Por el honor de los juristas y de la CSJ
Este mes, el presidente, Juan Carlos Varela, designó a los futuros magistrados de la Corte Suprema de Justicia (CSJ) para el período 2016-2026. Los juristas que tienen el honor de representar a este sector de profesionales y de, verdaderamente, hacer justicia, son Ángela Russo y Cecilio Cedalise, quienes reemplazarán al magistrado Harley Mitchell y a la magistrada suplente Nelly Cedeño.
Cuando pensamos en la CSJ, ¿qué es lo primero que se nos viene a la mente? Pues, en mí caso lo primero que recuerdo son las palabras: corrupción, mentiras, “coimas”; igual que la frase “hago lo que sea por llegar a ser magistrado”, entre otras.
Da lástima pensar así de nuestra CSJ. Sin embargo, en su gran mayoría, quienes tuvieron el honor de llamarse magistrados de la Corte no han sabido representar ni jugar un papel importante en el sistema de justicia. Debido a lo mencionado, considero que los nuevos magistrados tienen una ardua labor, tanto en el desempeño de sus funciones como en trabajar por el bien del país.
Aplaudo el proceso que se desarrolló para su selección, pues independientemente de la facultad constitucional del Presidente de la República para esa designación, en esta ocasión brindó una oportunidad para la participación ciudadana.
Panamá se encuentra en un proceso de renovación institucional, por lo que cada paso que demos, como país, debe ser para el avance y el cambio. Si bien es cierto, el Presidente de la República es quien tiene la facultad de decisión, él debe tomar en cuenta la opinión del pueblo que lo eligió y la de aquellos que no votaron por él también. De manera que el cambio y la renovación sea un proceso de equipo, en el que todos nos podamos sentir incluidos.
A pesar de que el proceso de escogencia fue bastante democrático, se debería trabajar en un cambio a la normativa constitucional, en cuanto a que el Presidente de la República sea quien designe a los magistrados de la Corte, pues se debe cortar de raíz cualquier vínculo existente entre órganos del Estado. A pesar de esto, sin duda, dimos un gran paso.
El caso más relevante en la CSJ es el de nuestro exmandatario Ricardo Martinelli. Independientemente de si es culpable o no, los magistrados deben respetar el debido proceso y tomar decisiones profesionales, e impedir la conspiración de personas adversas al proceso. Ese es el verdadero significado de hacer justicia.
El hecho de que un exmagistrado presidente de la Corte Suprema esté condenado por actos indebidos, cometidos durante el ejercicio de sus funciones, da un claro reflejo de lo que se ha convertido esta institución.
El derecho es una carrera que cada uno de los que tenemos el honor de llamarnos abogados, debemos honrar y respetar. Es una pena que la abogacía no se valore lo suficiente por quienes tuvieron la oportunidad de llegar al más alto cargo con el que todo abogado sueña desde sus inicios.
Las nuevas generaciones de abogados necesitamos, a gritos, buenos ejemplos en que nos veamos reflejados y podamos admirar. Como joven abogada, exhorto a los magistrados recién designados, y a los que todavía cumplen con el período que se les otorgó en el cargo, para que marquen la diferencia y limpien el honor de todos los profesionales del derecho.