El legado de un magistrado
Este próximo 31 termina su presencia en la Corte Suprema de Justicia el ciudadano de Bocas del Toro, Harley James Mitchell Dale, prestigioso miembro del Foro Nacional. Como despedida de su ilustre carrera como funcionario público, el pasado 16 en el Colegio Nacional de Abogados presentó su libro Perfiles de Liderazgo, que compendia sus impresiones sobre lo que debe ser un líder pero sobre todo sus tantos años dentro del parlamento panameño.
Conocí al colega Mitchell cuando era legislador del primer intento de Asamblea Nacional que se hizo en 1980, tras el golpe de Estado de 1968 y que consistió en cuatro legisladores por provincia, dos de los cuales provenían de los corregimientos de cada provincia y dos por votación popular. Mitchell era representante en su provincia natal y fue uno de los escogidos, donde se le comenzaron a conocer sus quilates de parlamentario. A la sazón, yo era secretario general del PDC y teníamos dos legisladores en esa Asamblea: Néstor Gutiérrez y el inolvidable Camilo Franceschi.
Después, laboraría con el magistrado durante el tiempo que estuve como legislador en la Asamblea de 1984 a 1994, estando él de asesor legal, director técnico y secretario general de la Asamblea, electo por unanimidad, donde comprobé lo estudioso, dedicado y profesional que era el amigo bocatoreño. El orden mental como analizaba todos los asuntos a él confiados demostraban que era un abogado dedicado por entero al estudio de la ciencia del Derecho. Si bien Mitchell militó en su carrera política en el extinto Partido Republicano (muy arraigado en su época a su provincia) y en el PRD, era un hombre profundamente humanista. Como me confió, su formación la completa en Colón cuando asiste al Colegio Abel Bravo y allí se encompincha culturalmente con Raúl Leis y el futuro Obispo Rómulo Emiliani, y donde adquiere esas raíces social cristianas que lo acompañan el resto de su vida.
Como bien señalara en la presentación de su libro el doctor Jorge Eduardo Ritter, la obra está llena de mensajes desde su dedicatoria: ‘Pensando y sobre el liderazgo integral del Dr. Ricardo Arias Calderón'. También dijo Ritter que podría llevar el nombre de ‘Manual del Diputado' por la necesidad de buenas prácticas que hoy requieren quienes nos representan en la Asamblea Nacional, hecho recalcado por otros de los presentadores, ingeniero José Isabel Blandón, al mencionar los hechos que ese día se suscitaron entre dos damas diputadas. Destacó el otro presentador, Ebrahim Asvat, que la obra del magistrado contribuye a que sigamos hacia adelante, en un país que a pesar de todo lo malo que podamos encontrar hemos ido hacia adelante en estos 26 años consecutivos que hemos tenido de experiencia democrática.
Harley Mitchell se va de la Corte Suprema con la frente en alto. Cuando fue su presidente luchó por la transparencia en el Órgano Judicial, labor que lo caracterizó durante el decenio que allí perteneció. Debo pensar que su talento, plasmado en un libro de lectura obligatoria no sólo de la clase política panameña sino también de todos los que aspiran a mejorarse, será aprovechado por algún centro de estudios superiores para que siga irradiando a los demás sus tantas vivencias personales y profesionales.