Panamá pierde soberanía ante la OFAC, dicen abogados

La misiva que este jueves envió la Cancillería por valija diplomática a la Oficina de Control de Activos Extranjeros del Departamento del Tesoro de Estados Unidos, en la que solicita a su director, John Smith, considerar la propuesta del empresario Abdul Waked y reconsiderar el una nueva licencia de operación para los diarios El Siglo y La Estrella de Panamá , tomará dos o tres días en llegar a su destino.

La carta que se envía físicamente tal vez no tenga los resultados que espera la Cancillería. Diversas fuentes con experiencia diplomática advierten que el documento debió estar dirigido al par de la Cancillería en ese país, tal como lo dictan las reglas en esta materia; es decir, al Departamento de Estado y no a la OFAC, como se hizo.

LA CARTA Y LA OFAC

El 13 de julio venció la extensión de la licencia de OFAC

La Cancillería envió por valija diplomática una misiva al director de OFAC en la que solicita reconsiderar la negación de la extensión de la licencia y una propuesta efectuada por Abdul Waked, accionista mayoritario de GESE. La carta se envió el jueves.

Además, la misiva con fecha del 13 de julio del corriente mes , día en que se venció la extensión de la licencia de la OFAC a los periódicos, debió enviarse en español y no en inglés, idioma en que escribió la canciller, según indicó Guillermo Cochez, exembajador de Panamá ante al Organización de Estados Americanos.

Cochez explica que en diplomacia los canales de comunicación se realizan de par a par. Pone como ejemplo la solicitud de extradición del expresidente Ricardo Martinelli, que en vez de enviarse directamente al Departamento de Justicia, la Cancillería la presentó a través del Departamento de Estado. De Ejecutivo a Ejecutivo, precisó.

‘La gente de OFAC no hará caso a esa carta, tal vez la echarán para atrás y le pedirán a la canciller que la corrija y la envíe por la vía correcta’, manifestó Cochez.

Y añadió que ‘mientras no le demuestren a Waked, principal accionista del medio, que no ha cometido algún delito en Estados Unidos, el Gobierno panameño debe protegerlo. ‘Que le levanten las restricciones o le muestren las pruebas de las acusaciones. Ya ha pasado más de un año, le podrían haber levantado cargos, pero no se pueden conocer las acusaciones en su contra, eso es contrario a derecho’, expresó.

‘Para mí, añade Cochez, la carta es una forma de decir que el Gobierno de Panamá sí hizo algo, pero a mi juicio no hizo nada’.

Por su parte, el exembajador de Panamá en Washington Eloy Alfaro reiteró que ‘esa nota no tiene validez alguna por no haberse referido a sus pares’.

Adolfo Linares, abogado de experiencia internacional, calificó la carta como una ‘vergüenza nacional’. ‘No hay otra forma de describirla’, reflexiona. A su criterio, la nota refleja a la perfección el gran complejo de inferioridad que tenemos como nación y reitera que el idioma oficial de Panamá es el español y por lo tanto, toda nota oficial que ‘emita nuestro Gobierno debe ser escrita en nuestro idioma, sobre todo si va dirigida a un funcionario de otro país’.

Linares coincide en que la canciller, al ser ministra de Estado y vicepresidenta de la República, solo debe dirigirse o reunirse oficialmente con funcionarios de su misma jerarquía, siguiendo el principio de la igualdad jurídica de los estados. Por esta misma razón, entre otras más, nunca veremos al presidente Donald Trump, a su vicepresidente o a su secretario de Estado, visitando al director de recursos humanos de cualquier ministerio o autoridad gubernamental u otro funcionario que no sea de jerarquía equivalente.

‘Con el mayor de los respetos, se recomienda que envíe la nota a su par; además, el nivel de pleitesía que demuestra esa carta no está a la altura del cargo de la canciller. Lo digo con mucho dolor, porque la conozco y le tengo mucho aprecio. Si esto no ha derramado la gota del vaso, a la sociedad panameña se le ha olvidado nuestra panameñidad’, puntualiza Linares.

Desde el 5 de mayo de 2016, cuando el Departamento del Tesoro de EE.UU. incluyó en la ‘Lista Clinton’ a Abdul Waked por supuesta vinculación con el blanqueo de capitales procedentes del narcotráfico, La Estrella de Panamá y su periódico hermano El Siglo sortean restricciones que limitan su fundamental trabajo.

Adelita Coriat

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