Participación en la Comisión Nacional de Reformas Electorales

La Comisión Nacional de Reformas Electorales (CNRE) se creó para que se modifiquen aquellas normativas imperfectas o conflictivas, después de cada proceso electoral. El procedimiento es tradicional, en una mesa de trabajo se reúnen representantes de los partidos políticos, del Tribunal Electoral y de la sociedad civil, y discuten sobre aquello bueno, malo y feo que ocurrió en las elecciones generales anteriores y cómo podría ser mejorado.

En ese sentido, no existía una representación de la juventud independiente, por lo que el Tribunal Electoral (TE) extendió la invitación y así nació el Foro de las Juventudes, conformado por distintas organizaciones de distinto pensamiento político, estudiantiles, en fin… de todo un poco. Si bien esta representación de jóvenes no cuenta con voto en las sesiones de la CNRE, sí tiene voz, lo que les ha abierto un espacio importante.

Desde enero de 2015, y en conjunto con la CNRE, el Foro de las Juventudes ha ido desarrollando propuestas sobre lo que “debe ser” un proceso electoral democrático y efectivo. Hemos defendido algunas y puesto presión contra otras. En definitiva, han sido muchos los temas tratados a lo largo de este año de reformas, pero resaltan por su interés: el financiamiento electoral, el porcentaje de inscripción para candidatos independientes y el fuero electoral.

El Foro de las Juventudes propuso cambios radicales con el fin de que quede sobre la mesa el camino que, a nuestro juicio, es el más transparente para el proceso electoral. Sin ningún tipo de alineación política hemos presentado iniciativas que, como mencioné, no siempre fueron acogidas con mucho entusiasmo.

¡Enhorabuena! Ha habido avance. Podemos destacar que se bajó el porcentaje de 4% a 2% para inscribir nuevos partidos políticos y para que estos subsistan después de las elecciones; se prohibió que los candidatos se postulen a más de un cargo de elección popular; se redujo el tiempo de campaña: ahora será de tres meses para las primarias y dos meses para las elecciones generales; además, se incluyó que todo servidor público que quiera optar por un puesto de elección popular debe renunciar a su cargo por lo menos seis meses antes. Las primarias de los partidos serán llevadas a cabo por el TE y se velará porque los debates presidenciales y las encuestas sean confiables, con el fin de no engañar al electorado.

Tenemos ciertos desperfectos que podríamos atribuir a los múltiples intereses que conforman este proceso de reforma, por ejemplo, que se mantiene el fuero penal electoral, y se cuenta ahora con un financiamiento público excesivo, lo que lleva a un subsidio –enorme–. Además, seguimos contando con muchas barreras para que los candidatos independientes aspiren a un puesto de elección popular, y las postulaciones para los diputados al Parlamento Centroamericano siguen siendo exclusivas para los partidos políticos.

Este proceso de reformas contiene en sí gran importancia al fortalecer el proceso electoral para hacerlo más transparente, efectivo y justo. Por ese motivo, es menester y nuestro trabajo involucrarnos, formar parte. Hay que debatir, brindar ideas, discutirlas, cuestionar. Hay que recordar que la silla está ahí, y si las personas con intereses legítimos en mejorar la patria no la toman, aquellos otros con intereses menos loables lo harán.

No es necesario estar detrás de la bandera de un partido político o de una organización constituida de sociedad civil para participar y estar al tanto de este proceso de modificación electoral. No es sencillo, pero vale la pena el esfuerzo.

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