Al Final … Todos Somos Iguales:
“La soberbia es una discapacidad que suele afectar a pobres infelices mortales, que se encuentran de golpe con una miserable cuota de poder”, José de San Martín.
A pesar que durante los últimos años, la integración activa de las personas con discapacidad a la sociedad se ha constituido como una de las mayores preocupaciones que hay en el mundo, en Panamá ellos carecen de las oportunidades que tiene la población en general.
Actualmente 650 millones de personas con discapacidad –alrededor del 10% de la población mundial– carecen de las oportunidades y beneficios que tiene la población en general.
Mientras nos cuestionamos por qué hay un alto porcentaje de discriminación o rechazo contra el ciudadano que vive con alguna discapacidad, muchos de ellos se preguntan exactamente lo mismo. Por ello, quisimos escuchar a Anita Correa, quien al ser una joven, como nosotros, se ha esforzado por tener las mismas oportunidades al demostrar su emprendimiento profesional en la radio. “Búscame por ser buena en lo que hago, no por lástima”, así comentó la estudiante de comunicación social, quien –muy feliz– manifestó que ella, como muchos, no quisiera ser llamada “especial”, sino recordada como una persona con “diferentes cualidades”.
Según un estudio publicado por las Naciones Unidas, los discapacitados sufren tasas más altas de desempleo que el resto de la población en casi todos los países, aunque tienen todo el potencial profesional, la gama de conocimientos, habilidades y talentos. Además, el rendimiento en el trabajo de las personas con discapacidad es igual, si no mayor. Por esto, como país subdesarrollado que somos, no nos alejamos de la realidad mundial al tener uno de los mayores desafíos por cumplir: la educación ciudadana. Es necesario que los padres de esta generación instruyan, desde temprana edad, a sus niños a compartir con todos sus compañeros de escuela, aunque estén en una silla de rueda o hablen diferente a ellos. “La educación comienza en el hogar, y el ambiente donde te desenvuelves, comienza por nosotros mismos”, añadió Ana. Nuestro entorno puede influir significativamente, por eso, los niños pueden desarrollar complejos e inseguridades que, a largo plazo, se convierten en barreras para su superación e independencia.
Así mismo, la construcción de las obras e infraestructuras en el país, al no ser prioridad ni suficiente interés para el Gobierno, son un obstáculo para las mil 200 personas que tienen condiciones motoras reducidas. Muchos ciudadanos hacen un llamado de atención, porque ni el transporte ni las calles tienen las medidas correctas para el uso cómodo de todos los usuarios. “Si el Metro funcionara, yo no estuviera en casa; el elevador es oscuro y nadie –el personal– está pendiente”, añadió Anita.
Según la Secretaría Nacional de Discapacidad, hay un total de mil 473 personas con los diferentes casos de discapacidades, entre ellas: intelectual, auditiva, visual, física, psiquiátrica, múltiples y órganos y sistemas.
Por su parte, el Banco Mundial llegó a la conclusión de que el costo es mínimo cuando estos elementos se incorporan en el momento de la construcción; quiere decir que se ha demostrado que para hacer accesibles los servicios básicos basta con añadir menos del 1% a los costos de construcción.
Debemos reconocer que a partir de la administración de gobierno del presidente Martín Torrijos se comenzó a tomar más conciencia y aceptación a las personas con diferentes discapacidades; así mismo, como jóvenes preocupados por la igualdad y oportunidades de todos, sería ideal comprometerse a apoyar al Estado actual, quien debería promover y fortalecer más el diseño de políticas públicas, basadas fundamentalmente en los derechos de las personas con discapacidad gestionando su integración como ciudadanos del país, miembros de una familia y comunidad. Hoy es una nueva ocasión para comenzar a brindar una mano a todo aquel que la necesite; como parte de esta generación creamos en nosotros mismos, como seres diferentes, para aprender y transmitir nuestros valores y principios a todas las personas que carecen de ellos. Reforcemos la igualdad y el compromiso, para así tomar de forma silenciosa, las riendas de nuestro Panamá.