Presidente Varela, ¿qué es lo que está pasando?

Por donde uno camine las críticas hacia la presidencia de Juan Carlos Varela son constantes; múltiples los calificativos que le endilgan y que se resumen en la lentitud y falta de decisión de su gestión. No sé si la culpa de lo que pasa es del fenómeno de El Niño o el arrastre del mal Gobierno anterior; la realidad es que le echan la culpa a Varela. Por eso, acudo a asuntos puntuales que observo con preocupación y llamo la atención al presidente Varela, pues aspiro a que las cosas se hagan bien en nuestro país.

1. Me aseguran por donde voy que la gestión de quienes encabezan en la Fuerza Pública el Servicio Nacional Aeronaval (SENAN) y el Servicio Nacional de Fronteras (Senafront) deberían ser separados de sus cargos por la manera irregular como manejan las finanzas bajo su responsabilidad. Al comisionado Abrego le tienen varios expedientes en el Ministerio Público. Al preguntar, ‘¿y entonces por qué siguen en sus cargos?', la inverosímil respuesta que escucho es que estos fueron escogidos por los norteamericanos. ¿Qué clase de país tenemos entonces? Recordemos que eso mismo decían de Noriega, que hasta estaba en la planilla de la CIA.

2. En la Autoridad Marítima de Panamá (AMP) se ha suscitado un escándalo con lo de las licencias a marinos, que se creía ubicado en la administración anterior, pero que trasciende a la actual. ¿Por qué la actual dirección de la AMP no ha dicho absolutamente nada sobre este escándalo? Y de paso, al no ver a nadie de la administración anterior en la AMP subiendo escaleras de fiscalías, ¿debemos imaginarnos que allí no se manejó nada turbio durante el quinquenio anterior? ¿Por qué aún Gaby Btesh ostenta dos concesiones en la AMP, que por cierto impiden desarrollo de anteriores negocios productivos en el área?

3. ‘Vox populi' es conocido que el ministro de Seguridad no se lleva con su viceministro desde el primer mes de trabajar juntos. ¿Qué clase de coordinación puede haber entre ambos, si ni siquiera se hablan? Igual situación se comenta en otros ministerios, como en Educación. (En Turismo fue esa la razón de su reciente cambio). ¿Se puede trabajar así en equipo?

4. En Cable & Wireless el Estado panameño se hace representar en su directiva por tres designados por el Ejecutivo: el ministro de Comercio e Industrias, Melitón Arrocha; el presidente de la Directiva de la Caja de Ahorros, Álvaro Tomas, y Carlos García de Paredes, que desconozco quién es. A sabiendas de las irregularidades denunciadas por mí en enero pasado, sobre que existen en la administración de esa empresa telefónica, donde el Estado posee el 49 % de sus acciones, ¿por qué estos señores, que reciben mensualmente B/5000.00 de dietas de C&W, no han defendido los intereses panameños en esa empresa, convirtiéndose con su omisión en encubridores de posibles graves delitos? ¿Por qué de una vez por todas el Órgano Ejecutivo no designa en esos cargos a personas que cumplan con su deber de velar por los mejores intereses del país? ¿O esas directivas sirven para redondear emolumentos de quienes son nombrados allí?

5. La denuncia de bien oculto que presenté contra Cable & Wireless, que bien podría significar una buena cantidad de millones para el Estado y hasta la cancelación de la concesión a esa empresa, reposa en el despacho de la viceministra de Economía, Eyda Varela de Chinchilla, desde el 28 de enero de este año. ¿Qué estarán esperando?

6. Panamá no ha sido consecuente con su alegada neutralidad ante las instancias internacionales, argumento esgrimido falazmente al negarse el 31 de agosto pasado a avalar en la OEA la petición de Colombia de convocar a los cancilleres del continente para discutir la crisis fronteriza provocada absurdamente por el régimen venezolano. Lo neutral hubiese sido aceptar la pedida reunión de Colombia de cancilleres. Igual ocurrió con la absurda deportación de Panamá a Venezuela del teniente Eduardo Figueroa, quien a su regreso fue sometido a torturas. Lo mismo pasó con el extraditado Galo Lara, pes a que aún se investiga en la CSJ posible corrupción del entonces presidente Ricardo Martinelli para revocarle su asilo en Panamá, ello no fue óbice para que Cancillería procediera a su deportación.

Quizá habría que preparar más interrogantes a quienes hoy nos gobiernan. El objetivo es que el país avance sin los obstáculos que pareciera algunos están poniendo y la falta de decisión que envuelve a los llamados a actuar con rapidez, coraje y determinación, sin miramientos de ningún tipo.

 

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