción Financiera Internacional (GAFI, encargado de velar contra el lavado de dinero) y la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE, encargada de luchar contra la evasión fiscal).

Por razón de sus respectivas plataformas internacionales de servicios, Panamá y Suiza (al igual que muchos otros centros financieros) fueron objeto de fuertes presiones, muchas veces justificadas, para adaptar su legislación a las nuevas reglas del juego.

Como era de esperarse, inicialmente hubo mucha resistencia de los banqueros, abogados y usuarios de estos centros financieros a los cambios propuestos. Sin embargo, con el pasar del tiempo todos los países han entendido y aceptado la conveniencia de implementar dichos cambios, aunque esto conlleve una reducción en los ingresos de sus industrias de servicios financieros.

Suiza, en particular, ha demostrado un gran liderazgo en la materia. Como país serio, y consciente de la importancia de limpiar su imagen a nivel internacional, hizo los cambios legislativos necesarios y pronto logró salir de las listas grises y negras en las que la OCDE y la GAFI colocan a los países que no adoptan los nuevos estándares internacionales. Todos nuestros principales competidores han hecho lo mismo.

Panamá, por el contrario, se ha mostrado más reacio a aprobar los cambios requeridos, lo cual le causa un gran daño al país en términos de imagen. Varios bancos importantes como Paribas, BBVA y HSBC cerraron operaciones por causa de nuestra inclusión en las mencionadas listas. Además, prácticamente ningún banco de renombre global ha establecido presencia en el país en los últimos 10 años.

Lamentablemente, un reducido grupo de abogados y banqueros, que parecieran no estar conscientes del nuevo modus operandi de la banca internacional, sigue alegando todo tipo de razones infundadas (incluyendo la absurda proposición de que este es un esfuerzo de Estados Unidos para arrebatarnos nuestro negocio), para oponerse a los cambios que nos permitirían limpiar nuestra imagen y atraer nuevas inversiones. Es hora de que el gobierno haga caso omiso a esos argumentos y tome las medidas necesarias para que Panamá acepte los cambios propuestos y regularice su situación con la OCDE, como hicimos ya en el caso del GAFI.

Por supuesto que los cambios afectarán inicialmente el volumen de negocios y las utilidades de varios bancos y firmas de abogados (incluyendo la nuestra), pero a la larga saldremos beneficiados por razón de la mejor imagen que proyectaremos a nivel internacional, aparte de que aquellos que ofrezcan un servicio de primera calidad y sepan adaptarse a los nuevos parámetros, seguirán cosechando éxitos y obteniendo un nivel interesante de utilidades.

Imitemos el ejemplo de Suiza, mejoremos la calidad de nuestros servicios, y compitamos en base a productos estructurados que se adapten a las nuevas reglas del juego, a fin de que nadie pueda alegar en el futuro que nuestra plataforma de servicios internacionales es aprovechada por malhechores para lavar dinero o evadir sus obligaciones fiscales en su país de origen. Es mejor hacer estos cambios a voluntad propia, que bajo presión de una banca internacional que se podría ver obligada a terminar sus relaciones de corresponsalía con los bancos locales si no actuamos a tiempo, como en efecto ha venido ocurriendo en los últimos años, lo que tendría implicaciones cada vez más funestas no solo para la banca, sino para todas las demás áreas de nuestra economía.

Finalmente, es importante observar que el negocio de banca privada, el único a verse parcialmente afectado por los cambios propuestos, no alcanza ni tan siquiera el 0.5% del PIB, lo que hace más evidente que los temores de quienes se oponen a la medida se fundamentan en el interés de proteger sus negocios personales, y no en el legítimo interés de los panameños de ver consolidado nuestro porvenir económico.