Asamblea Nacional, seguro refugio de arribistas y holgazanes

Generalizar y calificar a todos los diputados de oportunistas no es la intención de esta columna. Pero tiene mayor peso en la balanza popular el que llegar a esa posición de “padres de la patria” ha sido a base de papelillos aprendidos del manoseado manual de cómo vivir de la teta del Estado, obteniendo privilegios celestiales por encima de los demás mortales.

Me agrada consultar con ciudadanos de gran experiencia aprendida en la vida política nacional que, con claridad meridiana, me han dado luces sobre ciertas inquietudes que me calientan mis agotadas neuronas. Roberto Eisenmann, Jr. es uno mis principales personajes y tenemos contacto en Twitter. Desde esa tribuna internacional mantenemos comunicación directa sobre temas nacionales, así como de viajes espaciales y cacería de corruptos.

Bobby es de la opinión que la Asamblea Nacional no desea ni pretende cambiar por el momento, como tampoco deshacerse de sus privilegios. Yo agrego que el afán primordial de los diputados es blindarse contra futuras acusaciones en mancuerna con la Corte Suprema de Justicia. Es lo que percibo y en eso no hay vuelta de hoja.

Las oportunidades abundan para que la Asamblea brille con luz propia y con hombres y mujeres de talento que, al ocupar tan importante trabajo, se desprendan de privilegios que el pueblo odia y rechaza.

Pero esa esperanza solo podrá realizarse en la otra vida, porque las cosas no cambiarán en la vida terrenal, del hoy por hoy. Ese pesimismo es unánime, entre el clamor popular, y se debe a la experiencia de ver a políticos implorando votos para tener acceso al pastel estatal.

Preguntas para los “padres de la patria”: ¿Cuándo estarían dispuestos a renunciar a los privilegios? ¿Pretenden reelegirse hasta el día del juicio final? ¿Están dispuestos a rechazar sobornos de los poderosos?

El bozal es visible porque, como dice Bobby, ninguno tiene interés en que las cosas cambien.

Pido disculpas al lector de esta columna de opinión por lo filoso de mis palabras, pero así es mi naturaleza y mis habituales compañeros de ruta son la verdad y la lógica.

Los comentarios están cerrados.