Poca esperanza en la decisión de la Corte Suprema
Mientras los magistrados de la Corte Suprema de Justicia se preparaban, ayer, para debatir hoy si acogen o no la solicitud del fiscal Harry Díaz, de ordenar la detención del diputado al Parlacen, Ricardo Martinelli, éste envió una nota en la que advirtió: ‘no me inclinaré ante el verdugo'.
En clara alusión a las autoridades judiciales que, a su juicio, actúan siguiendo órdenes del Órgano Ejecutivo, el expresidente de la República, hoy autoexiliado en Miami, tiene pocas esperanzas en la audiencia que debe desarrollarse en horas de la tarde, hoy, en una de las salas del máximo tribunal de justicia del país.
CORTE BAJO VIGILANCIA
Desde la semana pasada, la Corte Suprema de Justicia solicitó las medidas de seguridad en los predios de su sede. Pidió de manera formal el apoyo a la Policía Nacional, ante el temor de que puedan registrarse actos de protesta que generen violencia en los predios del Palacio Gil Ponce, sede la Corte Suprema.
Previamente, la Corte había informado que algunas de las víctimas del delito que se imputa a Martinelli, procesado por escuchas telefónicas ilegales durante su mandato (2009-2014), habían denunciado ser víctimas de persecución y amenazas de parte de desconocidos.
En tanto, miembros de Cambio Democrático (CD), partido político que preside Martinelli, circularon durante todo el fin de semana una serie de mensajes por las redes sociales en los que se convoca a la membresía a presentarse hoy ante las inmediaciones de la Corte.
En las convocatorias, se pide apoyar al máximo líder de su partido (Ricardo Martinelli), con el objetivo de que las autoridades de justicia ‘cesen la persecución política y se respete el debido proceso'.
‘VENGANZA JUDICIAL'
‘Se ordenará mi detención', adelantó ayer Martinelli en la nota de una página y media en la que dice que es víctima de un ‘absurdo plan de venganza'.
Según el expresidente de Panamá, hoy es víctima de un ‘absurdo plan de venganza que ejecutan sectores tradicionalistas de la política nacional, que según su versión, pretenden vengarse de él porque no accedió a las pretensiones de convertir las aspiraciones personales en la prioridad de su gobierno.
En la nota enviada ayer, Martinelli hizo un recuento de lo que, dice, fueron sus principales obras, tales como la transformación del transporte con el Metro, además de otros programas, entre ellos la disminución de la pobreza y de la deserción escolar.
‘Era muy consciente', dice Martinelli, que estos sectores del ‘tradicionalismo político' harían lo posible por impedir sus planes de justicia social y por eso la venganza que han emprendido hoy.
PINCHAZOS TELEFÓNICOS
El expresidente Martinelli es procesado por la Corte Suprema con el Código Procesal Penal (como diputado del Parlacen) por los pinchazos telefónicos o el delito de inviolabilidad del secreto y el derecho a la intimidad, delito contra la administración pública y diferentes formas de peculado.
Todos perpetrados, supuestamente, en el periodo que estuvo al frente del Consejo de Seguridad.
Por estas causas, el exmandatario podría enfrentar una condena de hasta 21 años de cárcel, como lo ha solicitado el fiscal de la causa, el magistrado Harry Díaz.
Aunque producto de la investigación se ha revelado que unas 150 personas fueron víctimas de las escuchas telefónicas sin autorización, el fiscal de la causa insistió, el pasado viernes en una nota enviada al resto de los magistrados de la Corte Suprema, que solamente seis de estas personas, por medio de sus respectivos apoderados legales, decidieron adherirse al proceso que los ocupa.
Se trata del periodista Rubén Polanco; los políticos Balbina Herrera Araúz, Mitchell Doens, Juan Carlos Navarro, todos miembros del Partido Revolucionario Democrático.
También se sumaron a la causa como querellantes el dirigente sindical Mauro Zúñiga y el abogado Rosendo Rivera.
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JUICIO POR PINCHAZOS
La Corte Suprema de Justicia proceso a Ricardo Martinelli
En la audiencia de hoy se define si se ordena conducir al expresidente.
La fiscalía pidió una condena de 21 años por las escuchas telefónicas.