Nos traicionaron

La reciente reelección del magistrado presidente de la Corte Suprema de Justicia dejó en la boca de los panameños un sabor amargo. Y es que el magistrado con mayor número de denuncias y serios señalamientos en su contra vuelve a ocupar el máximo cargo en el Judicial. La sorpresa no fue la reelección de José Ayú Prado, sino quién lo propuso y quiénes lo respaldaron: los dos nuevos magistrados designados por el actual Ejecutivo. La reelección de Ayú Prado no tiene que entenderse de otra manera que producto del cálculo político, de la mancuerna, de la componenda y de la subordinación de un órgano del Estado sobre otro. Pero la lectura más acertada es, quizás, la de que no se quiere cambiar ni un ápice del actual estatus de la justicia. >p< Lo lamentable de esto es que la responsabilidad de esta reelección y el mensaje negativo que envió a la sociedad recaen totalmente sobre el presidente Juan Carlos Varela. Da tristeza, pues es otra esperanza que se esfuma, porque creíamos que la lucha contra la corrupción era en serio. Hoy sabemos que es pura palabrería, pura politiquería y pura demagogia… Empero, a pesar de este revés y de lo traicionados que nos sintamos, la sociedad panameña sigue luchando, sigue con el norte de que en algún momento, más temprano que tarde, la justicia realmente será imparcial y equilibrada, ejercida en un Estado donde no haya fueros ni privilegios y sí igualdad para todos.

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