La fianza que ilusionó a Martinelli por unas horas
Un gran sabor amargo dejó a Ricardo Martinelli, sus abogados y seguidores, la inesperada e inédita reconsideración de la jueza Marcia Cooke, quien suspendió ayer la fianza que le había otorgado el día anterior.
En pocas horas, la defensa de Martinelli vio cómo el panorama le cambió de regocijo a fastidio. Estaba incrédula ante el nuevo criterio legal de la jueza que antes había favorecido con una medida de detención domiciliaria. Sin duda, un dictamen que afectará a su cliente, física y emocionalmente, y que tal vez provoque un cambio en la estrategia legal empleada.
Ayer a las tres de la tarde, hora de Miami, Sidney Sittón abogado del expresidente, se acercó a la Prisión Federal de Miami, donde permanece detenido su cliente desde hace ocho meses, para conversar sobre un acto de la Corte ‘jamás visto’.
La jueza Cooke revirtió su decisión tras sopesar la moción de emergencia que presentó la Fiscalía que pretendía, como en efecto ocurrió, la suspensión de la fianza de $1 millón concedida a Martinelli.
Entre los factores que enumeró la Fiscalía para suspender la fianza está el fácil acceso a su avión privado, lo que eleva el riesgo de fuga que ninguna cantidad de dinero puede reparar, destaca.
El recurso en el que explicó Cooke la suspensión de la medida sostiene que existe mérito para que la Fiscalía pueda ganar la apelación, en caso de que el equipo de abogados de Martinelli la presente ante la Corte de Apelaciones del Tribunal Federal de Atlanta.
También consideró que existe riesgo de fuga y revirtió la libertad condicional con la que había beneficiado a Martinelli tan solo unas horas antes.
CRONOLOGÍA DE MENSAJES
Una serie de tuits se publicaron en el intervalo entre la fianza y la revocatoria
La Corte considera cuatro factores al decidir si emite una suspensión de la fianza al recibir una apelación: si los méritos del aplicante son lo suficientemente fuertes como para tener éxito; si existe un daño irreparable (esto en caso de fuga); si la emisión de la suspensión lastimaría sustancialmente a la otra parte interesada en el proceso, y por último, dónde recae el interés público.
Según Cooke, los primeros dos factores son los más críticos. ‘En una extrema precaución, veo que por encima de todo, los factores pesan en favor de que permanezca en prisión hasta que se resuelva la apelación efectuada por la defensa en Atlanta’.
La jueza considera que la Fiscalía podría tener éxito en ganar la apelación de la defensa de Martinelli en Atlanta, considerando que dos cortes han decidido en forma distinta el tema de la fianza. ‘Ante mi intento de otorgar fianza, que consistía en un paquete que negara cualquier riesgo de fuga, entiendo que causaría un daño irreparable a la Fiscalía si se otorgara esta fianza al peticionario y luego fuera imposible extraditarlo. Este posible daño a la Fiscalía pesa más, ya que Martinelli se encuentra en custodia y permanecería el mismo statu quo’, se lee en la revocatoria de la jueza.
Si la defensa decide apelar el último fallo de Cooke, deberá hacerlo ante el Tribunal de Atlanta, donde ya interpuso una apelación a la decisión de la misma jueza en confirmar el criterio del juez Edwin Torres, quien certificó el 31 de agosto pasado la extradición del exmandatario a Panamá. La diferencia es que este último recurso podría demorar menos tiempo en resolverse que el primero, por su condición de detenido.
Finalmente, la jueza consideró el interés público que pesa en este caso, en el que Estados Unidos está interesado en cumplir el tratado de extradición bilateral.
La medida de la jueza se mantiene hasta que la Corte de Apelaciones de Atlanta decida la apelación que interpondrá la defensa del exmandatario sobre la revocatoria de la fianza. Martinelli aún puede decidir un retorno voluntario a su país natal sin necesidad de esperar la resolución de todos los recursos legales pendientes.
EL RETORNO A LA MANSIÓN QUE QUEDÓ EN ESPEJISMO
El 13 de febrero de 2018, en un escrito de tres páginas, la jueza Marcia Cooke había otorgado una fianza a Ricardo Martinelli, exmandatario panameño que espera un proceso de extradición a su país para responder ante la Corte Suprema de Justicia por el supuesto delito de intervención telefónica sin una orden judicial, además de dos cargos por peculado.
La aprobación del recurso que había solicitado la defensa del exmandatario fue motivo de gran alegría, pues había sido negado en varias ocasiones por el juez Edwin Torres, quien firmó la extradición de Martinelli en agosto de 2017.
Uno de los temas más cuestionados en este aspecto era el riesgo de fuga que podía representar una fianza, tomando en cuenta que el expresidente es un hombre muy acaudalado, con acceso a medios propios de transporte y buenas relaciones internacionales.
Sin embargo, en un principio, al parecer Cooke se convenció de que la libertad bajo fianza al peticionario no representaría ningún riesgo bajo las condiciones estipuladas: brazalete electrónico, guardias fuera de la casa para su vigilancia, prohibición de acercarse a cualquier sitio que pudiera significar una posibilidad de fuga -como la parte posterior de su residencia, donde hay una marina para aparcar yates-.
‘El mínimo abuso de cualquiera de estas medidas’ provocaría que se le revoque la fianza, decía el abogado Francisco Carreira, litigante en Estados Unidos. Lo único que no había quedado establecido en la ahora extinta fianza era si Martinelli podría recibir visitas en casa, con qué frecuencia y en qué cantidad.
Adelita Coriat