¡Volvamos a la decencia… por Panamá
Escribí este lema para una campaña que me encomendaron los clubes cívicos de Chiriquí, bajo el liderazgo de los rotarios chiricanos, al iniciar el período presidencial el presidente Guillermo Endara G., después de la pesadilla que terminó el gobierno militar, con las mejores intenciones de Omar Torrijos Herrera y el deterioro y corrupción de Manuel Antonio Noriega.
Se trataba de varios mensajes. Uno en que el doctor Carlos Iván Zúñiga y su esposa Sidia Candanedo hablaban de lo que era la honestidad y de su importancia en el manejo de bienes públicos (ellos podían ser modelos a seguir en ese aspecto). Otro de los peloteritos de Chiriquí que impelían a los jóvenes a rechazar las drogas, las coimas y a denunciar valientemente a los traficantes en sus barrios. Había otra en que se hablaba de los buenos modales en la convivencia diaria, el respeto a los ancianos y los niños, la mediación y el rechazo a la violencia en los conflictos cotidianos; la correcta disposición de los desechos y basura, por el amor propio de no vivir en barriadas llenas de pestilencia, la inclusión y el respeto por los valores tradicionales. Al Final, un grupo de jóvenes o adultos gritaba: ‘¡Volvamos a la decencia… por Panamá!' Los personajes fueron estudiantes, obreros,deportistas, gente sencilla o grandes intelectuales y personalidades. Todos al unísono con la intención de devolverle a Panamá, lo que había sido.
Actualmente, para el 2016, me gustaría que retomemos esta campaña, actualizándola para combatir tantos males y desafueros, desvíos de conducta y sobre todo esta crueldad e indiferencia que se aprecia en el trato cotidiano, en las calles y familias.
Ojalá… a) Los taxistas tomaran conciencia de que son un servicio, no una ‘amenaza amarilla' al igual que los metrobuses y camiones gigantes, los cuales se desbocan contra todo el que se le atraviesa, peatón o carro; con pitazos estridentes innecesarios, gritos y groserías inauditas; como poseídos por fuerzas demoníacas, que los hacen acelerar, cuando alguien cruza la calle frente a ellos; como si desearan atropellarlos, en vez de ceder el paso. Una actitud que les es totalmente desconocida (por supuesto, los hay que son amables y conscientes), pero la mayoría vive en un estado visceral de amargura, que no se ve en ninguna otra ciudad civilizada del mundo.
B) Que la Alcaldía liderara una campaña de educación al ciudadano, como se ve en México, Buenos Aires, Bogotá o en Santiago de Chile. Invitando a las Cámaras y Gremios de empresarios, iglesias, sindicatos, cooperativas clubes cívicos, medios de comunicación, Autoridad del Canal de Panamá (ACP). Amén del ente de Responsabilidad Social de las Empresas, liderado por don Stanley Motta, quienes además de nobles ayudas a escuelitas pobres, haga verdaderas campañas educativas vecinales para cambiar patrones de conductas indeseables, distorsionadas y peligrosas para el futuro de nuestro país. Utilicen las paredes de las estaciones del metro, de los metrobuses, vallas, paredes de edificios públicos o áreas residenciales, apelando al sentido de auto respeto: ‘Aquí botamos la basura en su lugar"… "Somos un barrio humilde, pero de gente con dignidad'. Se necesita incluir a los medios de comunicación y también conseguir patrocinio para anuncios en la prensa, radio, televisión y las redes sociales.
C) Que los establecimientos de comida rápida, para llevar en sus empaques y bolsas, las latas de cerveza y soda, incluyeran anuncios impresos como ‘¡No ensucies las calles después de haber comido o bebido este delicioso producto!', etc. Algún creativo les puede hacer lemas útiles prácticos, pero no fútiles o en rimas idiotas como: ‘Si la botas, se nota'. Apelen a la acción, al sentido de responsabilidad, al amor propio y a los sentimientos agradables de ser ciudadanos decentes, modelos a seguir y no patanes o vulgares trogloditas.
En Japón, a los niños se les enseña, desde la escuela primaria, a dirimir sus conflictos con mediación ganar-ganar. Eso es educar a largo plazo, y nuestro Ministerio de Educación (MEDUCA) ni siquiera quiere abordar la educación sexual o la educación vial (respeto por las luces de los semáforos). El Ministerio de Desarrollo Social (MIDES) poco hace para disminuir la violencia intrafamiliar. SERTV, no educa, pues cree que necesita competir con las televisoras comerciales para entretener. Y, el Instituto Nacional de Cultura (INAC), inexistente… museos, identidad nacional, documentos, arte y cultura en la vacuidad. ¿Cuál es la razón de existir de estas entidades? ¿Soy un idealista?… ¿Un iluso? ¡No estoy buscando trabajo, pero si me llaman, cuenten con mi apoyo incondicional Ad honorem! En el gobierno de Aristides y Adela de Royo, se hicieron montones de campañas educativas.
Antes de que sea demasiado tarde, hagamos algo, pronto, para aliviar la hostilidad de esta ciudad y la descomposición social de este país… ¡Por Panamá!