Alternativas políticas en el PRD
El Partido Revolucionario Democrático (PRD) fue creado como instrumento de intermediación ideológica entre la sociedad civil y los cuarteles. Fue un espacio para cooptar a los cuadros políticos que esa agrupación requería en su relevo generacional. Por haber sido creación de Omar Torrijos y colaboradores cercanos, el PRD tenía que mantener un perfil socialdemócrata cónsono con el populismo que vivían las sociedades latinoamericanas. Los distintos frentes con alto nivel de organización que había a lo interno de este colectivo, le permitieron un arraigo significativo de masas, incluso en los peores momentos de la crisis política de la década de 1980.
Sin embargo, el PRD tras la apertura democrática posinvasión entró en el juego de la “democracia burguesa” impuesta en todos los países de América. Probó las mieles del poder y entró en la nefasta práctica del clientelismo político. Fue con Ernesto Pérez Balladares que se reedita esta práctica del discurso popular abstracto. En su gestión se aplicaron medidas neoliberales que afectaron la calidad de vida del pueblo. El PRD cosecha ahora lo que el liberalismo vivió como producto de su descomposición política y de la mala conducción en su gestión pública. La práctica de una línea electorera y la ausencia de relevo de cuadros ideológicos llevó al PRD a una crisis que puede superar si algún movimiento de rescate decide llevarlo hacia un rumbo más seguro.
Hay algunas propuestas de método y transformación para reflotar al partido:
1. En primer lugar, el PRD necesita figuras frescas, con compromisos, sobre todo, a largo plazo. No necesita líderes controversiales que digan ser torrijistas, pero en realidad juegan un doble papel que fortalece la división y favorece intereses ajenos al colectivo. Tampoco necesita de líderes sin formación, maleables a cualquier oferta corruptora.
2. El PRD necesita llamar, con urgencia, a un congreso general ordinario, que renueve su directiva por un verdadero consenso que aglutine a todas las fuerzas internas. Da la impresión de que este es un partido sin línea política y mucho mal le ha hecho dirimir sus problemas internos en los medios de comunicación. De no haber consenso para un nuevo CEN, sin el estigma de ciertos sectores electoreros que a lo interno tienen gran arraigo, existe la alternativa de la fisura, es decir, de una nueva corriente que refunde el partido, quizás con otro nombre, pero que se aparte de la línea por la que lo han llevado sus “seudodirigentes” y nuevos ricos que hicieron su fortuna en nombre de un proceso que buscaba el beneficio de los sectores más vulnerables, no de unos cuantos “juega vivo”.
El partido tiene la suficiente cuota para refundarlo, incluso con movimientos de corte popular. ¿Por qué acercarse a otras fuerzas de carácter socialdemócrata? El PRD y todos los partidos deben superar el discurso de “oposición contra gobierno”. Panamá necesita ofertas distintas para la solución de problemas puntuales como el desempleo, la salud y el alto costo de las viviendas. Si esto requiere que los colectivos políticos y la sociedad civil se unan, bienvenido sea, por el bienestar de todos los panameños.