El caso de Panamá:
Mucho se ha comentado en Panamá y en el mundo con relación al lavado de dinero. Pero lo que extraña es el silencio cómplice de altos funcionarios, de algunas firmas de abogados, de muchos gerentes de bancos, de altos ejecutivos de empresas y negocios importantes del país, que sabían que se estaban utilizando sociedades offshore y establecimientos comerciales en el aeropuerto de Tocumen para encubrir una serie de operaciones turbias, provenientes del narcotráfico.
Algunos países principalmente Estados Unidos ahora se escandalizan de que empresas importantes en Panamá estuviesen lavando grandes sumas de dinero sucio y que una firma de abogados, con ramificaciones en el mundo a través de sociedades anónimas había creado una red de operaciones ilícitas, por lo que cabe preguntar: ¿Por qué ves la paja en el ojo de tu hermano y no ves la viga que tienes en el tuyo? Y digo esto porque se sabe que en su propio territorio existen muchos paraísos fiscales, en los que un grupo de familias poderosas son las que controlan la economía del país, en beneficio propio. Un presidente fue asesinado porque quiso poner las cosas en su lugar.
Y como la soga siempre revienta por lo más delgado, quienes probablemente se verán afectados, a causa de este escándalo, serán los trabajadores de algunas de estas empresas, mientras que los responsables de todo ni siquiera van a dar a la cárcel; utilizarán por medio de sus abogados toda clase de recursos dilatorios para entorpecer la acción de la justicia.
Ahora se sabe que no es la primera vez que la firma de abogados Mossack Fonseca ha sido sancionada en algunos países principalmente en Islas Vírgenes por no haber observado los requisitos mínimos de la debida diligencia, ni los controles adecuados para prevenir ciertos delitos, por lo que no cabe la excusa de que “yo no lo sabía”. Y ahí es donde yo pienso que el brazo de la justicia se ha quedado corto, porque cuando se trata del hijo de Petra, que se roba una gallina, las autoridades, ni cortas ni perezosas, lo meten en la cárcel. Esto me hace pensar que la justicia en Panamá tiene dos vías: Una para los poderosos y la otra para los que no cuentan con recursos suficientes para defenderse.
Según un editorial del New York Times: “Con más de 14 mil clientes a nivel mundial y más de 214 mil entidades offshore, Mossak Fonseca, la firma de abogados panameña, cuyos documentos internos han sido revelados, insiste piadosamente en que no ha violado ninguna ley ética. Pero quedan las siguientes preguntas: ¿Cómo pudieron todos estos políticos, dictadores, criminales, multimillonarios y celebridades acumular vastas fortunas para luego beneficiarse a través de complejas redes de sociedades opacas para ocultar sus identidades y haberes? Nada hubiera pasado si no hubiera habido filtración”. Y esto no ha sido nada nuevo, ya ha habido antecedentes de corrupción, evasión de impuestos y blanqueo de capitales a través de estos sistemas.