Descentralización y Gobiernos locales
En aras de fortalecer la democracia y la participación ciudadana, el Gobierno nacional ha avanzado de forma decidida en el empoderamiento de los Gobiernos locales, un asunto en el que Panamá estaba rezagado y que finalmente vemos que hay legislación en ese sentido.
Con la formulación de la Ley de Descentralización encontramos objetivos precisos como promover el desarrollo local sostenible, reducir niveles de pobreza y marginalidad, garantizar la igualdad de oportunidades, aproximar el Gobierno Local a los ciudadanos fomentando los procesos de participación ciudadana y la información en la acción de Gobierno municipal, como base indispensable de un proceso transparente. Promover el desarrollo y la productividad de la economía regional y municipal, basados en su potencialidad, posicionando al Municipio como agente promotor del desarrollo local.
Además trasladar gradualmente competencias por parte del Gobierno central a los Gobiernos locales para fortalecer integralmente la capacidad de gestión de la administración local.
Mas, debemos tomar un punto medular y es la planificación de este sueño. Presidentes electos, ministros, munícipes de la democracia son víctimas del terrible desaliento de no poder cumplir muchas veces sus promesas electorales por falta de pericia administrativa. No pueden llevar a efecto sus promesas electorales, no porque sean demasiado pretenciosas, sino porque son políticos, no administradores. Naciones enteras, por no hablar de las firmas o sociedades o grupos comerciales, han vivido décadas de incierta agitación porque los sueños y planes básicos nunca llegaron a buen término.
Ya sea que uno esté planeando un gran crecimiento económico para nuestra comunidad o un cobertizo de carga más cerca de la carretera, se encontrará que la distancia entre el plan y la realidad es la falta de pericia administrativa. Debemos hacer que la planificación se convierta en un hecho. Que la ley de descentralización cumpla con los objetivos propuestos para una sociedad más equitativa, solidaria, transparente y donde los cambios comunitarios sean producidos por los propios residentes de esas comunidades, como dice el papa Francisco: ‘La deuda social exige la realización de la justicia social. Juntas, nos interpelan a todos los actores sociales, en particular al Estado, a la dirigencia política, al capital financiero, los empresarios, agropecuarios e industriales, sindicatos, las iglesias y demás organizaciones sociales '.
Es aquí donde la Secretaría Nacional de Descentralización como parte del Órgano Ejecutivo, cobrará gran importancia, en el poder guiar a los Gobiernos locales en la planificación de los objetivos primordiales de cada una de las provincias, en la administración de los recursos disponibles y de la transparencia de su gestión. Tomando siempre en cuenta que el propósito final es el fortalecimiento de la democracia y de una sociedad más justa y participativa para todos.