Democracia: más de lo mismo
Este artículo es dedicado a la memoria de quien fuera mi buen amigo, Jorge Luis Quirós Ponce, Ph.D. Deseo dedicar estas reflexiones, similares en gran medida a las muchas que compartí con ese panameño ejemplar, quien fuera verdadero modelo de virtudes cívicas. Y digo ‘más de lo mismo ' porque ambos formamos parte de un selecto grupo que estuvo reuniéndose por meses, precisamente para explorar fórmulas de superación de nuestra realidad política.
Esta tarea resulta impostergable para ciudadanos de distintas generaciones, verdaderamente preocupados por el futuro desenvolvimiento de una verdadera Democracia. Requerimos, con urgencia, de serios encuentros de los líderes políticos y cívicos; pero dentro del espíritu de que nos habla el Dr. Gregorio Marañón, cuando se refería a una aleccionadora experiencia en el Cantábrico Español. Me refiero a las citas que se daban en el verano Benito Pérez Galdós, canario y liberal, y José María Pereda, conservador y santanderino. A esos dos grandes novelistas solía acompañarlos don Marcelino Menéndez y Pelayo, a quien Marañón consideró siempre un verdadero genio. ¡Ah!, pero edificante ejemplo de respeto, tolerancia y hasta admiración mutua.
Esto se impone en una sociedad como la nuestra, similar al respecto, a la que aludía Confucio 550 años antes de Cristo, en la que parecemos ‘seguir sin Ley y sin clara dirección política desde hace muchos años '. Consciente e inconscientemente hemos respetado muy poco la Constitución y la Ley, a la vez que hemos tolerado el ‘Terrorismo judicial ', del cual no pocos hemos sido víctimas. Se impone, pues, considerar el anverso y reverso político/económico de la Libertad y la Democracia.
Desde la última década del Siglo XX, la ‘implosión ' del modelo marxista-leninista-estalinista ha coincidido en China, por ej., con el abandono de El Capital como texto semisagrado. Mientras en la ex Unión Soviética tal modelo hizo crisis, desde las denuncias formuladas por Khrushchev en 1956, hasta su desplome como consecuencia de la caída del Muro de Berlín en Alemania.
No deja de resultar peligroso que, durante esas mismas décadas en América Latina, unos pocos intelectuales se han apegado a un caciquismo en que algunos jefes de Estado pretenden mantenerse indefinidamente en el Poder.
Pero es que nuestros problemas endémicos tienen raíces que anteceden a nuestras independencias. A este tema he dedicado mi libro Los Estados Unidos del Norte y los Desunidos del Sur (Paralelismo Histórico y Lecciones en Teoría Política) .
Recientemente, en el norte de Europa, el llamado Estado Benefactor ( Wellfare , en inglés) ha requerido revisión. Mientras que en EUA un candidato a la presidencia ha propuesto un socialismo democrático, de corte escandinavo. Por ello, el senador Bernie Sanders ha sido visto más como una idea, que como una persona.
Recuerdo que durante un Foro de la Democracia Latinoamericana celebrado en México, el expresidente chileno Ricardo Lagos predicaba que ‘la Democracia es un proceso… un quehacer permanente '. Esto nos parece un gran acierto, puesto que la Democracia es un ideal, tal como la sabiduría y la justicia.
Para ahondar en el tema de las diferencias raizales entre los Estados Unidos del Norte y los Desunidos del Sur, me parece indispensable recomendar las observaciones de Alexis de Tocqueville, en su libro La Democracia en América , al igual que los dos tomos de Lord Bryce titulados The American Commonwealth .
Para nosotros los latinoamericanos, tal vez aún más importante que los comentarios de Tocqueville y Bryce son las reveladoras observaciones del general Francisco de Miranda. El había recorrido también los entonces recientemente establecidos EUA en 1783, al renunciar al ejército español para abrazar la causa de la independencia de Hispanoamérica.
Las limitaciones de espacio de un artículo periodístico me impiden enumerar siquiera esas interesantísimas y diversas observaciones del general Miranda, Tocqueville y Bryce, las cuales pueden encontrarse fielmente reproducidas en mi libro antes mencionado.